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Derechos Humanos Y Educación Para La Paz


Enviado por   •  3 de Mayo de 2014  •  2.491 Palabras (10 Páginas)  •  489 Visitas

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Introducción

Los Derechos Humanos son derechos inherentes de los cuales gozamos todos los seres humanos, sin importar la distinción de la nacionalidad, lugar de residencia, sexo, origen étnico, color, religión, lengua, o cualquier otra condición. Todos tenemos los mismos derechos humanos, sin discriminación alguna. Estos derechos son interrelacionados, interdependientes e indivisibles. La Organización de las Naciones Unidas surge finalizar una de las catástrofes históricas ocasionadas por el hombre, la ONU surge para velar para la conservación de la paz, dada la necesidad que se conocía de los derechos humanos pero no se ponían en práctica surge en el año de 1948 la Declaración Universal de los Derechos Humanos después de tres años de haber culminado la II Guerra Mundial. En Guatemala a causa del conflicto armado interno se ultrajaron en repetidas ocasiones los derechos Humanos de varios de nuestros hermanos compatriotas por tal motivo a raíz de eso da origen a las negociaciones para lograr la paz firme y duradera en nuestro país.

Objetivos

 Erradicar la violencia, beneficiar y buscar la paz, promover la fraternidad, libertad e igualdad como base de constitución.

 Terminar con el racismo, buscar protección para los más carenciados, falta de (educación, vivienda, alimentos, salud).

 Terminar con la desigualdad social, económica, cultural, religiosa asimismo buscar seguridad y beneficio de todos.

 Comprender la dinámica histórica de la realidad educativa, socioeconómica, y política nacional.

 Promover una educación para la paz, por medio de los derechos humanos.

LOS DERECHOS HUMANOS Y LA EDUCACIÓN PARA LA PAZ

La paz no es solamente la ausencia de la guerra; mientras haya pobreza, racismo, discriminación y exclusión difícilmente podremos alcanzar un mundo de paz. , es muy importante y fundamental que como seres humanos vivamos en un país donde la paz sea una un estilo de vida, pero como lo dice Rigoberta Menchu, (Una líder indígena guatemalteca, defensora de los derechos humanos), que mientras nosotros no cambiemos difícilmente nuestro entorno cambiara.

Los derechos humanos han sido constituidos para ser aplicados y reconocidos a todas las personas, sin importar su edad, grupo étnico, religión, orientación sexual y estado social o económico. Estableciendo así una democracia que experimente cambios significativos a lo largo de una historia. Vivir en democracia implica que tanto ciudadanos, ciudadanas y autoridades ejerzan responsablemente sus derechos y asuman sus obligaciones con apego a la ley. Tomando en cuenta el respeto a los individuos. Si nos damos cuenta un elemento que tiene quizá toda la influencia necesaria para aplicar esto en los ciudadanos y ciudadanas, es la educación, que debería de darse a una temprana edad, educando a los niños y niñas en una educación para la paz, por ello el objetivo de nuestra Constitución que es nuestra máxima ley, donde están incluidos todos estos derechos, es brindar a la población guatemalteca, protección asimismo garantizar, la vida, la libertad, la justicia, la seguridad, la paz y desarrollo integral de la persona. Una vida integral que es digna de todo ser humano, para ello es muy importante promover una educación para la paz.

Los derechos humanos se constituyen de las siguientes características; son universales: porque pertenecen a todos los seres humanos en el mundo. Son inalienables: porque nadie, ni el Estado, puede quitar los derechos a una persona, ni se puede renunciar a ellos. Son Imprescriptibles: porque no pierden su valor con el paso del tiempo. Son Inherentes: porque pertenecen a todos los seres humanos desde que nacen.

La Declaración Universal de Derechos Humanos: Es el cimiento de las normas internacionales de derechos humanos, la primera declaración universal sobre los principios básicos de los derechos humanos inalienables, y un ideal común por el que todos los pueblos y naciones deben esforzarse. Hoy la Declaración Universal de Derechos Humanos es más pertinente que nunca. La Declaración Universal fue el primer instrumento que reconoció, hace casi 60 años, lo que en la actualidad han pasado a ser valores universales: los derechos humanos son inherentes a todos y conciernen a la comunidad internacional en su totalidad. Redactada por representantes de todas las regiones y tradiciones jurídicas, la Declaración Universal ha resistido la prueba del tiempo y los ataques basados en el “relativismo”.

La declaración y sus valores básicos, incluidos la no discriminación, la igualdad, la equidad y la universalidad, se aplican a todas las personas, en todos los lugares y en todo momento. La Declaración Universal nos pertenece a todos. En un mundo amenazado por las divisiones raciales, económicas y religiosas tenemos que defender y proclamar, más que nunca, los principios universales de justicia, equidad e igualdad, consagrados primeramente en la declaración y considerados sumamente importantes por pueblos de todas las latitudes. Los derechos humanos no son únicamente la herencia común de valores universales que trascienden las culturas y las tradiciones, sino que son valores de una quintaesencia local y compromisos contraídos a escala nacional en órganos internacionales, y constituciones y leyes nacionales. La declaración representa un contrato entre los gobiernos y sus pueblos, quienes tienen derecho a exigir que se respete este documento. No todos los gobiernos han pasado a ser parte en todos los tratados de derechos humanos. Sin embargo, todos los países han aceptado la Declaración Universal. Esta sigue afirmando la integridad y el valor inherentes del ser humano para todas las personas del mundo, sin distinción de ningún tipo.

La Declaración Universal nos protege a todos y también consagra una gama de derechos humanos. Sus redactores vieron un futuro de seres humanos libres del temor y de la miseria. Colocaron todos los derechos humanos en pie de igualdad y confirmaron que estos son esenciales para vivir una vida con dignidad. La visión de los redactores de la Declaración Universal ha inspirado a muchos defensores de los derechos humanos que han luchado en los últimos seis decenios para convertir esa visión en realidad. Si bien es cierto que tenemos derechos a nuestros derechos humanos, también debemos respetar los derechos humanos de los demás y contribuir a lograr que lleguen a ser una realidad para todos. En nuestro empeño reside el poder de la Declaración Universal: se trata de un documento

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