Crimen Colectivo

El relato de Yun Hunggil,"Crimen colectivo", nos muestra cómo la sociedad y su mentalidad grupal pueden llevar a un joven a quitarse la vida. En el sórdido escenario del “Café Sanjo”, Yun nos muestra retazos de las vidas miserables de los individuos que allí paran.

El relato se inicia haciendo una minuciosa descripción, en tono realista, del entorno urbano en el que se encuentra inmersa la desvencijada casa de té, más acentuado si cabe, situándolo “…ni en pleno centro, ni tampoco se podía decir que en los suburbios”. Esta evocación paisajística, nos lleva a imaginar el pequeño y desvencijado edificio del Café, sumergido entre grandes edificios donde se aglutina la masa de población que trabaja en la nueva industria en condiciones precarias. Personas que tras la posguerra, se hallan como ese pequeño café, abrumados, ajados psicológicamente y tratando de no derrumbarse cada día, aferrándose a lo poco que pueden percibir como familiar en medio del vorágine cambio social e industrial, el Café Sanjo.

Entre los variopintos personajes que frecuentan el Café, Kim Si-Cheol destaca como protagonista capaz de ver, entre la distorsión existente, la realidad que está aconteciendo. En él vemos a una persona que durante el relato va tomando conciencia de la imposibilidad de huir de su insípida vida. Esto el autor lo refleja en el relato mediante, la carta de renuncia como maestro, que siempre lleva consigo, y que termina por romper al final.

El Café Sanjo, un lugar aletargado, de atmósfera cargada y que sirve un café desastroso, de la noche a la mañana cobra vida con la llegada de un joven y misterioso cocinero. Los clientes del café, ante lo enigmático de su persona, comienzan a especular sobre si es un despiadado asesino que se oculta de la ley, mientras que el maestro de primaria opina que se trata de un estudiante universitario aspirante a agente de la ley, y que en base a eso, el joven posee una superioridad moral e intelectual al representar a una persona con afán de luchar por la democracia y mejorar la distorsionada sociedad en que viven, en resumen, una esperanza.

Pero el cúmulo de especulaciones del curioso y morboso grupo, que por allí deambula, tendrán consecuencias. La estúpida broma de la empleada de la cafetería, la señorita Hyeon, al llamar a la radio diciendo que iba a suicidarse, provoca que la policía acuda al café. El cocinero, presa del pánico creyendo que iban por él (dado que viven en un autoritarismo represivo), se mata. Así, el autor nos muestra como la sociedad distorsionada en que viven los personajes, se cobra víctimas como el cocinero sin hacerse en ningún momento responsable.

Cabe tener en cuenta, que Corea de Sur en esa época estaba bajo un régimen autoritario volcado en industrializar el país a toda velocidad mediante el sacrificio y penurias de su sociedad. La literatura de esta época de autores como Yun, reclamaban en el realismo crudo de sus obras la represión, y la libertad de que carecía la sociedad surcoreana. En parte, la experiencia vital del autor queda reflejada en su obra. En concreto, podemos apreciar en el protagonista de la historia una relación directa, en cuanto a la importancia del puesto de maestro de primaria como trabajo que garantizase un mínimo de estabilidad económica en su época, aunque no fuese un trabajo muy bien retribuido como arguye el protagonista

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