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Ciencia, Tecnología Y Sociedad

madixilu28 de Octubre de 2013

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¿QUÉ ES CIENCIA, TECNOLOGIA Y SOCIEDAD?

1. Introducción

La expresión “ciencia, tecnología y sociedad” (CTS) suele definir un ámbito

de trabajo académico, cuyo objeto de estudio está constituido por los aspectos

sociales de la ciencia y la tecnología, tanto en lo que concierne a los factores

sociales que influyen sobre el cambio científico-tecnológico, como en lo que atañe a

las consecuencias sociales y ambientales. Utilizaremos la expresión desnuda “CTS”

para hacer referencia al objeto de estudio, a las relaciones ciencia-tecnologíasociedad,

y la frase “estudios CTS” para el ámbito de trabajo académico que

comprende las nuevas aproximaciones o interpretaciones del estudio de la ciencia y

la tecnología.

En el presente capítulo empezaremos comentando cuáles son los

antecedentes socio-históricos de las reticencias y obstáculos con que importantes

segmentos sociales contemplan actualmente al fenómeno científico-tecnológico.

Esta visión retrospectiva nos permitirá identificar los cambios en las actitudes

públicas de la ciencia, así como entender la evolución reciente de los modelos

políticos implantados en los países industrializados para gestionar el desarrollo

científico-tecnológico. Sobre esta base introduciremos los estudios CTS, entendidos

como una reacción académica contra la tradicional concepción esencialista y

triunfalista de la ciencia y la tecnología, subyacente a los modelos clásicos de

gestión política. Veremos la nueva imagen del fenómeno científico-tecnológico que

emerge desde los años 70 asociada a este campo académico. Por último, una

reflexión sobre las relaciones ciencia-tecnología-sociedad en el mundo actual

conectará los campos de estudio académico y el activismo social, en los niveles de

la reflexión ética, y las nuevas tendencias educativas sobre el tema, especialmente

en la educación secundaria.

2. Objetivos

1. Promover la apropiación de los estudios CTS en los docentes de la

educación secundaria de los países iberoamericanos, a partir de una presentación de

los enfoques recientes, principales autores y corrientes de estos estudios.

2. Revelar la necesidad de abrir la ciencia y la tecnología a la comprensión

de los docentes, en tanto agentes de transformación social de los valores públicos y

la participación social, mediante la socialización de planteamientos que contribuyan

a la elaboración conceptual para orientar debates en temas contemporáneos

relacionados con el desarrollo científico-tecnológico.

3. Orientar la comprensión de los estudios CTS en el ámbito educativo, a

partir de una presentación de las experiencias más significativas sobre su

incorporación en los currícula de la educación secundaria de diversos países, en la

perspectiva de contribuir a la incorporación de estos estudios en los sistemas

educativos de los países latinoamericanos.

3. La imagen tradicional de la ciencia y la tecnología

La concepción clásica de las relaciones entre la ciencia y la tecnología con la

sociedad, es una concepción esencialista y triunfalista, que puede resumirse en una

simple ecuación, el llamado “modelo lineal de desarrollo”: + ciencia = + tecnología

= + riqueza = + bienestar social.

Dicha concepción está presente con frecuencia en diversos espacios del

mundo académico y los medios de divulgación. En su fundamentación académica,

encontramos la visión clásica del positivismo, sobre la naturaleza de la ciencia y su

cambio temporal, cuya formulación canónica procede del Positivismo Lógico,

filosofía de la ciencia que surge durante los años 20 y 30 de las manos de autores

como Rudolf Carnap, en alianza con las aproximaciones funcionalistas en sociología

de la ciencia que se desarrollan desde los años 40, en las que destaca Robert K.

Merton.

Mediante la aplicación del método científico, y el acatamiento de un severo

código de honestidad profesiona l, se espera que la ciencia produzca la acumulación

de conocimiento objetivo acerca del mundo. Para ello, el trabajo científico debe ser

objeto de evaluación por sus colegas, quienes se encargarían de velar por la

integridad intelectual y profesional de la institución, es decir, por la correcta

aplicación de ese método de trabajo y el buen funcionamiento de ese código de

conducta. Este sistema de arbitraje por pares, tal como se le denomina, garantizaría

el consenso y la honestidad en ciencia, prevendría la controversia y evitaría el

fraude.

En esta visión clásica, la ciencia sólo puede contribuir al mayor bienestar

social si se olvida de la sociedad, para dedicarse a buscar exclusivamente la verdad.

La ciencia, entonces, sólo puede avanzar persiguiendo el fin que le es propio, el

descubrimiento de verdades e intereses sobre la naturaleza, si se mantiene libre de la

interferencia de valores sociales por beneméritos que éstos sean. Análogamente,

sólo es posible que la tecnología pueda actuar de cadena transmisora en la mejora

social si se respeta su autonomía, si se olvida de la sociedad para atender únicamente

a un criterio interno de eficacia técnica. Ciencia y tecnología son presentadas así

como formas autónomas de la cultura, como actividades valorativamente neutrales,

como una alianza heroica de conquista cognitiva y material de la naturaleza.

Los mitos del sistema I+D (investigación y desarrollo). Daniel Sarewitz

identifica en (1996) los que considera como mitos principales del sistema I+D, es

decir, de la concepción tradicional de la ciencia y de sus relaciones con la

tecnología y la sociedad. Son, en una versión adaptada, los siguientes:

Mito del beneficio infinito: más ciencia y más tecnología conducirá

inexorablemente a más beneficios sociales.

Mito de la investigación sin trabas: cualquier línea razonable de investigación

sobre procesos naturales fundamentales es igualmente probable que produzca un

beneficio social.

Mito de la rendición de cuentas: el arbitraje entre pares, la reproducibilidad de

los resultados y otros controles de la calidad de la investigación científica dan

cuenta suficientemente de las responsabilidades morales e intelectuales en el

sistema I+D.

Mito de la autoridad: la investigación científica proporciona una base objetiva

para resolver las disputas políticas.

Mito de la frontera sin fin: el nuevo conocimiento científico generado en la

frontera de la ciencia, es autónomo respecto a sus consecuencias prácticas en la

naturaleza y la sociedad.

Lecturas complementarias

Capítulo “¿Qué es la ciencia?”

Echeverría, J. (1995), Filosofía de la ciencia, Madrid, Akal.

Feyerabend, P. (1975), Tratado contra el método, Madrid, Tecnos, 1981.

Merton, R.K. (1973), La sociología de la ciencia, 2 vols., Madrid, Alianza, 1977.

3.1. Los orígenes de la concepción esencialista

La expresión política de esa visión tradicional de la ciencia y la tecnología,

donde se reclama la autonomía de la ciencia-tecnología con respecto a la

interferencia social o política, es algo que tiene lugar inmediatamente después de la

II Guerra Mundial. Era una época de intenso optimismo acerca de las posibilidades

de la ciencia-tecnología y su necesidad de apoyo incondicional. Son expresiones de

la misma: los primeros ordenadores electrónicos (ENIAC, 1946); los primeros

transplantes de órganos (riñón, 1950); los primeros usos de la energía nuclear para el

transporte (USS Nautilus, 1954); o la invención de la píldora anticonceptiva (1955).

La elaboración doctrinal de ese manifiesto de autonomía para la ciencia con respecto

a la sociedad se debe originalmente a Vannevar Bush, un influyente científico

norteamericano que fue director de la Office of Scientific Research and Development

(Oficina para la Investigación Científica y el Desarrollo, EE.UU.) durante la II

Guerra Mundial, y tuvo un papel protagonista en la puesta en marcha del Proyecto

Manhattan para la construcción de las primeras bombas atómicas.

El informe de Bush, titulado Science - The Endless Frontier (Ciencia: la

frontera inalcanzable), traza las líneas maestras de la futura política científicotecnológica

norteamericana, subrayando el modelo lineal de desarrollo: el bienestar

nacional depende de la financiación de la ciencia básica y el desarrollo sin

interferencias de la tecnología, así como la necesidad de mantener la autonomía de

la ciencia para que el modelo funcione. El crecimiento económico y el progreso

social vendrían por añadidura.

El ejemplo de Estados Unidos será seguido por el resto de los estados

industrializados occidentales durante la Guerra Fría, se implicarán activamente en la

financiación de la ciencia por la carrera de armamentos y por las guerras de Corea y

Vietnam. Por ejemplo, en 1954 se crea en Suiza el Centro Europeo de Investigación

Nuclear (CERN, Centre Européen de la Recherche Nucleaire), como respuesta

...

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