Aplicaciones De La Etología Al Manejo De Las Poblaciones De Ciervo En El Suroeste De La Península Ibérica: Producción Y Conservación.

El aprovechamiento cinegético del ciervo (Cervus elaphus) es el principal uso económico en muchas áreas de bosque mediterráneo y dehesas en el suroeste de la Península Ibérica.

El conocimiento de la ecología y el comportamiento de las especies de caza mayor, y en especial del ciervo, juega un importante papel en el aporte de soluciones para ese manejo intensivo (Los nuevos modos de manejo han planteado nuevas problemáticas, y el mayor grado de intervención exige una gestión más rigurosa y basada en la investigación aplicada sobre ecología y comportamiento del ciervo en ambiente mediterráneo)

La investigación aplicada a la gestión de las poblaciones de caza mayor tiene como principal objetivo proporcionar las fórmulas para hacer compatible el aprovechamiento económico de los recursos cinegéticos con la conservación de los ecosistemas en los que las explotaciones se encuentran enclavadas.(Alcanzar este objetivo resulta en beneficios tanto para los titulares de las explotaciones y otros beneficiarios indirectos, que podrán ver potenciada su actividad, como para el conjunto de la Sociedad, si grandes áreas actualmente bien conservadas pueden dedicarse a un tipo de aprovechamiento menos agresivo con el medio de lo que serían otras prácticas agrícolas o ganaderas.) Nos ocupamos aquí de revisar los principales problemas a los que se enfrenta el manejo de las poblaciones de ciervo en el suroeste de Iberia, sus implicaciones tanto productivas como de conservación, así como las posibles soluciones que pueden favorecerse de los avances en la investigación aplicada sobre comportamiento animal.

Sistemas de explotación del ciervo

Existen varios sistemas de producir caza mayor que se utilizan para la producción de ciervos en el suroeste de la Penísula Ibérica que son:

1. Explotacion intensiva: En este caso los animales no se crían inmersos en un ecosistema, sino que una determinada extensión de terreno se dedica exclusivamente a esta actividad, como ocurre en el caso de cualquier granja de animales domésticos. Los animales producidos en una explotación intensiva deben trasladarse a otro lugar para ser cazados.

Es decir, la “intensidad” de la explotación es más parecida al doméstico extensivo que a las granjas con animales estabulados. En estas explotaciones la clave es el manejo y control de los animales, para lo cual se han de disponer conjuntos de cercas bien estructuradas, naves de manejo con facilidades para clasificación, pesaje, tratamientos, etc. La caza no se lleva a cabo dentro de ellas, sino que los animales han de trasladarse a otros lugares. Los principales productos suelen ser por tanto animales vivos, aunque también puede ser la carne, o incluso las cuernas.

2. Sistema mixto: intensivo- extensivo: El sistema mixto al que nos referimos se basa en que el desarrollo de los animales de caza se completa en la naturaleza. En una misma explotación puede existir una parte, de menor superficie, dedicada a la cría en intensivo y otra parte, de mayor superficie, donde existen animales que se desarrollan en la naturaleza hasta constituir trofeos de caza.

El sistema mixto “sacrifica” una pequeña extensión para dedicarla a la cría intensiva, a cambio de mantener bajas densidades, y por tanto bajo impacto, en la mayor parte del área donde el medio y las comunidades ecológicas en su conjunto pueden mantenerse en buen estado de conservación.

3. Explotaciones extensivas: Es la población animal que es objeto de aprovechamiento cinegético se encuentra formando parte de la comunidad faunística de un ecosistema.

• Unidad de gestión = unidad ecológica: L a unidad ecológica es simplemente aquella superficie de terreno que corresponde a un ecosistema, es decir una porción del medio natural que mantiene cierta independencia con el entorno. En el caso concreto de la gestión de una población de caza mayor, los límites naturales de movimiento e intercambio genético representarían, en la práctica, las fronteras de la unidad ecológica. Es evidente que la gestión más acorde con la conservación debería realizarse sobre una unidad ecológica completa. Este caso se da con más frecuencia en el norte de la Península y es más raro en la mitad suroccidental.

• Unidad de gestión < unidad ecológica: Si la unidad de gestión es menor a la unidad ecológica, la gestión presenta dificultades ya que lo que ocurra en el resto del área ocupada por el ecosistema, pero fuera de la unidad de gestión, no estará bajo control aunque la afecte; y a la inversa, la gestión tendrá efectos sobre el entorno. Este es el problema de las fincas incluidas en grandes comarcas, es decir de la mayoría de las unidades de gestión.

4. Finca abierta:El aprovechamiento se rige por la normativa general común. Por ejemplo en el caso del ciervo, no abatir a hembras y crías, ni a los machos de un año (varetos). De este modo no es fácil producir trofeos porque los machos no llegan a alcanzar la edad requerida, pero al menos se garantiza la continuidad de la población.

En esta situación las inversiones, limitaciones en el aprovechamiento, etc. que una finca hace para mejora de las poblaciones cinegéticas corren el riesgo de ser utilizadas por los vecinos en su beneficio y en contra del propietario de la finca, con lo cual muchas veces se están favoreciendo únicamente aquellas actuaciones tendentes a atraer a la caza hacia los terrenos propios

5. Cerramiento cinergetico: Desde un punto de vista puro de conservación de las poblaciones, la presencia de cercados no representa beneficio alguno, de no ser como remedio ante la presión de otros factores. Por ejemplo los daños a áreas limítrofes o el aumento en la rentabilidad que potencie el uso de los ecosistemas para ese fin en lugar de para otros usos más agresivos con el medio, como la agricultura o la ganadería. Cuando una población es limitada a una superficie concreta, y en especial cuando ésta es de pequeño tamaño, los problemas se incrementan tanto en lo referente a la dinámica de las poblaciones de caza, como en lo que concierne a la conservación del ecosistema. Esto significa ni más ni menos que la gestión debe ser mucho más precisa y adecuada.

GESTION DEL HABITAT:

El manejo del hábitat encierra varias cuestiones bien diferenciadas, en las cuales el conocimiento del comportamiento del ciervo tiene un papel importante.

1) Tamaño de la unidad de gestión

El tamaño de la superficie sometida a gestión es un primer aspecto a tener en cuenta. Incluso cuando el gestor no tiene la oportunidad de modificar este tamaño, por ejemplo porque le viene ya dado por

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