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Tecnología: ¿para la humanidad o contra ella?


Enviado por   •  7 de Febrero de 2022  •  Ensayos  •  1.825 Palabras (8 Páginas)  •  69 Visitas

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Para nadie es un secreto que la vida contemporánea se encuentra íntimamente ligada a los avances científicos y tecnológicos que ha habido en el último par de siglos. Es sencillo darse cuenta de que un puñado de inventos han condicionado la vida humana: electricidad en la base, internet, satélites, computadoras, y algunos otros más.

Si se retrocede en el tiempo, se encuentran tecnologías que a día de hoy pueden parecer arcaicas o simples, como las herramientas con piedras y palos, el control del fuego a voluntad, el lenguaje, etcétera. Sin embargo, estos avances fueron requisitos indispensables para el surgimiento de la humanidad, y su clara diferenciación de otras especies.

Ya con lo dicho en párrafos anteriores se estableció una clara tendencia hacia el determinismo tecnológico. Esta postura dice que la tecnología puede determinar —o al menos condicionar— el comportamiento de los individuos, y es el único motor del cambio de las sociedades. Se opone al determinismo social, cuya proposición es que las personas son las que moldean y le dan sentido a la tecnología, la cual por sí misma es neutral.

En pocas palabras, las dos posturas se enfrentan en torno a la idea de si el humano domina a su tecnología o viceversa. Y en este ensayo se intentará establecer un punto de vista respecto a cuál de las dos ideas encaja mejor con la realidad. Para tener mayor precisión en esta lucha constante entre humano y máquina, se tomará como ejemplo la industria musical y su desarrollo, y esto ayudará a visualizar mejor hacia dónde se inclina la balanza. Primeramente, es importante dar contexto:

Durante el siglo pasado, una práctica común dentro de la industria musical fue la ‘payola’, cuyo objetivo era promover la música de ciertos artistas o géneros, mediante un pago a las estaciones de radio para que transmitieran más las canciones deseadas (Gajardo, 2011, p.11). Esto terminaba por modificar la respuesta del público ante cierta música que se repetía una y otra vez, y gracias a eso se popularizaba.

Sería fácil dejarse llevar por una primera impresión y afirmar que algo así ya no pasa en la actualidad, pues hoy en día las personas eligen su música a través de otros medios, y la radio ha dejado de tener la gran relevancia que tenía antes. Sin embargo, lo cierto es que este tipo de prácticas no se fueron: evolucionaron. Una forma efectiva de promoción poco ética como la payola, se ejecuta ahora a través de influencers y páginas especializadas.

Frecuentemente las empresas hacen convenios con personalidades de internet para promocionar sus servicios o productos, y dado que, para el mercado el arte es esto último, las compañías discográficas también han entrado a este sistema conocido como marketing de influencers. De esto se concluye que, antes y ahora, es posible influir en los gustos e intereses del público; ya no con la radio, sino con internet, lo cual deja a los individuos a merced de los efectos de las tecnologías.

A favor del determinismo social, se podría afirmar que, si bien la ‘payola moderna’ existe, el uso de internet también ha permitido una conexión global con otras culturas, que anteriormente sería muy complicado. A través de plataformas como YouTube, Spotify y muchas más, los artistas —incluso los más pequeños— tienen la posibilidad de presentar su música al mundo y de encontrar un público fiel. Así, se puede decir que las personas han adaptado el internet a su deseo o necesidad de conocer algo más que solamente lo que se presenta en la radio o en los medios tradicionales.

No obstante, de nuevo en consonancia con el determinismo tecnológico, se tiene que afirmar que el internet es aquello que permitió el cambio social e hizo posible que la gente pudiera conectar su arte con el mundo, y por lo tanto, las personas siguen estando condicionadas por lo que la tecnología les permite hacer. Esto permite introducir otro aspecto del análisis: los medios de grabado, reproducción y distribución de música.

Kurzweil (1999, p.25) dice que las tecnologías se van reemplazando conforme aparecen nuevas que hacen obsoletas a las anteriores, en un ciclo continuo. Y actualmente estamos en la fase de madurez de la era digital mediante internet, donde parece que nada podrá sustituirlo en un buen tiempo. Luego de varios intentos con discos de vinilo, casetes y discos compactos, los archivos digitales vía internet han mostrado grandes ventajas para el público, que en general ha aceptado este formato. Y en este punto entra el mismo cuestionamiento de antes: ¿la tecnología se le ha impuesto al público, o éste ha elegido y moldeado la tecnología acorde a sus intereses y necesidades?

Una primera respuesta sería que se trata de una relación recíproca: a la vez que el internet llegó para modificar la vida de las personas, éstas tomaron el control y comenzaron a adaptarlo para su ventaja, obligando a las compañías a desarrollar nuevos modelos de negocio, que desembocaron en lo que hoy conocemos como streaming (Arango, 2016, p.41). Y lo anterior posee una clara tendencia hacia el determinismo social.

Sin embargo, a lo largo de la historia de la industria musical, las opciones que ha tenido la gente para escuchar su música han sido limitadas. Y en todos los casos, sus alternativas son: adaptarse al nuevo medio; o estancarse en el anterior, que tiene siempre menos ventajas. Esto no puede considerarse una verdadera libertad de elección o una modificación intencional, sino sólo la aceptación de los más recientes avances. Así, nuevamente lo tecnológico es el motor del cambio: del vinil al casete; de éste al CD; y finalmente hacia el mp3 y el streaming.

Por desgracia, este factor coercitivo de la tecnología es inherente a ella, dado que forma parte de la cultura humana por definición. Si se entiende la cultura como todo aquello que nos permite diferenciarnos sistemáticamente

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