Ambiente De Aprendizaje
myry5 de Junio de 2012
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Ambiente de Aprendizaje
Desde la perspectiva de integralidad que se evidencia en la estructura curricular del nivel, el ambiente de aprendizaje viene a representar la concreción de la acción educativa, de allí su importancia.
Para Iglesias, citado por Zabalza (2001) “El término ambiente se refiere al conjunto del espacio físico y las relaciones que se establecen en él (los afectos, las relaciones interindividuales entre los niños, entre niños y adultos, entre niños y sociedad en su conjunto)”.
En la concepción del ambiente de aprendizaje en la Educación Inicial, se involucran tanto los espacios institucionalizados: maternales, preescolares independientes y anexos a las escuelas básicas, como también los espacios familiares y comunitarios: hogares de los niños y niñas, ludotecas, bibliotecas, hogares de atención integral, centros de atención integral y centros de cuido espontáneo.
Para ello, el ambiente debe ofrecer un clima favorecedor de los aprendizajes, donde exista respeto, cariño, oportunidad de producción, intercambios, descubrimientos y sentido del humor, y en el que los adultos, los niños y las niñas están libres de tensiones y entretenidos con su quehacer diario.
Se concibe el ambiente como una estructura de cuatro dimensiones que se relacionan entre sí; como lo plantea Iglesias L, citado por Zabala (2001), la cual se presenta en el siguiente diagrama:
Consistente con esta concepción, los adultos responsables de la atención del niño y niña de 3 a 6 años deberán propiciar un ambiente nutritivo tanto en lo funcional como en lo estructural, para el logro óptimo de los aprendizajes esperados en esta fase o nivel.
1. Dimensión Física:
Se refiere al espacio físico, los materiales, el mobiliario la organización y distribución de los mismos. El espacio físico debe:
Brindar posibilidades para satisfacer en el niño y la niña necesidades fisiológicas, de seguridad, recreación, juego y aprendizaje.
Cada espacio físico debe contar con recursos variados, funcionales, reales y suficientes para propiciar el desarrollo de los procesos de aprendizaje.
En un espacio físico deben utilizarse colores claros, armónicos, lavables que propicien bienestar y seguridad.
Tener buena iluminación y ventilación. La organización adecuada de los recursos, influirá en el uso que les darán los niños y niñas y en lo que aprenderán con ellos; así como también les facilitará encontrar lo que necesitan. Para ello es necesario distribuirlos de acuerdo a su función, a la planificación que se esté desarrollando y a las características de los niños y niñas y el contexto social y cultural.
Mobiliario:
La organización y distribución del mobiliario y los recursos didácticos para niños y niñas de 3 a 6 años, requiere de un estudio y análisis de adecuación de la calidad, pertinencia, resistencia, seguridad, contexto social y cultural y tipo de atención (convencional y no convencional).
La utilización de mobiliario que se transporte con facilidad permite cambiar la distribución de los espacios o rincones dependiendo de las necesidades, capacidad física, matrícula y edad de niños y niñas.
Las mesas y sillas permitirán a los niños trabajar cómodamente, por lo que deben estar a su altura. Las mesas deben tener los bordes redondeados y superficies que permitan limpiarlas con facilidad. Las estanterías permiten tener el material al alcance de los niños y niñas y poder ordenarlo para fomentar su autonomía. Son preferibles los muebles bajos que no impidan la visión global del aula a los niños, niñas y adultos.
Hay algunos elementos, como biombos, cortinas, cintas que pueden cumplir una función de separación de los espacios, en las estructuras de poca capacidad física.
2. Dimensión Funcional:
Se relaciona con el modo de utilización del espacio físico, funciones, adecuación de los locales, de los recursos disponibles y de las actividades a cumplir. En tal sentido es necesario que en los espacios, rincones o áreas:
Se permita la acción, las interacciones, formas de agrupaciones, la autonomía y las diferentes actividades auto iniciadas por el niño y la niña, o planificadas por el adulto.
Se establezcan normas y límites con los niños, niñas y adultos, en función de lo que pueden hacer y entender.
Se tome en cuenta la higiene, la comodidad, la delimitación, los espacios de circulación y para las reuniones de grupo.
Que sean fácilmente identificables para los niños y niñas, rotulados con dibujos, fotografías, escrituras, tanto desde el punto de vista de su función, la edad de los niños y niñas, como de las actividades que se realizan y el contexto social y cultural.
Exista una ambientación armónica y estética, en la que se incorporen a nivel de visualización de los niños y niñas: réplicas de obras de arte, cuadros o pinturas reales o de los niños, niñas y representantes, esculturas, carteles de experimentos, de selección, de proyectos en ejecución, tarjetas de identificación, mapas, símbolos patrios, cartel con la rutina diaria, pizarra, franelógrafo y otros que se relacionen con los planes y proyectos, afiches o paisajes de la geografía venezolana.
Debe existir un lugar con mobiliario apropiado para guardar las pertenencias, loncheras y perchero para abrigos, delantales u otro tipo de vestimenta que usen los niños y niñas.
Organización del Ambiente de Aprendizaje para la Atención Convencional.
El o la docente al organizar el ambiente en un Centro Educativo, debe considerar que éste atienda a las necesidades y potencialidades del niño y la niña que les facilite la adquisición de nuevos aprendizajes. Así mismo, tiene la libertad de identificar cada rincón, espacio o lugar con nombres y/o figuras apropiadas que se relacionen con los procesos, las experiencias, la edad de los niños y niñas y el contexto social y cultural. Para ello:
Debe haber un lugar o espacio físico en el cual el niño y la niña tengan oportunidades para: explorar, armar, separar, rodar, manipular, observar, juntar, poner encima de otro, mantener el equilibrio de los objetos, establecer semejanzas y diferencias, comparar, agregar, desagrupar, organizar, experimentar con el tamaño, el peso, el volumen, el espacio, unir, martillar, clavar, enroscar, atornillar, integrar parte todo, plantar, seriar, clasificar, contar, establecer correspondencia término a término, encajar, establecer semejanzas y diferencias, agrupar, otros.
Es importante ubicar de manera visible y al alcance de los niños y niñas carteles de: selección, normas, registros de experiencias, proyectos en ejecución, modelos con instrucciones, otros, así como rotular el espacio y los materiales con letra legible (azul o negra), a la altura de los niños y niñas.
Posibles materiales a ubicar en este espacio:
Rompecabezas, loterías, dominoes.
Colección de objetos reales, representativos, bidimensionales, tridimensionales, para clasificar, seriar, cuantificar.
Tacos de madera, plástico y de colores.
Legos grandes y pequeños, bloques
Accesorios para complementar las construcciones.
Sábanas, cobijas, para tapar las construcciones, para simular techo, toldos etc...
Cajas grandes o pequeñas de cartón o madera.
Pedazos de alfombras de diversos tamaños, colores, grosores y textura.
Candados, llaves, cerraduras.
Materiales para desarrollar la motricidad fina.
Juegos de memorias.
Materiales para clavar, pegar, unir y construir: clavos, tachuelas, tornillos, tuercas, prensa, pegamento, tirro, teipe, cables, mecate, alambre, tapones, tapas, arandelas.
Materiales reusables: carretes de hilo, chapas, enchufes, artefactos como: (radio, relojes, otros).
Tableros de madera con clavijas.
Serrucho, martillo, alicate, atornillador.
Cuerdas, soga, poleas, pequeños camiones, figuras.
Accesorios: carteles, anuncios, para escribir ciertos letreros relacionados con las construcciones.
Un espacio, rincón o lugar que facilite la realización y elección de juegos simbólicos, de imitación, creativos y de fantasía. Debe ser un lugar para que el niño y la niña representen las experiencias que poseen de su ambiente. Además, les brinda la oportunidad de identificar y reproducir diferentes roles de personajes de cuentos e historias y teatro que han visto o vivido en situaciones familiares y comunitarias, que sean significativas para ellos.
En la edad inicial de 3 a 6 años, los niños y niñas, disfrutan de los juegos simbólicos, de las representaciones e imitaciones, existe cooperación entre ellos, iniciativas propias, aumentan su autonomía, hacen deducciones, y escogen de acuerdo a sus intereses y experiencias previas. Por tanto, el espacio debe diseñarse de tal forma que propicie el juego en forma individual, en grupos y en pequeños grupos, seleccionar juegos, materiales y accesorios para representar los diferentes roles.
Por ser un espacio destinado a focalizar experiencias de la cultura familiar, local, regional, social y escolar es importante organizarlo de manera que pueda ser modificado permanentemente en atención a las necesidades, intereses, potencialidades de los niños, niñas y planes.
Posibles materiales
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