Currículum oculto de género

Currículum oculto de género

Como bien se sabe el mundo social está repleto de significaciones; como seres sociales estamos inmersos dentro de una cultura que nos transmite toda una serie de ideas, sentimientos, y conocimientos de la realidad vivida y que determina nuestra acción como sujetos pertenecientes a un contexto específico. Por gracia o por desgracia nos aprendemos a comportar acorde a las reglas y normas instituidas socialmente, y así posteriormente también transmitimos todo este bagaje a generaciones nuevas. De igual modo se conoce que cada sociedad posee un orden ya establecido y que generalmente está basado en la dicotomía de lo masculino y lo femenino, es sobre esta base que cada grupo social elabora sus reglas, así éstas responden a su manera de pensar, de ser y de sentir, la sociedad sexista es un claro ejemplo de ello. Desde los principios del ser humano, se ha distinguido que existe una notable diferencia entre las mujeres y los hombres, y el papel desempeñado por éstos últimos ha sido sobrevalorado, principalmente en la cultura patriarcal. Los hombres son héroes, científicos, políticos, ingenieros, etc.

De tal manera, existe una sociedad sexista, entendiendo por esto una actitud de discriminación hacia el hombre o mujer en concordancia con su comportamiento y que claramente supone una jerarquía que se ha expandido a todos los ámbitos de la vida social y cultural; ejemplo de ello es el papel que ha desempeñado la mujer dentro de la religión católica, que hace mención a la creación humana, donde la mujer surge a partir del hombre, y por que éste así lo pidió a Dios. De la misma forma podemos hacer mención de otros ejemplos dentro de distintos ámbitos de la vida cotidiana. Los roles más importantes son ejercidos por el género masculino y aún en nuestros días, aunque hay algunas excepciones de mujeres que han logrado conseguir un lugar en ámbitos importantes, se le concede menor aceptación por considerárseles como el sexo débil y cuyo deber es el de atender a las ocupaciones del hogar.

Todas estas concepciones no nacen por generación espontánea sino que se transmiten mediante los entes encargados de socializarnos y “enseñarnos el mundo”. La familia y la escuela son, desde mi perspectiva, las más decidoras en este sentido. A medida que uno va aprendiendo sobre el tema de género, pero en lo principal ve y analiza la vida con este enfoque se puede dar cuenta que la educación formal se ha caracterizado por ser un proceso en el cual tienen lugar un sin fin de fenómenos que influyen de manera decisiva en el aprendizaje de los alumnos/as, dentro del aula se generan dinámicas entre los propios agentes participantes del proceso que determinan en un momento dado el cauce que seguirá la misma y que influyen en el sentido que adquirirá el proceso de aprendizaje. Entonces, a través de la socialización que se gesta en las escuelas y al interior de las salas de clases se transmiten un conjunto de conocimientos y el currículum es decisivo en dicho proceso.

Para ello existe un currículo de contenidos pedagógicos a entregar durante el año, el cual viene escrito y se debe aplicar en cada curso por los profesores. Pero entiendo que también existe, y de manera casi invisible otro curriculum que hace referencia a todos aquellos conocimientos, destrezas, actitudes y valores que se adquieren mediante la participación en procesos de enseñanza y aprendizaje y, en general, en todas las interacciones que suceden día a día en las aulas y centros de enseñanza. Estas adquisiciones, sin embargo, nunca llegan a explicitarse como metas educativas a lograr de una manera intencional es decir, no tienen lugar dentro de un programa o plan. Representa a aquellos conocimientos que una sociedad determinada ha construido a lo largo de su historia y los transmite por medio de acciones debidamente legitimizadas como también, a través de prácticas cotidianas y que de cierto modo pasan desapercibidas, pero que impactan en los aprendizajes, entonces en el curriculum oculto “el alumno no sólo aprende conductas y conocimientos, si no todo un conjunto de actitudes y de prácticas sociales que le sirven para la construcción de sus identidades”

Considero que en el denominado currículum oculto de género se transmiten toda una serie de valoraciones, acciones que han sido elaborados por el congregado social denominado sociedad y cuyo análisis evidencia las desigualdades sexuales dentro del ámbito educativo, encontrando que en efecto la educación que recibían (y aún reciben) tanto hombres como mujeres era (es) desigual por la condición de género -más allá de la clase social-, aunque en el discurso existe un currículum escolar sin sesgos sexistas, hay otra manera de transmisión de actitudes y estereotipos genéricos a través del currículum oculto, que conducen a la reproducción y transmisión de manera inconsciente del sexismo presente en la sociedad. Por ejemplo: en los problemas matemáticos los enunciados son “Don Juan, dueño de una empresa compró XX kilos de papas y vendió a $ xxx el kilo ¿cuál es su ganancia?, mientras que otros decían “la señora Juanita tiene X cantidad de dinero para hacer las compras del día y llegar a hacer almuerzo necesita xx kilo de carne sale y cuesta xx y así sucesivamente…” Es evidente que la mujer en este ejemplo está relegada al ámbito privado y el hombre al público.

Estas representaciones de género o ejemplos androcéntricos nos han enseñado un mundo en donde las condiciones más idóneas son a favor de los hombres, y que trae consigo una desigualdad social entre ambos géneros. Podemos hablar de una ideología androcentrista en la educación que considera al ser humano del género masculino como el centro del universo, como la medida de todas las cosas, como el único capaz de dictar leyes, de imponer la justicia, de gobernar el mundo, de poseer empresas, etc. Porque no es lo mismo dar un ejemplo en clase de lenguaje para tratar de definir una metáfora y señalar que el ser humano es suspicaz: “ Pablo es un zorro”, que decir “Marcela es una zorra” ¿o no? La representación social para

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