ACTITUDES: PÓRTICO DEL APRENDIZAJE HACIA LA MATEMÁTICA

Instituto Superior “Antonio Ruiz De Montoya”

Profesorado en Matemática

Seminario de Didáctica de la Matemática

ACTITUDES: PÓRTICO DEL APRENDIZAJE HACIA LA MATEMÁTICA

Claudia Liliana Schmechel

ÍNDICE

INTRODUCCIÓN        2

DESARROLLO        4

ACTITUDES HACIA LA MATEMÁTICA        4

IMPORTANCIA DE LAS ACTITUDES PARA EL APRENDIZAJE DE LA MATEMÁTICA        8

EVALUACIÓN DE LAS ACTITUDES        9

ESTRATEGIAS PARA EL CAMBIO DE LAS ACTITUDES  NEGATIVAS        9

CONCLUSIÓN        12

BIBLIOGRAFÍA        13

INTRODUCCIÓN

Es sabido que la matemática es una habilidad básica para la vida. Al aprenderla, se aprende también a pensar de manera lógica y a tomar decisiones; pero para muchos es percibida como algo frío y abstracto, que no agrada.

Esto lo afirma Lucero Bravo, al decir que: 

Hoy día las matemáticas desempeñan un papel muy importante en la vida de cualquier persona, pero su aprendizaje constituye un problema para muchos, en particular los docentes perciben que muchos de ellos [alumnos] desarrollan una actitud negativa o simplemente muestran apatía. (Lucero Bravo, 2014, p. 6).

Este problema es común a la formación escolar en distintas partes y ha sido abordado desde diferentes perspectivas por parte de los profesionales de la educación. Aunque padres y alumnos alegan que la matemática es una de las asignaturas más importantes para su futuro, a la hora de estudiarlas no la ven como un objeto presente en sus vidas, sino como una serie de reglas y algoritmos que deben aplicar a ejercicios.

Se refieren a lo anteriormente mencionado Bazan y  Aparicio (2006, p. 61), citados por Mato y De la Torre (2010, p.198), cuando indican que  “[…] es frecuente observar la preocupación de muchos alumnos y profesores por el rendimiento inadecuado y por el rechazo […] hacia la asignatura de matemáticas”.

Todo lo señalado apunta al valor de tener en cuenta la influencia de las actitudes para el aprendizaje de la matemática. Para poder trabajar esta cuestión, se necesita en primer lugar, definir a las actitudes. Diversos autores comparten la idea de que [...] “la actitud es una predisposición psicológica para comportarse de manera favorable o desfavorable frente a una entidad particular.” (Eagly y Chaiken, 1998 y Zabalza, 1994, citados por Lucero Bravo,  2014). Y refiriéndose específicamente a la matemática, “se produce un bloqueo emocional o barrera psicológica entre el estudiante y la asignatura” (Nimier, 1977; Truttschel, 2002,  citados por Mato,  y De la Torre,  2010, p.198), e incluso se observa que muchos alumnos muestran temor y odio hacia la misma.

Para Hernández y Gómez-Chacón (1997, p. 43) “Las actitudes pueden clasificarse en actitudes matemáticas y actitudes hacia la matemática”. De las cuáles se pretende abordar la segunda de ellas que se refieren a la valoración y el aprecio de esta disciplina y al interés por esta materia y por su aprendizaje y subrayan más la componente afectiva que la cognitiva.

El objetivo del presente Seminario de Didáctica de la Matemática será describir cuáles son las actitudes que desarrolla el alumno ante la matemática,  analizar su  importancia para el aprendizaje de esta ciencia; así como también indagar acerca de los distintos aspectos que comprende evaluarlas. Además, se señalarán las posibles intervenciones y estrategias docentes que sugieren los investigadores para lograr un cambio de las actitudes negativas.

DESARROLLO

ACTITUDES HACIA LA MATEMÁTICA

Las actitudes hacia la matemática pueden ser definidas como el “fenómeno que involucra sentimientos (componente afectivo), creencias (componente cognitivo) y las tendencias de los alumnos a actuar de manera particular, acercándose o alejándose del objeto matemática (componente comportamental). (Bazán y Sotero, 1998, p. 62).

En ellas se hallan contenidos varios aspectos que definen dimensiones tales como: dimensión afectividad, que refleja el agrado o desagrado hacia la matemática, dimensión aplicabilidad, que refleja la valoración hacia la matemática, dimensión habilidad, que refleja la confianza en la propia habilidad matemática y dimensión ansiedad, que refleja las reacciones comportamentales de ansiedad. Se postula que dichas dimensiones son aditivas y forman la actitud hacia la matemática general. (Bazán y Sotero, 1998, p. 62).

La actitud puede determinar los aprendizajes y, a su vez, estos aprendizajes pueden mediar para la estabilidad o no de esta actitud.

Teóricamente, se asume que una actitud tiene no solamente una dirección, es decir ser favorable o desfavorable, sino que existen grados, ubicados entre estos dos polos, formando un continuo actitudinal (Muñoz y Mato, 2006), citados por (Bazán y Sotero, 1998, p. 62).

 Las actitudes se tienen hacia aquello de lo que se tiene experiencia y que constituyen el objeto actitudinal, pero no se puede tener actitud hacia lo que se desconoce. Son inevitables, todos las tienen hacia aquellos objetos o situaciones a las que se ha sido expuesto. Son adquiridas, nadie nace con predisposiciones positivas o negativas adquiridas frente a algo (Muñoz y Mato, 2006), citados por (Bazán y Sotero, 1998, p. 62).  Responden a la necesidad que tiene la persona de estructurar el entorno, comprenderlo y pronosticar los acontecimientos que se produzcan.

 “Diversas investigaciones llevadas a cabo ponen de manifiesto que las actitudes hacia las matemáticas están muy influenciadas por tres factores fundamentales: la naturaleza misma de la disciplina matemática, las características individuales: motivación, intereses, expectativas, etc.;  y el método del profesor”. (Gómez Chacón,  1999, p. 45)

Ernest (2000) expresa que los factores más influyentes en determinar la imagen comunicada de la matemática en la clase tienen que ver con los profesores:

[…] son los valores de los profesores junto con la concepción de las matemáticas escolares, más bien que las filosofías de las matemáticas incorporadas a las clases o profesores. Probablemente esto no nos sorprenda ya que la materialización de estos valores incorporará el tipo de relación profesor-alumno, el grado de competitividad, el peso negativo de los errores, el grado de humillación pública experimentado como consecuencia de los fallos y otros factores que tienen fuerte impacto en la autoestima y el autoconcepto de los jóvenes estudiantes de matemáticas. (p. 25)

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