Desafíos que interpelan hoy la profesión docente

Título: Desafíos que interpelan hoy la profesión docente.

Autor: Mauro S. Rossetti

Introducción: 

A lo largo de la historia la labor docente ha sufrido muchas transformaciones, la evolución de la escritura ha provocado en más de una oportunidad la mutación de la misma y la época actual no es una excepción a esta regla. La flamante aparición de las nuevas tecnologías trae consigo un cambio profundo en las prácticas educativas y junto con otros factores como la crisis económica, la pobreza, la política nacional o las nuevas configuraciones familiares exponen a la profesión docente a nuevos desafíos que deben superarse. A continuación, se expondrán estos desafíos que están profundamente relacionados y se aproximarán acciones para su superación en busca de un fortalecimiento de la enseñanza.

Desarrollo:

Para hablar de los desafíos de la educación es imprescindible centrarse en los estudiantes de la actualidad, esos seres nuevos que Michel Serres bautiza como “Pulgarcita y Pulgarcito” y caracteriza como unos maestros de la tecnología con el mundo en sus bolsillos, “con oferta creciente de saber en capa inmensa, por todas partes y siempre accesible”^[1]. Y con su introducción surge nuestro primer desafío: “Romper con las clases tradicionales”, esas clases magistrales en donde el docente se luce y oraliza todos sus conocimientos sobre la asignatura pretendiendo que los estudiantes se queden sentados, callados, interesándose por la exposición recibida y recibiendo el conocimiento impartido. Está de más aclarar que con esta práctica no se consiguen aprendizajes e incluso que sería casi una utopía pensar en que los pulgarcitos pueden permanecer un tiempo “prudente” en sus sillas ante semejante propuesta. Para intentar superar este desafío se introduce otro: “Incorporar el uso de las nuevas tecnologías en el proceso de enseñanza y aprendizaje” pero dentro de este punto podemos identificar varias acciones que contribuyen a su superación: Aceptar las nuevas tecnologías como herramientas válidas e indispensables para el desarrollo de la clase y no como una alternativa esporádica; Asumir que el saber en la actualidad está al alcance de todos y de esta manera crear espacios que fomenten el surgimiento de la invención; Acompañar a los educandos en su tarea de exploración del conocimiento digital, orientando pero sin invadir su autonomía.

Aunque las nuevas tecnologías son absolutamente necesarias y representan el presente y el futuro de la educación no se debe perder de vista que existen sectores de la sociedad que no tienen total acceso a estas herramientas y la incorporación indiscriminada del uso de la mismas podría desencadenar en una situación de desigualdad de oportunidades.

Siguiendo con la cruzada contra las clases tradicionales se puede encontrar otro desafío: “Implicar a los estudiantes en sus aprendizajes”, Intentar que sean partícipes de su educación, proponerles tareas de su interés, entregarles el volante para que sean los conductores de su formación. En relación a este punto, superar este desafío puede ser, como indican Masschelein y Simons en Defensa de la escuela. Una cuestión pública, “una cuestión de amor”. El amor y la dedicación que el docente pone en su asignatura puede resultar influyente y generar interés en los estudiantes, sin embargo, no se pueden ignorar sus necesidades o dejar de lado la motivación.

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