ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

Derecho Coercivo


Enviado por   •  3 de Octubre de 2012  •  4.810 Palabras (20 Páginas)  •  411 Visitas

Página 1 de 20

El derecho, al igual que cualquier otra especialidad, emplea un léxico especial. Este léxico técnico-científico, si bien parte de la misma base general, presenta ciertos rasgos característicos y requiere para elaborar sus conceptos:

1.- poseer un cierto grado de abstracción, que se encuentra en relación con la fuente y la jerarquía de la norma

2.- Ser impersonal, lo que puede apreciarse en la forma de redacción y estructura de la norma

3.- Contener derivaciones o cambios de categorías gramaticales. Por ejemplo para evitar el uso de proposiciones relativas como “el que…” emplea adjetivos o participios como el donante., el cedente, el adoptante, el ,mandante, el comodante o bien en otro sentido el mandatario, el donatario, el comodatario, el arrendatario, etc.

4.- Emplear distintas formulaciones tanto desde el punto de vista semántico como sintáctico

En el derecho, al lenguaje empleado por los juristas se le refiere como la lengua

especializada de la jurisprudencia y de la legislación, por ello adquiere importancia en los tiempos actuales, debido a que mediante los textos jurídicos se expresan las reflexiones sobre las relaciones legales entre individuos y entre las naciones.

El lenguaje jurídico, por la diversidad de especialistas, tanto de las distintas materias como de diferentes expertos teóricos y prácticos que intervienen en su formulación, presenta gran cantidad de variantes, entre las que podemos mencionar: 1.- el Lenguaje empleado por el legislativo en el que se crean y redactan las normas; 2.- El lenguaje de los jueces o en general de los órganos jurisdiccionales, que es el que utilizan estos en las sentencias, acuerdos, resoluciones o cualquier actuación por escrito; 3.- El lenguaje de la administración pública; 4.-El lenguaje notarial de testamentos, escrituras, testimonios, poderes, fe de hechos, entre otros actos en los que intervienen estos fedatarios públicos;5.- El lenguaje de los litigantes cuándo estos se comunican con los órganos jurisdiccionales y administrativos de las distintas instancias, competencias y jurisdicciones; 6.- el lenguaje de otros expertos en derecho, como académicos, investigadores y en general estudiosos, teóricos o filósofos de la ciencia jurídica; 7.- el lenguaje, de cada una de las especialidades o ámbitos materiales del derecho: Derecho Civil, Penal, Fiscal, Administrativo, informático, por mencionar algunos.

Cada uno de estos lenguajes posee rasgos característicos, aunque el empleado por los expertos del derecho en cada uno de sus ámbitos se encuentra determinado o influenciado por el lenguaje jurídico normativo general.

El lenguaje jurídico tiene como fundamento la objetividad y la generalidad, ya que debe cumplir una función social que obliga a todas las personas y para que éstas se sientan obligadas a su cumplimiento ha de estar expuesto con claridad.

En el quehacer jurídico se requiere con urgencia conocimiento y uso correcto del léxico de nuestra especialidad. Nuestra actividad demanda expresarnos de manera impecable, tanto en la forma oral como en la forma escrita, además de conocer y dominar el lenguaje jurídico. Todo esto junto con la precisión conceptual, es necesario para un manejo adecuado de la técnica jurídica.

El lenguaje jurídico exige el conocimiento de las reglas básicas de estilo, como lo son la claridad, la sencillez, la concisión y la precisión, lo cual desentrañaría en un lenguaje elegante que se conserva solamente en algunas obras que son el ejemplo de la belleza literaria por las figuras empleadas, así como por la precisión semántica, la corrección sintáctica, su estilo refinado y su elegante léxico.

10.2 Aforismos jurídicos

Las frases y aforismos jurídicos ya están hechos. Son producto de la evolución paulatina de la experiencia, del tiempo, y de la costumbre en los foros en los que se practica y vive el derecho. Han corrido la suerte de los proverbios y refranes que la conseja popular modela en letras rígidas para prevenir a los hombres de no repetir una historia ya realizada. Fueron recogidos por la ciencia del derecho, llenos de un contenido explicativo, conceptual, a los que nada o casi nada hay que agregar.

¿Quién puede llamarse autor de ellos? Salvo pocos casos, frases y aforismos carecen de paternidad determinada.

Ciertamente, debido al transcurso del tiempo, el uso de los aforismos se va desdibujando hasta presentarse imperceptibles en los estudios del derecho. Conviene retomar el estudio científico de los mismos. No hay entonces un mérito que corresponda a la construcción de los contenidos propiamente dichos. Sólo el que pueda corresponder a su pertinencia y a la posible nota de originalidad para aquéllos que se consideren vigentes, usuales y bien aplicados en los foros dedicados a la impartición de la justicia.

Con el apoyo de él lenguaje científico se expresa en griego o en latín. Las vías para la obtención de esos conocimientos se dan en frases latinas con significado metodológico. La ciencia del derecho requiere de expresiones científicas universales que le permitan tener un vínculo de comunicación conceptual para arribar a otras conclusiones. Las frases latinas cumplen ese cometido.

La razón de ser de los aforismos se expresa diciendo: son los principios generales del derecho obtenidos de la experiencia procesal en todo el mundo, son la esencia, la ratio iuris, para orientar a los juzgadores en la aplicación del derecho.

BIBLIOGRAFIA BASICA

BIELSA, Rafael. Los Conceptos Jurídicos y su Terminología. Edit. Depalma. Argentina, 1987.

LÓPEZ Ruiz, Miguel. Para Escribir Bien. Edit. Dolver. México, 1994. 5ª. Edición.

OLIVECRONA, Karl. Lenguaje Jurídico y Realidad. Edit. Fontamara. México, 1998.

MUÑOZ ROCHA, Carlos I. Lexicología Jurídica, Ed. Oxford, M

>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>

...

Descargar como (para miembros actualizados)  txt (32.5 Kb)  
Leer 19 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com