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Barragán entre lo moderno y lo posmoderno


Enviado por   •  12 de Septiembre de 2020  •  Trabajos  •  2.761 Palabras (12 Páginas)  •  378 Visitas

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Barragán entre lo moderno y lo posmoderno

Geometrías nítidas, muros de estuco, colores, agua, sutilezas cromáticas y de luz fueron evidentes influencias de Barragán y dominaban el repertorio habitual de los arquitectos.

El arte de Barragán es moderno, pero no modernista. Barragán ha construido casas y edificios que nos seducen por sus proporciones nobles y por su geometría serena, no menos hermosa. La arquitectura de Barragán estaba inspirada en dos palabras: Magia y sorpresa. Las raíces de su arte son tradicionales y populares. Su arquitectura viene de los pueblos mexicanos. Usa formas cúbicas, materiales locales, muros pintados con vivos colores. [1][pic 1]

El color es un complemento de la arquitectura. Los colores que Barragán usa vienen también de los pueblos de México: Veracruz, Chiapas, Michoacán, Jalisco, etc. Nuestros constructores son artistas. No siguen leyes académicas y sin embargo el resultado es armónico, personal y único. Los colores expresan el estado de ánimo de los habitantes. Es una arquitectura de los sentidos y los sentimientos: Una arquitectura emocional.

Palabras como imaginación, emoción, magia, ganan nuevas tonalidades como frentes antagonistas a las ortodoxias funcionalistas.

La arquitectura es música que se toca con el agua. Los muros crean silencio y a partir de ese silencio empezamos a hacer música con el agua. Y los jardines; el gusto por los jardines es una liberación de muchas cosas tradicionales, se permite mucha más libertad, crear un ambiente mágico. Puede procurarse crear realmente ambientes y atmosferas que ayuden a vivir confortablemente.

La arquitectura emocional implica magia, misterio, sorpresa, belleza, silencio, soledad, serenidad, meditación, intimismo, emoción, nostalgia, memoria y color. Barragán no fue el creador de estos temas pero su figura y obra representaron la síntesis de tópicos que se encuadraban en el debate en curso: la crítica a la modernidad y al funcionalismo.

Creador de una arquitectura reservada, íntima, que refleja su propia personalidad y que eclipsó su paisajismo, mucho más impresionante e impregnado de su lirismo personal. Puede ser interpretado como una alteridad frente a la cultura de los países más ricos.

Su obra es un fenómeno, se le considera minimalista o protominimalista. Ha sido objeto de especulación comercial. Es una alegoría entre la banalización de una estética personal y una percepción sensible, y la invención de una nueva tradición.

Las representaciones de una época y los remanentes de una era

El paisaje positivo trazado por Hitchcock para Latinoamérica, las bellas imágenes y la sorprendente arquitectura moderna que estampó en su libro “Arquitectura latinoamericana desde 1945” formaba parte del nuevo panorama después de la segunda guerra mundial.

Los primeros héroes de la modernidad latinoamericana nacieron en los albores del siglo XX. Los grandes protagonistas registrados por Hitchcock fueron desapareciendo en las dos últimas décadas del siglo XX; esto ocasiono que las décadas de 1980 y 1990 parecieran silenciosas en la arquitectura.

Antes de la llegada del fenómeno de Luis Barragán, el arquitecto latinoamericano más ilustre era el brasileño Oscar Niemeyer (1907-2012). Pasó del siglo XX al XXI en plena actividad. En su momento fue continuo el asedio convulsivo por parte de los jóvenes cuando él aparecía en persona en acontecimientos sociales, pues lograba mover multitudes.

Niemeyer asombraba al mundo con sus fantasías formales y los edificios de gobierno de Brasilia inaugurados en 1960. Niemeyer es una especie de arquitecto de culto para gente tan diferente como Rem Koolhas, Christian de Portzamparc, Santiago Calatrava, Zaha Hadid. Las revistas japonesas promovieron un concurso internacional en 1999 con el tema “Oscar Niemeyer”: Un teatro para 200 personas en una plaza del centro urbano.[pic 2]

Niemeyer, a los treinta y tres años, ya había dejado algún rastro en la historia con las obras de Pampulha; osó introducir la curva en contrapunto a la línea recta, difundida por Le Cobusier. Niemeyer fue considerado subversivo. Nikolaus Pevsner, calificó a Pampulha como de un “antirracionalismo posmoderno”

Las décadas de 1970 y 1980 no fueron fáciles para Niemeyer, pues fue políticamente perseguido en Brasil, teniendo la necesidad de pasar exiliado en Francia. Era comunista y fue testigo de la caída del muro de Berlín y el derrumbamiento soviético, pero se mantuvo fiel a la ortodoxia marxista.

Niemeyer fue considerado un pasado de moda. Su obra fue considerada infecunda, formalista, irreproducible y personalista. Pero a fin de cuentas; multiplicar anodinas cajas de cristal representó la reproducción de un patrón estéril arquitectónico para el mundo. El individualismo arquitectónico y el formalismo de la década de 1990 son una faceta perversa ante la suave prédica vista como “antirracionalista”, en oposición a la predisposición de Johnson.

En 1988 cuando el Pritzker fue compartido entre Niemeyer y Bunschaft, la revista Time los saludó como “Imponentes viejos modernos” Ocho años después, le concedieron el Oro a Niemeyer, Johnson e Ignacio Gardella. En 1999 RIBA concedió el oro a Niemeyer. Estos fueron homenajes a los últimos supervivientes de una generación.

La condición latinoamericana

“El mal del exotismo afecta a los artistas de nuestra América. Somos una palmera crecida en selva virgen y nos esforzamos para disfrazarnos de pino cubierto de nieve. […] Teniendo casi siempre una paleta de rojos y azules en el espíritu, nos dedicamos a neutralizarla con los grises de nieblas invernales…”

La arquitectura colombiana no era muy reconocida, pero poco a poco fue predominando más. Ha constituido en los últimos años una referencia en el contexto contemporáneo de América latina.

Es una arquitectura no aparatosa, sin lucirse, quiere hacer algo simple, arquitectura humana y que guste a la gente.  Una arquitectura que se desarrollaba al margen de la arquitectura comercial del tipo racionalista-funcionalista, se mostraba respetuosa del entorno geográfico, topografía, visuales, escala, etc. Preocupada por la elaboración y calidad de detalles, con gran economía y con materiales y procedimientos artesanales.

El uso del ladrillo fue una característica importante dentro de una condición de la arquitectura latinoamericana, pues en él encontraban un material constante. Era el protagonista de buena parte de la mejor arquitectura americana pues configura la expresión más acabada del material que puede aportar a las respuestas pendientes con inusual calidad. Se obtienen resultados óptimos potenciando los materiales tradicionales.[pic 3]

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