DE LOS PRINCIPIOS, PROPOSITOS Y OBJETIVOS

IV. DE LOS PRINCIPIOS, PROPOSITOS Y OBJETIVOS

• Primordialmente, los miembros del Equipo Laico al servicio de la Pastoral tenemos como tarea específica: colaborar en la realización de la Pastoral del Papa, del Obispo, y del Párroco, y de modo concreto en la vida y los ambientes parroquiales como pueden ser: escuela, reclusorio, hospital, velatorio, etc.
• He aquí la importancia de multiplicar los miembros comprometidos al servicio de la pastoral parroquial en cada parroquia, año con año.
• Los  miembros recibimos el nombre de «dirigentes parroquiales» y es que somos dirigentes en cuanto que servimos a los hermanos tanto dentro de nuestra Obra como en la pastoral de la parroquia.
• Entonces, el fin, antes que enseñar es formar y comprometer.
• ¿Qué quiere decir esto? que los miembros aquí formados no solo estamos destinados a impartir y recibir formación en la Escuela de Pastoral sino también a participar de las variadas actividades parroquiales, según lo determinen la Pastoral del Párroco y las disposiciones que emanen del Consejo Parroquial, del que incluso podríamos llegar a ser miembros si fuéramos llamados por el Párroco.
• Por otra parte, se quiere que la Escuela de Pastoral sea semillero de toda clase de vocaciones: desde sacerdotales y religiosas, como del matrimonio y de la soltería consagrada; así todos nosotros como miembros y alumnos podremos descubrir, desarrollar y ejercitar nuestros propios carismas.
• Se busca que Escuela de Pastoral no sólo no retenga para sí a los miembros de los Movimientos y grupos parroquiales, sino que induzca a los que no pertenecen a ninguno a ingresar en alguno mostrándoles la gama de carismas, dones, actividades y fruto de cada uno de ellos.
• ¿y si un miembro ingresa a escuela de pastoral y ya estaba integrado en algún movimiento o grupo parroquial o a una asociación o grupo ajeno a la Iglesia? Entonces se busca que el miembro también enriquezca esa organización.
• Por esto, se puede entender Escuela de Pastoral = Escuela Parroquial. Todo acorde al principio de que en la Iglesia es importante según recomendación del Papa Paulo VI: «Unidad en la variedad y variedad en la unidad».
• El sistema básico para lograr todo este trabajo apostólico es el trabajo en equipo según el método de la «Pastoral de conjunto» donde los miembros nos ocupamos de que todos los feligreses integremos un gran equipo parroquial, en el cual el Párroco funge como Jefe, ya que es él quien, a través de su Pastoral y por medio de las disposiciones emanadas del Consejo Parroquial avaladas por él, hace que este numeroso equipo parroquial

Planee

Actúe

Realice

y revise

Poniendo en efecto lo proyectado.

• Otro aspecto importante es el sentido de responsabilidad, que hace posible que la ejecución sea siempre fielmente ejecutada. No basta una fidelidad producto del primer entusiasmo; el sentido de responsabilidad hace posible que la fidelidad persista a través del tiempo pese a las dificultades que vayan apareciendo. Este es el espíritu de obediencia que distingue al cristiano del hombre de mundo: nadie nos obliga a renunciar a la libertad en que Dios nos creó; somos nosotros quienes obsequiamos a Dios esa misma libertad poniéndonos en actitud de acatar las disposiciones de otros por amor a Dios.
• También es indispensable profundicemos en el conocimiento y admiración de la Iglesia, ya que ahí se originan la admiración, el amor y el sacrificio por ella. Pues nadie se sacrifica por lo que no ama, y nadie ama lo que no admira, y nadie admira lo que no conoce.
• El estudio de la Eclesiología y la Liturgia contribuirán en esto si se llevan a la vivencia. Dos principios son muy importantes para conseguirlo; estos son: el primero hacia sí mismo es «ser Iglesia»; el segundo, hacia la comunidad es «hacer Iglesia>>.
• El concepto de Iglesia Universal no sólo debe ser profundamente conocido, sino que debe inculcarse un gran amor hacia ella como Cuerpo místico de Cristo que es, esto es el mismo Cristo, para lo que los conceptos de unidad y salvación bajo la autoridad del Papa también deben encontrarse constantemente en nuestras mentes y corazones.
• Tenemos  claro que la Iglesia es el todo, y las organizaciones son parte de ese todo: nunca y en ninguna parte, la parte será más importante y antes que el todo; el todo es un valor absoluto, la parte tiene un valor relativo, esto es, la parte tiene valor porque se relaciona con el todo
• De aquí la importancia de que exista en los Centros de la Escuela de Pastoral un Coordinador parroquial que precisamente se ocupa de fomentar la vida comunitaria entre todos los grados
• La primera actividad en orden de importancia para el crecimiento de esta Obra y el cumplimiento de su objetivo es la formación de dirigentes laicos de parroquia, lo que incluye y tiene como anticipado la evangelización, más la catequesis adecuada, hasta llegar al compromiso, al menos temporal. Si no se llega al compromiso, no ha habido aún éxito.
•  En esto, el evangelizando y catequizando tiene que dar el paso delante de admitir: Que el hombre ha sido creado por Dios con la finalidad de servirle, que Dios ha querido que este servicio se concrete en el envío de que hizo su Hijo Jesucristo a todo cristiano de ayudar a salvar a todos los hombres.
• invitamos a los alumnos a servir por primera vez al menos durante el segundo año de su formación mientras van recibiendo la formación personal en su primer grado, con ánimo de que persevere para siempre.
• Esta formación, que llamamos «persona/», deja preparado al dirigente para que, en caso de ser llamado por la Jerarquía a desempeñar otras funciones dentro de la Iglesia, pueda cumplir satisfactoriamente. O bien, que si por cualquier motivo ajeno a su voluntad, terminado su primer grado no pudiera continuar su estudio y formación, al menos lleve impreso en su mente el conjunto de las verdades que debe creer, y en su corazón el comportamiento que para ser buen cristiano y santificarse debe observar.
• Tengamos siempre presente que el fin inmediato de nuestra Obra es formar dirigentes parroquiales, por lo que los alumnos que no quieran, o no puedan, prestar este servicio, quedarían fuera de nuestro objetivo, mas no excluidos de la Obra.

• Seamos conscientes de que toda organización o agrupación de fieles aprobada por la Iglesia merece para ella una gran estimación, nosotros como miembros colaboramos con estas agrupaciones u organizaciones  para que se establezcan, se fortalezcan, crezcan y fructifiquen en bien de la vida parroquial, inclusive estimulamos a los feligreses a ingresar a alguna siguiendo sus propias inclinaciones, carismas y necesidades, sobre todo espirituales.
• Evitamos las actitudes de rechazo o indiferencia para con personas que se han  alejado de la fe cristiana.
• Finalmente fomentamos un esfuerzo continuo de nuestros miembros en hacer realidad todo lo que nuestros lemas expresan:

Una resolución firme de "ser luz y sal" (Mt 5, 13-14) para bien de la Iglesia y del mundo.

El propósito de realizar lo que San Pablo declara en dos frases paulinas agrupadas: "el amor de Cristo nos apremia"

"hasta que Cristo se forme en ustedes" (cf. 2 Co 5, 14 y Ga 4, 19 )

«Reunir y servir» (cf. Jn 11,52 + Mt 20,28), como Cristo, nuestro Modelo.

«Ser Iglesia y hacer Iglesia», como programa personal de vida.

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