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CAUSALES DE DIVORCIO


Enviado por   •  18 de Mayo de 2014  •  16.068 Palabras (65 Páginas)  •  238 Visitas

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Índice

Capítulo Página

Introducción 1

1. Antecedentes del divorcio 2

1.1 Antecedentes históricos 2

1.2 Antecedentes del divorcio en México 9

1.2.1 Estadísticas 10

2. Conceptualización del divorcio 13

2.1 Definiciones 13

2.2 Clasificación 13

2.3 Causales de divorcio 14

3. Proceso de divorcio 17

3.1 Proceso del Divorcio Necesario 17

3.2 Proceso del Divorcio Voluntario 17

4. Causal XIV 20

4.1 Descripción 20

4.2 Adición al código 52 5. Trascendencia del Divorcio 53

5.1 Ventajas y desventajas del divorcio 53

5.1.1 Ventajas 54

5.1.2 Desventajas

5. 2 Afectaciones del divorcio 54

Conclusiones 59

Propuesta de Intervención 60

Proyecto 61

Bibliografía 64

Referencias bibliográficas 65

Introducción

Una de las instituciones básicas de toda sociedad, es la familia. Ya que a través de ella, el ser humano ha encontrado la forma de vivir y desarrollarse plenamente.

La familia es una organización compleja de interrelaciones pues en la interacción entre hombre y mujer dentro del matrimonio existen crisis. Para las cuales las parejas buscan soluciones, algunas tan definitivas como la separación, abandono o divorcio.

La disolución legal del vínculo marital es una práctica ampliamente generalizada en el contexto internacional, lo que posibilita que en la mayoría de los países exista el divorcio, aunque con variaciones significativas en los procedimientos para obtenerlo y en las causales que lo justifican

El divorcio, es un fenómeno social actual que consiste en la separación definitiva de la pareja matrimonial, y que tiene repercusiones de gran magnitud en todos los miembros de la familia, ya que altera en cada uno de ellos, su estilo de vida y su personalidad.

Capítulo I

Antecedentes Del Divorcio

1.1 Antecedentes históricos

El divortium es una institución jurídica que propiamente surgió al mismo tiempo en que el derecho intervino para organizar jurídicamente al matrimonio, constituyéndolo sobre la base de un nexo obligatorio entre el varón y la mujer que deciden hacer vida en común. Apareció en una forma primitiva, como un derecho concedido al varón, de repudiar a la mujer en ciertos casos, por causa de adulterio de la esposa y también con no menor frecuencia, se aceptaba el ejercicio del derecho de repudiar, fundada en la esterilidad de la mujer.

Galindo (2007) señala que en el Derecho Romano el matrimonio, “se fundaba en la affectio coniugalis; la disolución de la confarreatio tenía lugar por medio de la difarreatio, que es la declaración de voluntad de separarse marido y mujer, por medio de la cual cesaba de producir efectos entre los consortes la voluntad declarada en la ceremonia nupcial, de tomarse recíprocamente como marido y mujer. Si el matrimonio había sido celebrado bajo la forma de coemptio, la disolución del vínculo procedía, por medio de la remancipatio de la mujer” (p. 427).

Divortium desde la ley de las XII tablas hasta Augusto, las causas no estaban reguladas por la ley, si bien en un principio no se produjeron abusos debido a la existencia de dos instituciones de gran importancia: Tribunal Doméstico y Censores (Galindo, 2007).

El Tribunal Doméstico, compuesto por los parientes de ambos cónyuges, cuya función era intervenir en las acusaciones dirigidas contra las mujeres. En caso de repudio, la sentencia del marido. Cuya figura de paterfamilias le daba capacidad para castigar con flagelación e incluso muerte. Debía estar sometida a la opinión del Tribunal Doméstico (Galindo, 2007).

Los Censores, entre varias funciones políticas y administrativas, tenían asignada la vigilancia de las costumbres, por lo que tenían derecho de castigar la práctica abusiva del divorcio. El temor a estas sanciones provocó que se encontrasen pocos casos de repudio durante los cinco primeros siglos de Roma, recurriéndose a este solamente en casos considerados extremos, como por ejemplo la consumición de vino por parte de la mujer (Galindo, 2007).

Con la difusión de las iustae nuptiae (matrimonios “libres”), se permite a la mujer divorciarse del marido, al no estar sometida a la manus de este. Poco a poco fueron igualando en los abusos a los hombres, divorciándose incluso por simples caprichos (Galindo, 2007).

Esta libertad de divorcio, tanto para el hombre como para la mujer, desaparece en dos supuestos: que el que desea el divorcio sea un liberto o se encuentre bajo la patria potestas. En ambos, el individuo no puede divorciarse a menos que reciba el consentimiento de su patrono o del paterfamilias, respectivamente (Galindo, 2007).

Asimismo, ambos pueden ser forzados a repudiar a su cónyuge si el patrono o el paterfamilias

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