Cirrosis Pae
erendida0613 de Julio de 2013
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INTRODUCCIÓN.
El Proceso de Atención de Enfermería es un método sistemático de brindar cuidados humanistas eficientes centrados en el logro de resultados esperados, apoyándose en un modelo científico realizado por un profesional de enfermería. Es un método sistemático y organizado para administrar cuidados individualizados, de acuerdo con el enfoque básico de que cada persona o grupo de ellas responde de forma distinta ante una alteración real o potencial de la salud. Originalmente fue una forma adaptada de resolución de problemas, y está clasificado como una teoría deductiva en sí misma. El uso del proceso de enfermería permite crear un plan de cuidados centrado en las respuestas humanas, trata a la persona como un todo; el paciente es un individuo único, que necesita atenciones de enfermería enfocadas específicamente a él y no sólo a su enfermedad.
El PAE consta de 5 etapas:
Valoración: es la recolección de datos, valoración, organización y registro de dichos datos.
Diagnóstico: son parte de un movimiento en enfermería para estandarizar la terminología que incluye descripciones estándar de diagnósticos, intervenciones y resultados. El propósito de esta fase es identificar los problemas de enfermería del paciente
Planificación: consiste en la elaboración de estrategias diseñadas para reforzar las respuestas del cliente sano o para evitar, reducir o corregir las respuestas del cliente enfermo, identificadas en el diagnóstico de enfermería.
Ejecución: En esta fase se ejecuta el plan de enfermería descrito anteriormente, realizando las intervenciones definidas en el proceso de diagnóstico.
Evaluación: se describe el éxito del cuidado implementado y retroalimentación para procesos futuros.
JUSTIFICACIÓN.
Este proceso de atención a enfermería se realiza para que el personal de enfermería correlacione sus conocimientos teóricos con la práctica y así desarrollen sus conocimientos, habilidades, destrezas y actividades tanto individualizadas como sistematizadas. Con el fin de mejorar el estado de salud del paciente proporcionándole un cuidado integral y holístico. Como se mencionó en la introducción el proceso está basado en la 5 etapas, las cuales se encuentran estandarizadas, basadas en las taxonomías NANDA, NOC, NIC, relacionando diagnósticos enfermeros, intervenciones y resultados, dando una validez para llevarlo a la práctica siendo la clave del actuar de la enfermera. Garantizando la salud del paciente y brindando una práctica sistematizada y de excelencia favoreciendo el desarrollo personal. Este trabajo esta aplicado a un paciente que cursa con cirrosis hepática; este padecimiento representa un gran impacto en la estabilidad psicológica y física del enfermo hasta la muerte, una futura invalidez y tendencia a la sobreestimación de los síntomas. Durante esta etapa ocurren cambios diversos, tanto personal como en el núcleo familiar y aparece nuevas responsabilidades. Dando origen a diversos problemas; familiares, personales, que ponen en peligro la vida del paciente; ya que esta enfermedad o toxicomanía alcohólica es un proceso gradual que pasa por diversas fases, debido al uso continuo de alcohol se crea una dependencia fisiológica y psicológica hacia el mismo trayendo como consecuencia; La cirrosis que es, una enfermedad crónica, progresiva e irreversible que afecta al hígado y que consiste en la muerte paulatina del tejido hepático normal, que es sustituido por un tejido fibroso o cicatricial incapaz de ejercer las funciones del hígado. Por lo tanto, estos pacientes no pueden cumplir sus roles habituales, esta es la razón por lo que se necesita de un seguimiento de rehabilitación y evitar posibles complicaciones .Exigiendo al profesional de enfermería brindar atención de calidad, integral e individual al paciente.
OBJETIVO GENERAL
Identificar los problemas de salud integrando los diagnósticos de enfermería tanto reales, como de riesgo y de salud, al individuo que cursa con cirrosis hepática a través de la metodología del PAE para brindar un cuidado holístico y estandarizado de acuerdo a las taxonomías.
OBJETIVOS ESPECÍFICOS
o Establecer los diagnósticos (de acuerdo a patrones).
o Planificar intervenciones con enfoque a la rehabilitación del usuario y obtener una buena evaluación.
o Mediante la rehabilitación lograr que el paciente recupere al máximo funciones físicas y psíquicas permitiéndole recuperar una vida normal social, familiar y profesional.
o Lograr en el paciente un mayor grado de independencia.
o Evitar complicaciones y secuelas futuras
CIRROSIS HEPÁTICA.
Concepto.
La cirrosis hepática es el estadio final de todas las enfermedades hepáticas crónicas progresivas. Es una alteración histopatológica difusa del hígado caracterizada por pérdida del parénquima hepático, formación de septos fibrosos y nódulos de regeneración estructuralmente anormales, dando lugar a una distorsión de la arquitectura hepática normal y a una alteración de la anatomía de la vascularización hepática y de la microcirculación. En el pasado se consideraba que la cirrosis nunca era reversible, sin embargo, desde hace una década el concepto de cirrosis ha pasado de ser un estadio estático a un proceso dinámico. Hoy día se conoce que, cuando se elimina la agresión fundamental que ha producido la cirrosis, se puede llegar a resolver la fibrosis; esto se puede observar en pacientes con hemocromatosis tratados con flebotomías satisfactoriamente; enfermos con hepatopatía alcohólica en abstinencia alcohólica; pacientes con cirrosis de etiología autoinmune tratados con inmunosupresores y hepatitis crónica C con estadio de cirrosis con respuesta virológica sostenida al tratamiento antiviral. En definitiva, se puede definir la cirrosis hepática como un “síndrome anatomoclínico” que corresponde a la fase terminal de muchas enfermedades hepáticas de etiología diversa que tienen una historia natural con frecuencia larga, con un sustrato morfológico que comprende la desestructuración de la arquitectura lobulillar, de carácter difuso, con compromiso del patrón vascular y que se expresa clínicamente con una sintomatología variada generalmente relacionada con la hipertensión portal.
Epidemiologia.
La cirrosis hepática es una enfermedad frecuente en el mundo, y su prevalencia es variable de un país a otro dependiendo de los factores etiológicos. La cirrosis suele manifestarse hacia la cuarta o quinta década de la vida, aunque hay casos juveniles e incluso infantiles, y no es excepcional que un paciente sea portador de una cirrosis durante muchos años.
La cirrosis es una enfermedad más frecuente en el sexo masculino, probablemente porque la infección por los virus de las hepatitis y el etilismo son más frecuentes en el varón. La raza negra, el hábitat urbano y el menor nivel económico parecen ser factores significativos de riesgo del desarrollo de cirrosis.
Etiología.
Aproximadamente el 90% de las causas de cirrosis hepática en países occidentales son el abuso de alcohol, la enfermedad por hígado graso no alcohólico (EHnA) y la hepatitis crónica vírica. La causa de la cirrosis permanece desconocida en cerca del 10% de los casos (cirrosis criptogénica) y aproximadamente el 70% de estos casos se cree que en la actualidad están relacionados con la EHnA dentro del contexto de resistencia a la insulina y síndrome metabólico, mientras que el resto puede estar en relación con mecanismos autoinmunes.
Cuadro clínico.
En muchos casos, el diagnóstico de la cirrosis es casual, puesto que como se ha dicho, en la fase compensada de la enfermedad sus manifestaciones pueden ser poco aparentes, presentando síntomas vagos o inespecíficos como dispepsia, astenia o hiperpirexia. Así, puede detectarse ante la existencia de hepatomegalia en una exploración física de rutina, ante alteraciones en las pruebas de función hepática, o ante la positividad en las pruebas de estudio de las hepatitis virales. Hemorragias digestivas por ruptura de varices esofágicas o gástricas, que son muy graves, evacuaciones sanguinolentas, negras (melena), sangrado nasal o encías sangrantes, alteraciones de la función cerebral con cambios sutiles (mayor torpeza, lentitud de pensamiento) o manifiestas como desorientación alteración de la conducta, somnolencia o incluso coma (encefalopatía hepática)
Diagnóstico.
Para el diagnóstico de la cirrosis hepática, habitualmente es suficiente con procedimientos no invasivos, como la combinación de técnicas de imagen como la ecografía, y hallazgos de laboratorio. También se usa la biopsia hepática, sin embargo, hoy en día este procedimiento sólo se utiliza en casos seleccionados y nada más.
Tratamiento.
La cirrosis como tal carece de tratamiento médico específico dado que es, en general, irreversible. Se pueden tratar algunas de las enfermedades que la producen y evitar o retardar la evolución de una cirrosis en estado inicial a las fases avanzadas.
También tienen tratamiento algunas de las complicaciones de la cirrosis tal como la hemorragia digestiva, la ascitis y la encefalopatía hepática, que siempre deben ser indicados por un médico.
El tratamiento definitivo de la cirrosis es el trasplante hepático. Se realiza solamente en los pacientes en que se estima una supervivencia menor de dos años, a consecuencia de la cirrosis, y en los que no existe contraindicación para realizarlo por otros motivos
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