Clases De Valotres Y Cuestiones Controvertidas

CLASES DE VALORES Y CUESTIONES CONTROVERTIDAS

(Jaume Trilla)

El autor nos trata de explicar la controversia de la neutralidad del maestro frente a las cuestiones socialmente controvertidas, Jaume propone un modelo normativo que ayude a orientar la intervención del profesor ante estas cuestiones. Además propone que la opción por la neutralidad depende, entre otras cosas, de la clase de valores que entren en juego en cada caso, por lo que propone una clasificación de valores que permita orientar la conducta del docente.

Valores compartidos y valores no compartidos

Para entender mejor el autor define postura de neutralidad como aquella instancia que, ante un conjunto de opciones existentes respecto de un objeto determinado, no apoya a una (o unas) de ellas por encima de las demás. Y a la vez considera una postura contraria u opuesta a la de la neutralidad y se distingue con el término beligerancia.

La propuesta sugerida consiste en distinguir tres clases de valores.

• Valores A, que convencionalmente llamaremos compartidos, y que comprenderían todos aquellos valores que, en el contexto social que se considere (sociedad, nación, comunidad), son aceptados de forma generalizada como deseables.

• Valores B, que serían valores no compartidos y contradictorios con los valores A; es decir, aquellos valores que no sólo no gozarían de una aceptación generalizada, sino que además serían ampliamente percibidos en el contexto social como antagónicos a los anteriores; en realidad, serían contravalores.

• Valores C, que tampoco serían compartidos, pero que, en cambio, no serían percibidos de forma generalizada como contradictorios con los valores A; es decir, valores que, aunque no gozaran de una aceptación mayoritaria, se consideraría legítimo que individuos o grupos los pudieran tener como propios.

Conflicto entre valores y las cuestiones socialmente convertidas

En relación a las clases de valores que se describieron, se pueden introducir dos nociones más. La primera es la de «conflicto de valores» (o «entre valores»). Un conflicto entre valores aparece cuando ante una cuestión determinada existen distintas opciones que tratan de fundamentarse mediante referencias axiológicas diferentes. Con esto queremos apuntar que los conflictos de valores no los entendemos en abstracto (el valor tal frente al valor cual), sino referidos a objetos determinados. A estos objetos que plantean conflictos valorativos son a los que llamamos cuestiones controvertidas. Estas cuestiones serán socialmente controvertidas si, en el contexto social de que se trate, el disenso que sobre ellas existe se percibe de forma pública y se le atribuye una cierta relevancia.

En las cuestiones socialmente controvertidas los valores que entran en conflicto son, en primer término, los que antes etiquetábamos como valores C. Sin embargo, muchas de las cuestiones socialmente controvertidas no se reducen sólo a conflictos entre los valores C, sino que remiten a diversos aspectos de los valores A y B.

Se entiende que son cuestiones socialmente controvertidas aquellas que:

1. Conllevan algún conflicto entre valores, bien sea por una oposición existente entre los valores que llamábamos C, o bien por las diferentes formas de interpretar, jerarquizar o aplicar los valores A y B; y

2. Son percibidos públicamente como relevantes.

Propuesta de objetivos

La aceptación de que el sistema democrático y pluralista es perfectible, en sus aspectos operativos, el mejor de los sistemas políticos conocidos, implica afirmar que uno de los objetivos básicos de la educación debe ser el de contribuir, en la medida de sus posibilidades, al mantenimiento de lo esencial de este marco y a la optimización de aquellos aspectos funcionales que sean mejorables.

Para entender mejor lo anterior se pretenden tres objetivos que:

• El educando conozca y asuma los valores compartidos (A)

• El educando conozca y rechace los contravalores (B)

• El educando conozca las cuestiones socialmente controvertidas, y que pueda optar autónomamente en relación a ellas.

Estos objetivos podrían ser traducidos de la siguiente manera:

• Por lo que se refiere a los valores A, la educación debe ser beligerantemente positiva.

• Por lo que se refiere a los valores B, la educación debe ser beligerantemente negativa.

• Por lo que se refiere a las cuestiones controvertidas, deberá adoptarse aquella forma lícita de neutralidad o de beligerancia que, en cada caso, sea la más pertinente para que el educando pueda optar autónomamente en relación a ellas.

Una tipología institucional

La tipología intenta caracterizar diferentes modelos de escuelas según como estas actúan frente a las distintas clases de valores. es decir, según su neutralidad o beligerancia ante los valores que llamábamos A, B, y C ante las cuestiones socialmente controvertidas.

Las escuelas con identidad ideológica especifica son aquellas que están adscritas a una confesión religiosa o ideológica política determinadas y que pretenden educar homogéneamente en función de la misma. Las escuelas sin identidad ideológica específica serán las que carecen de una caracterización ideológica, política o religiosa determinada.

La diferencia entre escuelas ideológicamente identificadas doctrinarias y no doctrinarias es el carácter duro o suave de la beligerancia que ejercen a favor de su especificidad ideológica.

Determinación del modelo institucional mas idóneo de acuerdo con los objetivos propuestos

Las escuelas ideológicamente identificadas pero no doctrinarias tampoco parece que sean las más idóneas. La escuela neutra no da cabida a lo religioso ni a lo político ni, en general, a lo socialmente controvertido: todo ello debe ventilarse fuera de la escuela.

La escuela pluralista es institucionalmente neutral, no ejerce una beligerancia global y homogénea frente a las cuestiones controvertidas, pero no las evita, sino que expresamente las introduce en su quehacer bajo el criterio del pluralismo.

Precisiones sobre el modelo

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