CASO CRIMINALIZACIÓN PRIMARIA Y SECUNDARIA

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CASO CRIMINALIZACIÓN PRIMARIA Y SECUNDARIA

STEPHANIA IVETTE PABÓN TAPIAS

PENAL GENERAL, UNIVERSIDAD INDUSTRIAL DE SANTANDER

PROF.: JULIÁN ANDRES SANCHEZ RUEDA

05/04/2021

CASO –ROSA ELVIRA CELYS

En el 2012, en la capital de nuestro país (Bogotá) sucedió un escalofriante crimen, que dejo huella en nuestro país, el caso de rosa Elvira celys no solo fue un macabro crimen, también fue un grito desesperado de ayuda, no solo para que su crimen no quedara impune, si no para que la violencia contra las mujeres generada en Colombia dejara de pasar por alto en las cortes y en todas las ramas del poder judicial; ¿Cómo podemos comprender este y más casos similares? Si bien la necesidad de comprender el fenómeno del femicidio como una problemática estructural, ha sido uno de los objetivos que se ha trazado, para llamar la atención de los Estados, sobre la necesidad de tipificar las conductas o de agravar las penas condenatorias a los agresores; Por supuesto, Colombia hace parte de la tendencia global que posiciona al "Feminicidio" como un asunto de vital interés en la agenda pública. Un promedio anual de 1.320,6 es la cifra de mujeres que son asesinadas en actos violentos en el país. Acorde con este informe, el 78% de los casos de violencia en Colombia ubican como víctima a la mujer, exponiendo a Bogotá, la capital de Colombia como la segunda ciudad con mayores casos de violencia contra la mujer. En el 2011 fueron 11.583 los casos registrados; También, es necesario puntualizar que la realidad social del femicidio no sea muy tenida en cuenta, es por la forma en que los medios la retratan. El grave problema con el estilo en que se realiza el cubrimiento es que permite una dilatación en la observación de este caso.

El otorgamiento de mayor cobertura a un caso de éste tipo que a otro, implica una memoria selectiva de los colectivos poblacionales, quienes recordarán estos sucesos como hechos aislados, cometidos por personas que no se encuentran en sus completas facultades mentales; seres, que debido a su falta de humanidad, no pueden evitar cometer actos semejantes. Esto no permite que el problema sea visto con la gravedad que merece, y que por parte de estamentos e instituciones se tomen los correctivos necesarios. El caso del asesino de Rosa Elvira Cely, quien 10 años antes ya habría sido condenado por el crimen de otra mujer, es la muestra clara de que la criminalización segundaria en nuestro país es muy deficiente y del poco entendimiento que se tiene del femicidio en Colombia. Tratar a estos victimarios, con adjetivos poco agradables, o justificarlos con palabras como “Dolor intenso”, “Celos” o “Crímenes Pasionales”.

Las representaciones sociales del caso Rosa Elvira Cely, muestran una sociedad que tiene fuerte cobijo de las prácticas machistas o justificadoras de la violencias y que dentro de sus elementos, lanza todo tipo de repudio, que hacen difícil trabajar de fondo por una representación social en la que se desactive el discurso que ve a la mujer como una víctima por su fragilidad o como una victimaria por no tener cuidado en las relaciones con los hombres. Debemos encontrar en la víctima un ser humano capaz de trascender fronteras, con un futuro prometedor. De igual forma, algunos periodistas entrevistados relataron que (Rosa Elvira “trascendió a la historia”, por el hecho de ser “empalada”. El asunto es que casos similares, con las mismas condiciones de Rosa Elvira, sucedieron y siguen sucediendo y no son retratados con la misma intensidad por los medios de comunicación. La Cultura de la Polémica permanecerá en los medios, y es aquí donde se necesita otro tipo de sociedad, una que no le haga el juego a reforzar las formas tan limitadas y simplificadoras cómo se mediatizan algunos, por no decir la gran mayoría, de los problemas que tenemos en nuestra vida cotidiana. Si bien es cierto que retratar una realidad muchas veces puede generar una “sanción noticiosa”, es decir, que la sociedad lo encuentre tan común que lo interiorice como natural y normal, es necesario que como trabajo que tienen los medios, se realice una pertinente denuncia, no de un caso específico, sino de nuestra realidad social. Ahora, lo más preocupante es que las mujeres siguen siendo asesinadas, y estos hechos son registrados por la crónica roja, quien es coherente a su función de brindar un tipo de narrativas a un determinado grupo de lectores, Para poder generar otros procesos de memoria en la sociedad, en especial con los relacionados con el femicidio, es imperativo que en el país se construya otro tipo de periodismo, serio y objetivo, que se preocupe por socializar este tipo de eventos, con un análisis socio-jurídico que le permita a la comunidad tomar cada día más conciencia sobre este problema y de esta forma, ayudar a que se identifique oportunamente los factores generadores de riesgo, para evitar que sigan sucediendo.

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