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CÓMO FORMAR DOCENTES


Enviado por   •  5 de Septiembre de 2022  •  Ensayos  •  3.049 Palabras (13 Páginas)  •  25 Visitas

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LA FORMACIÓN DE LOS DOCENTES PARA GARANTIZAR EL DERECHO A LA EDUCACIÓN DE LAS NIÑAS, LOS NIÑOS Y ADOLESCENTES DEL PAÍS.

Autor: Jaime Gonzalo Alvarado Patiño, docente de la Escuela de Educación Básica Francisco Eugenio Tamariz-Challuabamba- Cuenca

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  1. La realidad duele o nos contenta, pero es la realidad

La problemática más ardua para el docente promedio de nuestro país es cómo lograr de los y las estudiantes un aprendizaje de calidad que redunde en su crecimiento personal y, consecuentemente, social. La realidad cotidiana con la que se presenta el educador es tan variada como contradictoria, instituciones educativas que van desde los establecimientos completamente equipados y acondicionados, prestigiados con la categoría A, pasando por las instituciones que cuentan con equipamiento básico, con muchas limitantes y ciertas fortalezas, que son la mayoría en el país, hasta las escuelitas en condiciones deplorables, especialmente en los sectores rurales alejados .Los esfuerzos gubernamentales en el sentido de mejorar las condiciones de estos dos últimos son ímprobos, pero insuficientes. La inversión es inmensa, como nunca antes en la historia, el presupuesto se ha más que triplicado en estos últimos años, y aun así parece poco el esfuerzo, pues no alcanza el mínimo requerido del 6% del P.I.B.( La meta del MEC de alcanzar para el 2021 el 10% del

P.I.B. es tan dignamente encomiable como frustrantemente lejana para el educador del día a día) . La capacidad de gestión administrativa no alcanza a cubrir los requerimientos básicos: una redistribución más eficiente del presupuesto se hace urgente. Establecimientos que no cuentan con presupuesto propio ni con personal de servicios ni de limpieza, como es el caso de este educador de carne y hueso y espíritu que esboza estas líneas, se ven en la imposibilidad de resolver esas necesidades diarias si no es poniendo en riesgo la normativa de que los niños, niñas y adolescentes no pueden realizar tareas de este tipo. Situación paradójica y real de los miles de planteles educativos del país: fomentar y concienciar la responsabilidad de preservar el entorno inmediato, asumir su cuidado, frente a su exclusivo derecho de tener actividades lúdicas y de aprendizaje dentro del recinto escolar.

  1. De la emoción a la unción

Retomar la enseñanza de los antiguos en educación resultaría un ejercicio estupendo y de aplicación cotidiana, si aplicásemos creativamente los recursos variados de que disponemos. La máxima aristotélica de enseñar deleitando únicamente debería ser actualizada a un aprender divertido.

Concienciar el hecho educativo como una tarea que va mucho más allá del “dictar cátedra” con una cierta suficiencia, creyendo que el objetivo postrero y fin de la educación es, como suelo escuchar en los discursos de inicio de semana, “transmitir conocimientos”,

constituye una tarea ardua, e incluso desgastante, para el capacitador de los cursos, de los talleres, de los seminarios, y de todas las modalidades virtuales o presenciales con que difunde el MEC su magno propósito de lograr una educación de calidad y calidez. El itinerario que suele seguir el docente capacitado y/actualizado que termina un curso o seminario suele ser de un frenesí parecido a una apoteosis de fuegos artificiales: impone al ritmo de sus clases una brillantez y un entusiasmo envidiables, maneja con autoridad ante sus colegas un vocabulario técnico recién adquirido … y luego vuelve a su habitual cadencia cotidiana. ¿Sirve de algo esto? Por supuesto, si lo que hemos aprendido recorre el trayecto que va la simple emoción a la unción de propósitos, es decir, si lo que aprendió lo interiorizó y tocó sus profundas convicciones personales a través de una reflexión que comprometa sus expectativas vitales.

  1. La planeación o cómo poner el cascabel al gato

-     Lo que se impone en este gran objetivo nacional de elevar la calidad   de la educación es, sin duda, planificar sistemáticamente, hábito relativamente reciente en la gran mayoría, en honor a la verdad, más novísimo aun si se trata no sólo de presentar puntualmente los bloques curriculares a la autoridad de la institución sino, lo más importante, hacer un seguimiento de los procesos educativos que permita detectar falencias mediante la evaluación continua para realizar ajustes pertinentes; favorecer el desarrollo de la creatividad en el estudiante; dosificar adecuadamente el tiempo y el ritmo de aprendizaje en el aula; saber cómo manejar con eficiencia y eficacia las diferencias individuales, con lo cual incluso se logrará generar un gratificante desarrollo personal y profesional en los y las docentes. En los procesos cotidianos de educación ya no cuenta el azar o la improvisación. De ahí que, como dice este especie de retruécano anónimo:” Los maestros no planifican fallar, pero fallan por no planificar”.

2.¿De dónde partimos?

Los fundamentos teóricos de la actividad educativa deben ser el punto de partida del maestro consciente que está obligado a tener a la vista su brújula, o mejor su GPS, que le permita saber su itinerario, sus puntos de encuentro y de llegada. Todos los maestros y maestras del país coinciden en declarar que el método por excelencia y consagrado que llevan a la práctica a las aulas es el del constructivismo, cognomento pedagógico tan sugestivo como convincente a la hora de establecer un debate sobre metodología de la educación actual, si bien esta escuela no tiene padre ni madre fundadores, o más bien, tiene muchos, lo que quiere decir que puede ser patrimonio de todos, y de tan antiguo abolengo que exhaustivos autores lo remontan al presocrático Jenófanes del siglo VI A. C., que consideraba la verdad con el relativismo típico de los pensadores anteriores a Sócrates ( Véase Ana Mazarío e Israel Mazarío: “El constructivismo: paradigma de la educación contemporánea”, Universidad de Matanzas, Cuba). Los autores que orientan las líneas fundamentales del constructivismo son tan dispares en sus concepciones como abundantes en cantidad y calidad. Si se revisa una elemental historia de la pedagogía se comprobará en los autores consagrados rasgos dispersos que la Escuela Nueva ha recogido como insumos para la construcción de su edificio conceptual. De los lejanos años

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