Cuenca De Valle-irapuato
juan89c4 de Junio de 2015
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La región acuífera Irapuato-Valle de Santiago
Se caracteriza porque la competencia por el uso del agua aumenta día con día a fin, de satisfacer las necesidades de los usos: doméstico, agrícola, ganadero, industrial y de servicios. Esta competencia ha ocasionado que la extracción del agua subterránea se incremente año con año, a costa del almacenamiento acuífero. El valle motivo de estudio se ubica geográ- ficamente en la porción sur oriental del Estado de Guanajuato y pertenece a la región del Bajío Guanajuatense, con una superficie de 1683 km2 . Las ciudades más importantes que se encuentran en la zona además de Salamanca son Irapuato y Valle de Santiago, las cuales cuentan con 806.818 habitantes conjuntamente.
Los eventos geológicos que actuaron en la región durante el Cenozoico la caracterizan como una zona altamente fragmentada, donde la deformación distensiva dio lugar a la formación de grandes bloques limitados generalmente por fallas normales. Asimismo, el desarrollo de arcos volcánicos, como la Sierra Madre Occidental en el Mioceno y el Eje Neovolcánico en el Pliocuaternario, originan el depó- sito de grandes volúmenes de materiales volcánicos, formando cuencas cerradas que con la continuación de los eventos tectónicos y por los procesos erosivos han permitido la formación de amplios valles con importantes espesores permeables. La información del subsuelo en la zona de estudio es escasa y la profundidad de ésta es muy somera. Sólo se encontró un pozo cercano a la ciudad de Salamanca que reporta un corte litológico de 700 m de profundidad (Fig. 3). De acuerdo con las características de las unidades reportadas no se encuentra un basamento bien definido, pero se establece que éste podría ser más somero en el Bloque Alto Sierra de las Codornices-San Roque, y en el Bloque Alto Sur de Salamanca, aunque no se logró determinar su profundidad. En la Depresión Valle de SantiagoSalamanca-Villagrán el basamento queda por debajo de los 700 m, de acuerdo con la información del pozo I0348-A, el cual en su parte más profunda corta una secuencia de basaltos interdigitados con arenas gruesas, la cual puede continuar a mayor profundidad. No se tiene información del basamento hidrogeológico; toda la columna cortada por el pozo puede estar saturada y presentar condiciones favorables al flujo subterráneo. Las rocas más antiguas reconocidas en los afloramientos superficiales y en reportes de cortes litológicos en el Valle pertenecen a la Unidad Ignimbrita Cuatralba (Tic) (Quintero, 1987), que comprende todas las rocas de naturaleza piroclástica y composición félsica; en ocasiones presenta abundante brechamiento y fracturación. Dada su variación vertical en la región de León, esta unidad se ha dividido en dos miembros (Rodríguez et al., 1991). En la parte superior predominan ignimbritas consolidadas con textura porfirítica con fenocristales de cuarzo, sanidina y escasa plagioclasa, inmersos en una matriz vítrea. En la parte inferior predominan tobas masivas, poco consolidadas, de coloración félsica, compuestas por cenizas volcánicas y escasos fragmentos líticos de pómez. El miembro superior se reporta en el Valle que comprende Salamanca-Querétaro.
Las unidades compuestas por secuencias de rocas basálticas y andesíticas, algunas veces riolíticas, han sido identificadas en diferentes localidades como Basaltos Río Lerma y Andesita Ordeña, y en general se encuentran cubriendo a la Ignimbrita Cuatralba. Cubriendo a basaltos e ignimbritas se encuentra el Terciario Granular Indiferenciado (Tci). Esta unidad consiste en conglomerados polimícticos con clastos subredondeados, pobremente clasificados. Al parecer estos depósitos sedimentarios rellenaron las depresiones tectónicas presentes en el valle, en ambientes de abanicos aluviales (Fig. 4). Los sedimentos cuaternarios incluyen todos los depósitos continentales clásticos no consolidados (gravas, arenas, limos, arcillas y suelo residual) y se localizan en la planicie y pie de monte de las partes altas (Qal). Este paquete es clasificado como tobas en las descripciones de columnas de pozos. Los estratos de arcillas, gravas y arenas varían en espesor de centímetros a un par de metros en la parte superior, los primeros 50 m.
El sistema acuífero
Desde el punto de vista regional (GUySA-CEASG, 1998), la explotación del agua del subsuelo, procede de dos acuíferos con diferentes características geohidrológicas. En primer lugar, se tiene un acuífero superior constituido por materiales granulares del Terciario y principios del Cuaternario, con intercalaciones de basalto fracturado y espesores de hasta 40 m. La temperatura media de este acuífero es de 24°C, y en él se encuentran perforados la mayoría de los pozos de la zona, con profundidad promedio de 150 m y un gasto medio de 40 L/s. Subyaciendo al acuí- fero anterior se encuentra un segundo acuífero formado por rocas riolíticas fracturadas del Terciario, y en él se encuentran la mayoría de los pozos de uso industrial. Las características medias de los pozos son: profundidad 300 m; nivel estático 30 m; nivel dinámico 48 m; gasto 45 L/s. La calidad del agua presenta mineralización y termalismo, con temperaturas que varían entre 29 y 38°C. Subyaciendo a las formaciones anteriores se encuentra un acuífero somero emplazado en materiales granulares que ha sido el más vulnerable a la contaminación local. De acuerdo a los resultados de temperatura del agua de los pozos de la zona de estudio se hace evidente la intercomunicación entre los dos acuíferos; el 50% de los pozos agrícolas, con profundidades máximas de perforación de 120 m, mantienen temperaturas del agua en un rango de 24 a 29°C; el 25% son de agua termal, superior a 29°C, y el 25% restante son de agua fría, inferior a 24°C.
Uso del agua
El uso intensivo del agua en la región está sustentada por la explotación de 1600 pozos activos que en conjunto extraen alrededor 560 millones de m3 (Fig. 5). Esta explotación ha generado abatimientos importantes; en el período de 1976 a 1986 fueron de 5 a 20 m. El uso indebido del recurso ha impactado localmente el flujo subterráneo. Estos cambios son evidentes al sur de la región. De igual manera los cambios piezométricos que se han suscitado en las áreas circundantes a Salamanca son muestra evidente del impacto negativo de la sobreexplotación del acuífero.
Problemas derivados del abatimiento y uso intensivo del agua
Evolución piezométrica
La hidroestratigrafía local está fuertemente controlada por alternancias irregulares de materiales de grano muy fino a grueso, secuencia que incluye paleocanales de diferente geometría y magnitud. La permeabilidad de estos paleocanales facilita la movilidad de flujos someros. Capas de arcilla impermeable pueden estar sosteniendo también acuíferos colgados de dimensiones variables. Regionalmente, a fin de continuar con el análisis acuífero se conformó una red piloto piezométrica para medir las variaciones del sistema acuífero. Está conformada por 102 pozos productivos. De esta red se tienen resultados de la evolución del sistema desde 1998, de donde se han obtenido las siguientes observaciones: la mayor profundidad del nivel estático se ha detectado al pie de la Sierra de Guanajuato, al Norte del canal Ing. A. Coria, fuera de la influencia del distrito de riego 011, en la cual se han encontrado niveles de hasta 100 m de profundidad. Los niveles más someros se han encontrado en el Norte de la ciudad de Valle de Santiago en el área más favorecida por los Ríos Lerma y Laja, y por los canales del distrito de riego 011. A partir de la configuración de la elevación del nivel estático se ha detectado la existencia de un cono de abatimiento localizado al sur de la ciudad de Salamanca, donde existe una extracción importante para satisfacer las necesidades de irrigación. De las sierras que franquean a esta región se ubican isolíneas de flujo que denotan aportaciones importantes de agua al acuífero en conjunto con los cauces principales y canales de riego, y que constituyen las zonas de recarga de toda la región.
En lo que se refiere a la evolución del nivel estático, se ha observado que en los períodos de buen temporal de lluvias, áreas contiguas a la de riego del distrito 011 presentan recuperaciones en el nivel estático de hasta 4 m; en cambio, en zonas donde la explotación del acuífero es demasiado alta y no existe esta influencia llegan a presentarse descensos hasta de 10 m. El promedio regional de descenso se ha mantenido desde 1998 entre los 2 y 3 m.
Impacto del descenso de los niveles en la actividad agrícola
Guanajuato se ha caracterizado por ser uno de los Estados con mayor producción agrícola en México; del total de su superficie que asciende a 3.049.100 ha se aprovechan 1,2 millones de ha, donde se realizan 70 diferentes tipos de cultivos, el 34% regado con agua superficial, 18% con agua subterránea y 48% con riego mixto temporal. El 90% de la superficie cultivable se utiliza para la producción de granos forrajes y otros cultivos, y el 10% para la producción de hortalizas. El riego basado en la extracción de agua subterrá- nea, en general ha conducido a un uso intensivo del recurso agua ocasionando inestabilidad en los sistemas acuíferos con abatimientos que han cambiado el régimen de cultivo, ya que para los años 1970 los costos por extracción aún se consideraban incipientes. Sin embargo, en la actualidad, muchos productores han preferido cambiar la actividad por el excesivo costo que significa el bombeo del agua subterránea, aún con el subsidio que el gobierno mexicano mantiene en las tarifas eléctricas para el bombeo de irrigación. En la región acuífera Irapuato-Valle de
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