ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

Cuentos Mirando cada detalle del paisaje se percato con el rabillo del ojo de la presencia de su “sombra“.


Enviado por   •  26 de Marzo de 2017  •  Trabajos  •  1.801 Palabras (8 Páginas)  •  159 Visitas

Página 1 de 8

El invasor

Por: Samuel Gómez Gil

Mirando cada detalle del paisaje se percato con el rabillo del ojo de la presencia de su “sombra“.

-¡Mierda! Olvidé por un momento tu existencia ¡Que buen momento fue aquel!- Dijo el joven, sin dejar de mirar a través de la ventana en aquella habitación oscura debido al atardecer.

La brisa le golpeaba fuertemente la cara a Ian. Por un segundo casi cae contra el grueso tronco de un árbol a causa de que la llanta de su bicicleta choco contra una raíz que sobresalía del mismo, pero no era momento de caer, si no quería ser alcanzado.

-Tendrías que estar acostumbrado a mi presencia… De cualquier forma lo estarás en poco tiempo.- Respondía una voz ronca, pero clara, proveniente de la nada.

Sentía que su cuerpo iba a desfallecer en medio del camino, las fuerzas que le quedaban se reducían cada vez que las distancias entre él y su perseguidor se acortaban, tenía entonces que esforzarse mucho mentalmente para no ceder.

-Joder, no dejas de repetirlo ¡Que impaciente eres! De cualquier forma no puedo hacer nada para evitarlo ¿No es cierto?- Decía, el joven con extrema relajación en la silla de madera, sin dejar de mirar las nubes azuladas.

Se acercaba, lograba divisar la gran piedra que su alma le indicó entre la locura. “Lastima mi querida madre, sufrirá mi desaparición, o de lo contrario mi muerte“ pensaba continuamente.

-Tienes razón, solo debó tener un poco de paciencia. Debemos irnos, has pasado demasiado tiempo en este lugar, y no me conviene, pues por más tiempo que pases aquí holgazaneando, en tu realidad serán a duras penas unos minutos.

Oía como las hojas secas quebraban debajo de las llantas. El poco control que le quedaban en sus extremidades debió proporcionarlo para al menos dirigir la bicicleta en lo que quedaba de recorrido, descendiendo por la colina. “¿Por qué estoy tan esperanzado cuando probablemente no sucederá nada?“ Se preguntaba casi llegando.

-Esta bien.- Y sin más que decir, se levanto de la silla y se dirigió hacia la puerta que daba la entrada a su realidad, para no recorrer pronto la confortante casita de madera.

Estaba completamente decepcionado, no había nada que atravesar. Si seguía en pie era porque tenía fe de que más adelante estuviera algo diferente del bosque.

En cuanto Ian salió se encontraba en el baño más cercano a su salón de clases. Cuando se oyó la campana se dirigió a donde generalmente lo esperaba su madre en el auto. Al entrar a este, acomodo su maleta de tal forma que se sintiera cómodo en el asiento delantero.

-¿Cómo te fue? ¿En esta época no tienes exámenes?- Le preguntaba su madre a la vez que encendía el auto.

-Bien. Y no, no tengo exámenes aún ¿Como estuvo tu día?- Le respondía, como era de costumbre en estas conversaciones, intentando no reflejar su ansiedad e inquietud.

Al llegar a su hogar no pudo evitar ir a su cuarto directamente para refugiarse de todo, aunque era en vano, pues siempre lo seguía su maldición, quien lo atormentaba incluso en su mente. Le costó dormirse, pero cuando despertó se sintió descansado. Como era de costumbre su padre se despidió de él poco después de que se hubiese levantado, y su madre le preparó el desayuno. Finalmente se despidió de ella para irse en bicicleta a su escuela, a causa del pico y placa. Como siempre, el clima era frío, y el trafico denso, estaba inquieto, sabía que ocurriría luego, y cuando lo olvidaba, la presencia de su maldición se hacía, de repente, más fuerte.

Al cruzar una calle un vendedor ambulante le quito toda su atención, y antes de voltear cabeza sintió una explosión de dolor, primero en su rostro, luego en todo su cuerpo, y el poco tiempo que estuvo consciente podía ver como se aseguraba el espíritu de que nada se escapará de su cuerpo…

Por mucho tiempo el joven se había preguntado si el tener a esta sombra era una prueba que la vida le había hecho. “Alguien tenía que enfrentarse a esto ¿Y si no soy yo, quien?“.

Al momento de abrir sus ojos se encontraba en un cuarto en donde predominaba el blanco, a su vez el yeso en su cuerpo. Al saber esto no intento moverse, sabía que no lo podría hacer. Su madre se acerco, con un gesto de felicidad al verlo despertar, pero a su vez de tristeza al pensar en la lesión de la medula espinal que tuvo su hijo en el accidente.

Pasaron algunos días antes de que un hombre aparentemente elegante pidió hablar con la madre del chico en privado. En ese momento habló la sombra.

-Lo he estado pensando… Y veo que eres tan impotente como yo, no puedes hacer nada, y al igual que yo, la única cosa útil que puedes hacer es comunicarte, aunque más ilimitadamente, claro.

-Y afortunadamente para ti, cambiaremos papeles en este increíble escenario.

-No quería lastimarte, pero así es.- Dijo su sombra con una muestra de entendimiento, aunque no pudo dejar escapar una sonrisa.

Lo único que podía hacer para distraerse la mayor parte del tiempo fue ver series o películas, pero solo lo hacía sentir patético, por tanto decidió colocar un dispositivo digital para lectura no muy lejos de su cara, que cambiara de pagina cada cierto tiempo

Después de un largo rato en la reunión que tuvo su madre y padre hablando con el hombre de traje, se dirigieron hacia Ian a hablarle de una extraña propuesta.

-Hemos hablado con Cesar… Dice saber de un método experimental que han estado desarrollando para la recuperación de la movilidad en las extremidades por medio de un…

-Así que me quieren como conejillo de indias.- La interrumpió el chico.

-No tienes que verlo de tal forma…- Y antes de que pudiera seguir, lo hizo de nuevo.

-No te preocupes, pues se que conlleva todo esto. Al menos lo puedo intentar y no ser alguien inservible para la sociedad.

Los padres se quedaron mirándose, aparentemente sorprendidos por la intuición del joven, pues algo similar les había comentado Cesar.

-¿Estas seguro de esto? Hay formas menos peligrosas.- Le dijo el padre.

-Totalmente.- Dijo sin parar de mirar más allá de los padres, donde se encontraba el ente.

...

Descargar como (para miembros actualizados)  txt (11 Kb)   pdf (44 Kb)   docx (15.2 Kb)  
Leer 7 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com