Escuela Critica
vteoxv15 de Marzo de 2012
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ESCUELA TRADICIONAL, NUEVA, TECNOCRATICA Y CRÏTICA
Fundamentación de la didáctica
Margarita Pansza G.Esther C. Perez J. Y Porfirio Moran O.
México, Edit. Gernikasexta edición 1996
ESCUELA TRADICIONAL,NUEVA, TECNOCRATICA Y CRÍTICA
La institución por excelencia de la educación formal la escuela. En ella se concretan los proble¬mas de finalidad, autoridad, interacción y currículo que constituyen la problemática básica del docente y en los cuales se refleja la sociedad entera.
La escuela constituye lo que llamamos un aparato ideológico especializado, ya que su función está relacionada con la transmisión, conservación y promoción de la cultura, lo cual favorece nuestra integración en una sociedad determinada. "Para educar es necesario un aparato cultural, a través del cual la generación anterior transmite a la generación de los jóvenes toda la experiencia del pasa¬do (de las viejas generaciones pasadas), les hace ad¬quirir sus inclinaciones y hábitos (incluso los físicos y técnicos que se adquieren con la repetición) y transmite enriquecido el patrimonio del pasado"31.
Esta transmisión de contenidos, donde está implícito lo ideológico, se realiza principalmente a través de la escuela, órgano que, hasta fechas muy recientes, no había sido cuestionado; pese a ser depositaria de una serie de mitos tales como la neu¬tralidad, tanto de la ciencia, como de la acción educativa, de la igualdad de oportunidades, etc.
Hasta hace relativamente poco tiempo, cuando se presentaban problemas en la escuela, relativos a la calidad de la enseñanza, al aprovechamiento es¬colar, a la disciplina, etc., se centraba el análisis de éstos, en las conductas individuales que el profesor o el alumno asumieran, sin cuestionar la forma en que la escuela misma, con sus normas, su aisla¬miento respecto a la sociedad global, los requisitos que impone al cuestionamiento de contenidos y programas, contribuye a acentuar una problemática que en algunos casos supera incluso los límites de la escuela, o sea, desconociéndose en esta problemática la forma como la institución misma determina o influye en el proceso de enseñanza-aprendizaje.
Esta reciente consideración de la escuela, como un objeto de conocimiento que debe ser abordado para tener una explicación más coherente del proceso de enseñanza-aprendizaje y proporcionar un marco referencial al trabajo docente, está muy relacionada con la difícil tarea de la construcción del objeto científico de la educación que, y desde luego está en proceso de construcción.
El primer supuesto del que se debe partir en el análisis de la escuela, es la consideración de la misma como una organización social y, en este sentido, el reconocimiento de su historicidad. Es decir, la escuela es un producto histórico, una organización social, y por lo tanto transitoria y arbitraria.
“Faltan principalmente todos los motivos para considerar (naturales) las instituciones y las estructuras educativas que la historia nos ha trasmitido cristalizadas en la forma actual de la escuela. En realidad la estructura de la escuela no es natural ni siquiera histórica en el sentido inmediato y total que lo son las estructuras productivas de la sociedad; la escuela es más bien una superestructura.
La escuela, al ser puesta en el banquillo de los acusados, ha sido condenada a muerte por sus críticos más radicales, quienes han desarrollado un movimiento teórico en contra de ella, acusándola básicamente de reproducir los intereses de la burguesía, de ocultar la realidad de la desigualdad social y de su elitismo. Caer en esta posición suele llevar a un tipo especial de idealismo, en el que más que transformar la realidad se pretende destruirla, como si en esta forma se acabase con los problemas sociales, con sus conflictos y contradicciones y su reflejo en la escuela.
Nosotros creernos que más que la muerte de la escuela, se debe someter a ésta a una crítica severa y a su radical transformación; frente a las viejas es¬tructuras educativas, se impone la construcción de nuevas estructuras que contemplen los problemas de finalidad, autoridad, interacción y currículo, desde una perspectiva científica que parta del reconocimiento de la educación corno un hecho social y asuma las contradicciones y conflictos que se dan en el proceso educativo, sentando las bases pa¬ra la construcción de una didáctica que devuelva a profesores y alumnos la conciencia y la responsa¬bilidad de sus propias acciones, así como los lími¬tes que la convivencia social impone al hombre:
El hombre nace de hecho en la sociedad, pero no nace social, llega a serlo con la educación, que le hace asumir poco a poco su situación de hecho y originaria”.
La necesaria reconstrucción de los momentos históricos por los que ha atravesado la conceptuali¬zación de la educación y por ende de la didáctica (referida más específicamente a los procesos de enseñanza-aprendizaje), nos lleva a la elaboración de modelos teóricos que en alguna forma recogen en lo general las características de la educación formal que representan. En este trabajo descubri¬mos brevemente, dichos modelos que están dados con las siguientes denominaciones:
• Escuela tradicional
• Escuela nueva
• Escuela tecnocrática
• Escuela crítica
ESCUELA TRADICIONAL34
Se remonta al siglo XVII el origen de lo que se ha llamado escuela tradicional. Coincide con la ruptura del orden feudal y con la constitución de los estados nacionales y el surgimiento de la bur¬guesía; se debaten en el terreno de la educación distintos proyectos políticos.
Con relación a las prácticas escolares cotidia¬nas, los pilares de este tipo de escuela son el orden y la autoridad. El orden se materializa en el méto¬do que ordena tiempo, espacio y actividad. La au¬toridad se personifica en el maestro, dueño del co¬nocimiento y del método.
Nada se deja al azar, el método garantiza el do¬minio de todas las situaciones. Se refuerza la disci¬plina ya que se trabaja con modelos intelectuales y morales previamente establecidos.
La escuela tradicional fue una forma perfecta¬mente adecuada a las necesidades de su tiempo y, en ese sentido moderna. El vigor con que hoy sub¬siste es correlativo al modelo de sociedad que le dio origen.
Rasgos distintivos de la escuela tradicional son: verticalismo, autoritarismo, verbalismo, intelectua¬lismo; la postergación del desarrollo afectivo, la domesticación y el freno del desarrollo social son sinónimos de disciplina. Esta escuela se concibe al margen de las desigualdades sociales que perpetúa al ignorarla35.
En la escuela tradicional se respeta un rígido sistema de autoridad; quien tiene la mayor jerar¬quía es quien toma las decisiones, que resultan vi¬tales para la organización, tanto del trabajo como de las relaciones sociales, y el alumno, que es el que está al final de esta cadena autoritaria, carece de poder3~.
El verbalismo constituye uno de los obstáculos más serios de la escuela tradicional, donde la expo¬sición por parte del profesor substituye de manera sustantiva otro tipo de experiencias, como pueden ser la lectura en fuentes directas, la observación; la experimentación, etc., convirtiendo así la ciencia en algo estático y al profesor en un mediador entre el alumno y el objeto de conocimiento. La dependencia que se establece entre el profesor y el alum¬no, retarda la evolución afectiva de este último, in¬fantil izándolo favoreciendo su incorporación acrítica en el sistema de las relaciones sociales.
El intelectualismo implica privilegiar la disociación entre intelecto y afecto. Creer que en la escuela sólo importa el desarrollo de la inteligencia implica negar el afecto y su valor energético en la conducta humana.
ESCUELA NUEVA
Constituye una respuesta a la escuela tradicional y resulta un movimiento muy controvertido en educación. Muchos pensadores (Bernfeld entre ellos) lo consideran una revolución copernicana en el campo de la educación, y a que da un giro de 180 grados al desplazar la atención, que en la educa¬ción tradicional se centrada en el maestro, hacia el alumno.
Este movimiento surge a principios del siglo XX y está ligado a una serie de transformaciones económicas y demográficas.
Curiosamente,la mayoría de los hombres que transformaron los criterios de la educaciónformal tradicional no eran pedagogos sino médicos o psi¬cólogos, que llevaronal campo de la escuela los conocimientos que sobre el hombre estaban adqui¬riendoen sus campos disciplinarios.
La Escuela Nueva descubre posiciones relevan¬tes para la acción educativa, y continúasiendo ac¬tual. Aunque presenta una serie de limitaciones, es innegable quepropicia un rol diferente para profe¬sores y alumnos. La misión del educadorestriba en crear las condiciones detrabajo que permitan al alumno desarrollar sus aptitudes; para ello se vale de transformaciones (no radicales) en laorganiza¬ción escolar, en los métodos y en las técnicas peda¬gógicas
Las principales consignas de la escuela Nueva, son:
La atención al desarrollo de la personalidad, re-valorando los conceptosde motivación, interés y actividad.
La liberación del individuo, reconceptualizando la disciplina, queconstituye la piedra angular del control ejercido por la escuela tradicional yfavoreciendo la cooperación.
La exaltación de la naturaleza.
El desarrollo de la actividad creadora.
El fortalecirniento de los canales de comunica¬ción interaula.
En la práctica, la aplicación de estos principios no ha sido nada fácily no han
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