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Critica impresionista


Enviado por   •  14 de Enero de 2019  •  Tareas  •  1.213 Palabras (5 Páginas)  •  132 Visitas

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MTRA: YAMILET GARCIA ZAMORA


Mañana de miércoles en la Ciudad de México, un día soleado cubre a esta agitada urbe. Hoy me decido hacer una visita al Museo de Arte Moderno. Ubicado en una de las avenidas más emblemáticas y recorridas como lo es Paseo de la Reforma, antiguamente nombrada Paseo de la Emperatriz. Este nombre se debe precisamente a que su trazo fue encargo de Maximiliano de Habsburgo durante el segundo Imperio mexicano. Una majestuosa avenida donde concurren diversas manifestaciones culturales y políticas.

Emprendo el viaje gracias a la variada transportación pública con la cual contamos y lo más significativo ha sido el trayecto a lo largo de Paseo de la Reforma en el nuevo autobús de dos niveles. Sin duda una experiencia muy gratificante que nos convierte en espectadores en primera fila de los magnos acontecimientos que se viven durante el trayecto.

La parada correspondiente al Museo de Arte Moderno es Gandhi, una vez allí desciendo y me dirijo hacia este aposento museístico. Me reciben los guardias, quienes, de manera muy amable, me dan la bienvenida. Haciendo un poco de historia el MAM fue inaugurado el 20 de septiembre de 1964 debido a la iniciativa del entonces presidente Adolfo López Mateos, como parte del programa de institucionalización de la cultura. Se les encargó a los arquitectos Pedro Ramírez Vázquez, Carlos Cazares Salcido y Rafael Mijares Alcérreca, el diseño arquitectónico. El Museo de Arte Moderno (MAM) adquirió la calidad de emblema oficial de la modernización del país en su momento.

Haciendo un apéndice, en un principio, las salas del MAM adoptaron un amplio perfil historicista, pronto confiaron en la renovación y, por ende, en una imagen actualizada del arte nacional mexicano que cuestionaba el discurso de la identidad nacional heredado de la Revolución, mediante la primera gran exposición dedicada a Rufino Tamayo, quien a la sazón encarnaba la revocación de los códigos del muralismo y la Escuela Mexicana, la desprejuiciada apertura a los criterios en boga a nivel mundial.

Camino hacia la entrada principal llena de expectativas y como no tenerlas si mi energía hoy se enfoca en una de las grandes artistas surrealistas radicada en esta cosmopolita ciudad. Me refiero a la gran Leonora Carrington. Voy a la taquilla para obtener el boleto de acceso, una vez logrado el acometido, un guardia me da una breve instrucción sobre el recorrido a seguir.

Antes de elucubrar esta exposición es mi deseo adentrarme brevemente en la arquitectura del MAM. Ya han pasado poco más de cincuenta años desde su inauguración y durante ese período ha preservado, exhibido y difundido el arte moderno mexicano, labor que, desde un inicio debo de destacar, se vio reforzada con la arquitectura del edificio. Este templo del saber laico formó parte de un proyecto que respondió a una serie de supuestos museológicos y políticos que permitieron su origen. Su primera misiva fue alojar las nuevas expresiones plásticas de la época y materializar un ideal de modernidad, posibilitando la inclusión de este México adorado en un nuevo panorama de reconocimiento propio

El diseño del museo encarna los postulados organicistas de la vanguardia arquitectónica de la década de los 60: el plano del edificio, en forma de amiba, está proyectado en estructuras circulares concéntricas de dos plantas, coronadas por domos; las fachadas, al suprimir los muros por el vidrio, buscan ante todo la integración visual interior / exterior con el jardín que rodea el museo.

Salvo por el mármol de Carrara abundantemente utilizado para recubrir el hall y su impresionante escalera que conecta a ambas plantas y a ambas alas del museo, el resto de los materiales son típicos de aquellos a la moda de mediados de los años 60: las fachadas son de vidrio polarizado en dos tonos, solar grey y solar Green; y la cancelería es de aluminio plateado. El interior del edificio se diseñaría a partir de la necesidad de flexibilidad, lo cual se lograría con una planta libre que articulara sus muros móviles a través de núcleos circulares y así poder generar recorridos más flexibles.

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