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Censura En La Escritura

Belazul3 de Junio de 2013

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CENSURA EN LA ESCRITURA

La escritura es un medio de comunicación mediante un sistema gráfico, que nos ayuda a plasmar nuestras ideas, conocimientos y pensamientos. Con el desarrollo de la escritura, fue posible la redacción de relatos, poesía, conocimientos, creencias y costumbres que se van a grabar y transmitir con mayor precisión que los datos aprendidos de oído y de esta forma permanecer accesible a las futuras generaciones. Sin embargo, ¿Todos tenían acceso a la “escritura”? o ¿Quiénes lo tenían?

Religión Saurionta

Las primeras formas de escritura surgieron desde la prehistoria con los jeroglíficos, mediante la necesidad de plasmar ideas o vivencias y que de ésta forma no quedarán en el olvido, pero aunque sea difícil de creer desde la prehistoria tenían límites en la “escritura”, ésta sólo estaba permitida para los guerreros y los sacerdotes (sí… aunque les suene tan extraño que la religión tenga el control), de ahí el título religión en la época del dinosaurio.

¿La Religión seguía teniendo el control?

En la antigüedad la escritura dejó de ser una actividad exclusiva de la religión y el resultado fue el florecimiento de una nueva literatura. En Mesopotamia, los primeros caracteres del sistema de escritura cuneiforme tomaba muchos años para llegar a dominarse. De este modo que sólo un número limitado de personas fueron contratadas como escribas y estaban capacitados para su lectura y su escritura. Sólo la descendencia real iba a la escuela por lo que el analfabetismo siguió siendo predominante durante gran parte de la población durante siglos e incluso milenios.

En el medievo la religión volvió a tener mucho poder, de ésta manera sólo a veces la monarquía podía involucrarse en los ámbitos de la escritura, sin embargo en la moderna además de la iglesia, la escritura ya estaba controlada por la burguesía así que la descendencia real, los hijos varones de los ricos y de los profesionales tales como escribanos, médicos, o administradores del templo, iban a la escuela.

En el posmodernismo la iglesia fue poco a poco perdiendo el control sobre la escritura, debido a que aprender a escribir ya no resultaba tan difícil además de que ya contamos con muchas instituciones dedicadas a la enseñanza, e incluso a la alfabetización en zonas rurales, lo que provocó que la escritura sea de dominio público.

En conclusión, siempre había existido censura en la práctica o en el aprendizaje de la escritura, lo cual provocó un enorme analfabetismo en todo el mundo durante siglos. Y como es costumbre sólo las familias adineradas, los sacerdotes, la raleza y las personas con poder tuvieron el acceso al aprendizaje, lo que ha provocado un tremendo retraso en la cultura y en la educación y es por ello que los países del medievo ahora son potencias.

SEGUNDA INFORMACION

Los Estados Unidos y mi caso

En los Estados Unidos, la censura la hace principalmente el mercado. En los últimos veinte años las publicaciones se han globalizado, la mayoría de las editoras pertenecen a las grandes compañías transnacionales de medios. Cuando yo comencé a escribir había varias editoras de diferentes tamaños y tendencias; si tu libro no era aceptado por una, otra lo podía aceptar, y no esperaban que todos los libros fueran éxitos de venta. No todo lo que se publicó era bueno, pero era más fácil publicar textos y novelas radicales y, de vez en cuando poesía, porque no eran las personas con dinero quienes estaban a cargo de estas decisiones. Ahora las empresas editoras medianas casi no existen; con muy pocas excepciones se ven pequeñas editoras, para las cuales la marginalidad es el precio de su independencia, o enormes compañías que esperan los mismos márgenes de ganancia que otros medios subsidiados por los avisos publicitarios.

Entonces tenemos una censura a partir del mercado que excluye cualquier cosa que se considere marginal o radical, que no garantice un millón de dólares de utilidades. Pero también tenemos la censura popular por las campañas conservadoras. Cuando la gente habla de fundamentalismo, pareciera que se refieren al islamismo, pero hay muchos fundamentalistas cristianos y judíos e inclusive algunos budistas. Los más importantes en mi país son los fundamentalistas cristianos que son igualmente peligrosos para la democracia, la paz y la libertad de expresión como cualquier otro fundamentalista. Con el pretexto de proteger los “valores de la familia” la Coalición Cristiana ha tratado activamente de censurar la literatura para niños en los colegios y bibliotecas públicas concentrándose en libros que tengan personajes homosexuales o rebeldes y libros que hablen de magia porque ellos consideran que alientan el satanismo. Ha habido quemas públicas de Harry Potter. Como la mayoría de los libros para niños han sido escritos por mujeres, la mayoría de autores afectados han sido mujeres. La mayor parte de mis obras son para adultos, pero muchos años atrás yo escribí un libro ilustrado para niños que se llamó Familias. Lo escribí porque yo era una madre soltera y quería que los niños como mi hija pudieran ver reflejada sus propias vidas en la literatura. Por ello escribí un pequeño libro que mostrara, desde el punto de vista de los niños, la enorme diversidad en la conformación de las familias que encontramos entre las personas y los animales: perros, hormigas, gatos, pollos. Fue publicado por Little Brown en 1981 y se mantuvo en prensa por 12 años sin llamar ninguna atención especial. Algunos colegios lo usaron y en el condado de Fairfax, Virginia, se adoptó como libro de texto de para el primer grado, como parte un currículo que en los años superiores tocaba temas de educación sexual.

En 1994, la Coalición Cristiana se comenzó a organizar en el estado de Virginia buscando un pretexto. Ellos decidieron perseguir el libro como parte de su plan para cuestionar el currículo como educación sexual en su conjunto porque temían que se hablara del SIDA, el control de la natalidad y el homosexualismo. Una de las familias de mi libro eran dos mujeres con una hija que eran descritas como madre y madrina. La Coalición Cristiana afirmó que estaba promoviendo el lesbianismo. Aunque a muchos padres les gustaba mucho mi libro, no estaban muy bien organizados en ese momento y el Consejo de Escuelas decidió retirar mi libro de la lista de lectura. Habían 550 salones de primer año en el condado de Fairfax, por ello se compraban muchas copias cada año. Un año después que el libro fue censurado, mi editora, Little Brown – que no hizo nada para defender el libro o por lo menos mandar más libros a la zona para aprovechar la publicidad – me dijo que no seguirían publicando el libro porque no se vendían suficientes copias. Les dije que era por la campaña de censura y que estaba cediendo frente a la Coalición Cristiana. Ellos respondieron que no, que la censura no tenía nada que ver con esto, que ellos estaban preocupados con las cantidades mínimas vendidas.

Sin embargo mi historia tiene un final feliz. Después de que Little Brown me desechó, Families fue recuperado por Feminist Press, una editora independiente de mujeres de la Universidad de la Ciudad de Nueva York, que no solo lo editó en edición popular por primera vez, si no que lo publicaron tanto en español como en inglés. Este ejemplo muestra la necesidad de sostener a estas instituciones feministas. En el clima actual en el que se incrementa la censura derechista y corporativa, esas instituciones muy bien podrían terminar siendo los únicos espacios en los que nuestras opiniones podrían ser escuchadas.

La Historia de Womens WORLD

Cuando nació Women´s WORLD, mi caso era uno entre muchos; en 1993 y 1994, hubo un resurgimiento de las campañas contras las escritoras como resultado del término de la guerra fría y el naciente fortalecimiento de los nacionalismos y fundamentalismos. Yo había comenzado a trabajar en los temas de género y censura antes, en 1986, cuando se realizó el Congreso Internacional del PEN (organización internacional de escritores) en Nueva York. Norman Mailer, un famoso escritor macho americano bastante viejo, era el presidente del Centro Americano del PEN en esa época. Él le informó a la prensa que este congreso reuniría “a los mejores escritores del mundo” y fue un evento muy bien cubierto por los medios con artículos en las portadas del New York Times todos los días. Pero “los mejores escritores del mundo” fueron los hombres blancos de Europa y Norteamérica. Los latinoamericanos más importantes eran Daniel Ortega, su mujer y Vargas Llosa. García Márquez fue invitado pero el gobierno no le dio la visa para ingresar al país. De aproximadamente 120 conferencistas sólo 13 eran mujeres.

Para las mujeres de Estados Unidos esto era como regresar a los años cincuenta. Nuestro movimiento de mujeres ya tenía 20 años y teníamos muchas escritoras. Por ello, Grace Paley y yo organizamos un almuerzo en el salón de fiestas del hotel del congreso; vinieron 200 personas, y ahí formulamos una petición y dimos una conferencia de prensa. Como respuesta Mailer le dijo a los reporteros que el PEN había invitado a más mujeres, pero que no habían podido asistir pero que, de todas formas, el congreso era para intelectuales, no escritores comunes y que difícilmente las mujeres eran intelectuales excepto Susan Sontag. En lugar de contradecirlo, Sontag dijo: “La Literatura no es un empleador de igualdad de oportunidad” (“Literature is not an equal opportunity employer.”) Después del congreso, organizamos

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