Balance de Colombia en el año 2013 y su perspectiva para el año 2014.

Colombia: Balance 2013

El tema que se va a tratar en el presente documento está basado en un informe de la ANDI (2013), referente al Balance de Colombia en el año 2013 y su perspectiva para el año 2014. Se va abordar el tema desde el punto de vista del sector agropecuario, en vista de que la gestión tecnológica de este sector (Agropecuario) se ve inmerso por la productividad y el desarrollo de la economía colombiana. Con fundamentos en el balance se ha podido establecer que el año 2013 ha sido calificado como un año positivo considerando los diferentes indicadores que respaldan esta afirmación.

Por estas consideraciones, es necesario preguntarse ¿Colombia está comprometida verdaderamente con el sector público y privado para trabajar por la infraestructura, la educación, la ciencia, la tecnología, la innovación y el desarrollo del sector agropecuario? Para dar una respuesta a este gran interrogante debemos preguntarnos por los diferentes temas que van encaminados a lograr este objetivo, entre los cuales los más importantes son el transporte, competitividad, infraestructura vial, crecimiento económico, inversión extranjera, empleo, demanda, reforma tributaria, contrabando, comercio exterior y los acuerdos del paro agrario.

Colombia es uno de los países que genera mayor confianza para los inversionistas extranjeros, siendo la tercera economía de la región latinoamericana por debajo de Brasil y México por encima de Argentina y Venezuela según los indicadores macroeconómicos calculados por la ANDI (2013). Conociendo este aspecto podemos caer en cuenta que Colombia es una economía estable, sólida y con gran proyección donde la producción, la manufactura, el empleo y otros indicadores contribuyen a que la macroeconomía se vea de esta manera.

En referencia al estado del sector agropecuario colombiano debemos considerar varios aspectos, entre ellos la ciencia, la tecnología aplicada con el fin de mejorar los procesos productivos y la calidad de los productos de consumo masivo.

Consideremos como se hace la producción agrícola, las herramientas, los procesos, entre otros aspectos artesanales y tecnológicos que se hacen presente: todo inicia con la preparación de los terrenos, es este momento que se puede hacer una labor manual o una aplicación de la tecnología para agilizar este proceso, el productos que posee los recursos suficientes va a seleccionar el uso de tractores con nuevos sistemas para evitar que la tierra fértil salga afectada, en cambio el productor que es dueño de una pequeña parcela, va a seleccionar sin duda alguna una labor manual a través del uso de bueyes, o en caso más excepcional, abrir y adecuar el terreno con mano de obra campesina, lo cual es una labor muy demorada ya que los jornales que se requieran serán bastantes.

Por lo tanto, es de retomar la pregunta inicial, ¿las entidades públicas y privadas están comprometidas con el desarrollo agropecuario? Si en verdad las entidades colombianas estuvieran comprometidas con el sector agropecuario, se tendrían en cuenta estas consideraciones donde el pequeño agricultor no tiene acceso a las nuevas tecnologías aplicadas al sector agropecuario por el alto costo que estas poseen, ya que si un productor, dueño de una pequeña parcela adquiere una herramienta nueva ya no tendría disponibilidad de recursos económicos para poder cultivar sus productos. Es en este sentido que se requiere mayor compromiso del estado colombiano, en intentar ayudar al campesino por igual, ya sea con la financiación de nuevos productos tecnológicos, o con el préstamo o adjudicación de créditos de bajos interés para que estas personas tengan la posibilidad de hacer crecer la productividad, ya que si los productos son mejores, la calidad se va ver reflejada al momento de la cosecha y de esta manera, lograr llevar buenos productos a los mercados locales, regionales y centrales de abasto para que los consumidores tengan acceso a un producto sano y saludable.

El mundo actual es totalmente competitivo, a través de la calidad, precios y procesos de producción se puede establecer quién o qué empresas son de verdad competitivos. Surge la pregunta: ¿Un agricultor de una parcela está preparado para competir en un mercado globalizado? Hay consideraciones importantes para un pequeño agricultor, la falta de acceso a la tecnología tiene una brecha muy amplia, por lo cual Díaz Bonilla E. (2003) afirma que “los mercados agropecuarios están influenciados por diferentes elementos del contexto internacional, desde el crecimiento económico, las políticas macroeconómicas y

los flujos de capital, hasta otros aspectos no económicos tales como el crecimiento poblacional, el proceso de urbanización y el cambio climático”

Es de esta manera que la perspectiva acerca de estos pequeños agricultores, se debe diseñar programas que favorezcan la productividad agropecuaria, lograr buenas cosechas, precios estables, mejoramiento de la calidad a través de semillas certificadas, aplicación de herramientas tecnológicas, innovar en los procesos productivos, gestionar recursos y sobre todo capacitar a la población en temas como la asociación, ya que la unión hace la fuerza, y si esto se logra, abra una nueva oportunidad para que los productores tengan acceso a un nuevo mercado local, nacional e internacional.

Luis Javier Jaramillo contempla el énfasis en la innovación tecnológica, donde afirma que “es hora de pasar en la región a una política tecnológica basada en la renta dinámica originada en innovación, valor agregado e incorporación del progreso técnico a la actividad productiva de determinados bienes y servicios”. Es en este entorno donde el gobierno a través de las entidades centralizadas como el Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural, enfocar esfuerzos con políticas claras sobre la tecnología, la innovación y generar valor agregado a los productos y de esta manera lograr productos de exportación, satisfaciendo necesidades tanto locales como internacionales.

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