Cuentos Que Trajo El Viento

Para disfrutar de relatos populares, cuando ya se es mayor y se conocen de memoria los cuentos de siempre, se puede hacer a través de las versiones o través de nuevos relatos que se escriben aprovechando el molde narrativo o recuperando los personajes de los cuentos populares. Nos encontramos aquí con una niña que como Caperucita tiene que hacer frente a los peligros de una gran ciudad, camino de visitar a su a abuelita y haciendo frente a un lobo ambicioso que desea el fantástico pastel de fresa para su pastelería. El encuentro con fantásticos personajes nos recuerda el mundo de los cuentos y nos transmite una nueva sabiduría más de acuerdo con la época en la que vivimos: un canto a la libertad y a la imaginación.

(Reseña guía Cuentos populares)

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Cuando algunos libros han sido muy recomendados en los centros escolares y han sido muy analizados por críticos y profesores pueden perder su primer fulgor, su novedad y su encanto. Quizá por ser el libro de una autora reconocida por su obra adulta, este título ha sido propuesto como lectura escolar e incluso le ha acompañado, en sus últimas ediciones, un cuadernillo didáctico. Y esa introducción en el ámbito académico lo momifica, lo orienta a una determinada edad y lo obliga a ser mirado desde perspectivas muy concretas: la simbología de los personajes, la búsqueda de la libertad, el uso del lenguaje… Sin embargo este libro resulta una aventura disparatada y deliciosa de una niña soñadora que recorre Nueva York donde se mezclan estrafalarios personajes con ecos de Zazie en el metro, Alicia en el país de las maravillas, Caperucita roja o los cuentos con hadas buenas. Y desde este punto de vista lo recomendamos como una lectura clásica. Si a veces el lenguaje es algo elevado para un lector de 12 años no debería importar, el libro mantiene un tono de comedia alocada donde todo es posible: personajes vivos se van mezclando con los deseos de crecer de Sara Allen, que al grito de Miranfú se meterá en una alcantarilla buscando a la Libertad.

Para disfrutar de relatos populares, cuando ya se es mayor y se conocen de memoria los cuentos de siempre, se puede hacer a través de las versiones o través de nuevos relatos que se escriben aprovechando el molde narrativo o recuperando los personajes de los cuentos populares. Nos encontramos aquí con una niña que como Caperucita tiene que hacer frente a los peligros de una gran ciudad, camino de visitar a su a abuelita y haciendo frente a un lobo ambicioso que desea el fantástico pastel de fresa para su pastelería. El encuentro con fantásticos personajes nos recuerda el mundo de los cuentos y nos transmite una nueva sabiduría más de acuerdo con la época en la que vivimos: un canto a la libertad y a la imaginación.

(Reseña guía Cuentos populares)

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Cuando algunos libros han sido muy recomendados en los centros escolares y han sido muy analizados por críticos y profesores pueden perder su primer fulgor, su novedad y su encanto. Quizá por ser el libro de una autora reconocida por su obra adulta, este título ha sido propuesto como lectura escolar e incluso le ha acompañado, en sus últimas ediciones, un cuadernillo didáctico. Y esa introducción en el ámbito académico lo momifica, lo orienta a una determinada edad y lo obliga a ser mirado desde perspectivas muy concretas: la simbología de los personajes, la búsqueda de la libertad, el uso del lenguaje… Sin embargo este libro resulta una aventura disparatada y deliciosa de una niña soñadora que recorre Nueva York donde se mezclan estrafalarios personajes con ecos de Zazie en el metro, Alicia en el país de las maravillas, Caperucita roja o los cuentos con hadas buenas. Y desde este punto de vista lo recomendamos como una lectura clásica. Si a veces el lenguaje es algo elevado para un lector de 12 años no debería importar, el libro mantiene un tono de comedia alocada donde todo es posible: personajes vivos se van mezclando con los deseos de crecer de Sara Allen, que al grito de Miranfú se meterá en una alcantarilla buscando a la Libertad.

Para disfrutar de relatos populares, cuando ya se es mayor y se conocen de memoria los cuentos de siempre, se puede hacer a través de las versiones o través de nuevos relatos que se escriben aprovechando el molde narrativo o recuperando los personajes de los cuentos populares. Nos encontramos aquí con una niña que como Caperucita tiene que hacer frente a los peligros de una gran ciudad, camino de visitar a su a abuelita y haciendo frente a un lobo ambicioso que desea el fantástico pastel de fresa para su pastelería. El encuentro con fantásticos personajes nos recuerda el mundo de los cuentos y nos transmite una nueva sabiduría más de acuerdo con la época en la que vivimos: un canto a la libertad y a la imaginación.

(Reseña guía Cuentos populares)

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Cuando algunos libros han sido muy recomendados en los centros escolares y han sido muy analizados por críticos y profesores pueden perder su primer fulgor, su novedad y su encanto. Quizá por ser el libro de una autora reconocida por su obra adulta, este título ha sido propuesto como lectura escolar e incluso le ha acompañado, en sus últimas ediciones, un cuadernillo didáctico. Y esa introducción en el ámbito académico lo momifica, lo orienta a una determinada edad y lo obliga a ser mirado desde perspectivas muy concretas: la simbología de los personajes, la búsqueda de la libertad, el uso del lenguaje… Sin embargo este libro resulta una aventura disparatada y deliciosa de una niña soñadora que recorre Nueva York donde se mezclan estrafalarios personajes con ecos de Zazie en el metro, Alicia en el país de las maravillas, Caperucita roja o los cuentos con hadas buenas. Y desde este punto de vista lo recomendamos como una lectura clásica. Si a veces el lenguaje es algo elevado para un lector de 12 años no debería importar, el libro mantiene un tono de comedia alocada donde todo es posible: personajes vivos se van mezclando con los deseos de crecer de Sara Allen, que al grito de Miranfú se meterá en una alcantarilla buscando a la Libertad.

Para disfrutar de relatos populares, cuando ya se es mayor y se conocen de memoria los cuentos de siempre, se puede hacer a través de las versiones o través de nuevos relatos que se escriben

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