DESAFÍOS Y PROBLEMAS DE LA PROFESIÓN DOCENTE
abriltosvaEnsayo27 de Noviembre de 2021
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DESAFÍOS Y PROBLEMAS DE LA
PROFESIÓN DOCENTE
EL SUJETO Y SU FORMACIÓN PROFESIONAL MTRA. CLAUDIA MEDINA RIVERA
CREN “DR. GONZALO AGUIRRE BELTRÁN” LIC. EN EDUCACIÓN PRIMARIA
GRUPO 1°A ABRIL ARLETH BARRIENTOS CASANOVA
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INTRODUCCIÓN
En este ensayo se abordarán los problemas y desafíos que enfrentan los docentes a lo largo de su profesión magisterial; problemas tanto sociales, como emocionales y laborales. Estamos conscientes que somos parte de una sociedad que día a día evoluciona, y debido a ello, la educación también evoluciona al par de esta; y por su parte el maestro, más que nadie, es el primero en la línea del cambio y adaptación.
La docencia, sin duda alguna, es la profesión más señalada por la sociedad, para bien o para mal. Dentro de ella nos vamos a encontrar opiniones de todo tipo, según las experiencias, tanto de los docentes como de los miles de padres de familia. Y claro que la docencia es, y siempre será una profesión vigilada, porque cumple una función primordial en la calidad de vida en la sociedad, y eso hace que siempre se espere lo mejor de esta.
Pero, por otro lado, todos sabemos que, para que los docentes muestren un trabajo en óptimas condiciones, deben trabajar con material en óptimas condiciones también, y en un ambiente laboral sano (tanto con los compañeros de trabajo, como con los padres de familia, y los alumnos), y, sobre todo, con la mejor actitud y disposición. Una vez faltando una de esas cosas, los maestros se encontrarán frente a una dificultad que deben solucionar lo más pronto posible (si está en su alcance hacerlo) para que puedan hacer bien su labor, y cumplir su más grande propósito: brindar una educación de calidad.
DESARROLLO
La profesión docente es todo un reto. Esencialmente, es una profesión que se basa en la experiencia y mejora conforme a su necesidad laboral y social. Entonces es un punto clave para estar siempre preparados para lidiar con lo que sea, y lo más importante: aprender de ello. Pero, por otro lado, no hay que dejarle todo el trabajo al docente, realmente tienen mucha carga en sus hombros que llevar, porque parece más un sacerdocio que una profesión. Lamentablemente existe en la sociedad “la convicción generalizada de que por el hecho de ser docente, éste posee competencias propias de
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otras profesiones y por tal, además de las tareas de educar y enseñar, es capaz ¡y debe! cumplir funciones como psicólogo, asistente social, administrativo en las instituciones, e incluso como médico ante el malestar de algún alumno” (Maciel de Oliveira, 2005, p. 81). A consecuencia de esto, viene la descontextualización de la profesión magisterial, el desgaste en el docente, y el estrés por la intensificación del trabajo.
El docente es un trabajador de 24 horas al día, los 7 días de la semana. Muchas veces ignoramos que el docente es un ser humano también, como cualquiera de nosotros; con vida propia, con problemas llegando a casa, con pasatiempos muy independientes de su horario laboral. Y a pesar de hecho, sus horas en su hogar son dedicadas la mayor parte del tiempo a la revisión de tareas, a la planeación de sus clases y periodos escolares, y no hay que olvidar las horas dedicadas a la toma de algún curso de actualización, las reuniones internas para ver el progreso de los alumnos, los consejos técnicos, entre muchas cosas más.
Si nos pusiéramos ahora a hacer una lista de cada pendiente, cada desafío, cada problema que este tiene que solucionar; caeríamos en la conclusión de que ser docente hoy en día, no es ni un poco sencillo. Es por ello que a continuación, les presento los principales problemas y desafíos en el magisterio docente:
- Falta de reconocimiento social de la docencia como profesión. Ya que, aunque parezca increíble desde “años antes, algunos autores atribuían a la docencia el carácter de semiprofesión, considerándola una amalgama de conocimientos técnicos y administrativos, muchos transmitidos con sabiduría artesanal, más que a través de conocimientos formalizados”. (Maciel de Oliveira, 2005, p. 81).
- Tendencias discriminatorias de género. Ya que el hecho de que la profesión docente sea una ocupación elegida mayoritariamente por mujeres ha sido motivo de polémicas. Existen varios autores que atribuyen al género femenino la causa de la descualificación profesional, y creen que ocasionan una pérdida de estatus, pero a pesar de todo esto, debemos tener siempre en cuenta que “no es la presencia mayoritaria de la mujer en la docencia la que determina la pérdida de
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estatus, sino las tendencias discriminatorias de la mujer en la sociedad”. (Maciel de Oliveira, 2005, p. 83).
- Constante cambio social. Este se ha convertido en un gran desafío, ya que como lo mencione antes, vivimos en una era de constante cambio, la sociedad cada día quiere lograr cosas nuevas, surgen nuevas formas de vida, nuevas ideologías, y el docente debe estar a la vanguardia de todo eso, ya que trabaja en el campo social, y sería preocupante que no supiera nada de su único cliente. Por lo cual, siempre habrá una nueva forma de educar. Tenemos un claro ejemplo con los planes de estudio en México, no nos regimos por el que fue instituido primero, ya que han surgido nuevas necesidades, nuevas competencias, y se vuelve primordial estar en constante actualización. Por ende “esta nueva forma de educar, requiere una reconceptualización importante de la profesión docente y una asunción de nuevas competencias profesionales en el marco de un conocimiento pedagógico, científico y cultural revisado. Es decir, la nueva era requiere un profesional de la educación distinto”. (Imbernón, 2001, p. 3).
- Mito del docente omnisapiente. También se espera que el maestro sea poseedor de conocimientos absolutos y universales en gran parte de las áreas del conocimiento científico. Pero pensar que debe ser así, se ha convertido en un gran desafío para los maestros, ya que no son unos sabios con el conocimiento absoluto de todas las cosas, también están en constante capacitación, haciéndose expertos en su campo, no en cultura general. Y aunado a ello, “este cúmulo de exigencias del oficio, que se fundamentan en la creencia de que el maestro debía tener más de lo que debía inculcar, ejercen una fuerte presión sobre la persona de cada individuo dispuesto a tomar esta profesión”. (Tenti, 1988, p. 192).
- Dominar el uso de las TIC’S. En la actualidad, este es un punto que no podemos dejar pasar, ya que lamentablemente se ha vuelto un gran reto para todos aquellos docentes que no nacieron en la era tecnológica, y que poco a poco se
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han ido adaptando a ella, pero no llegando a ser unos expertos en el uso de las nuevas tecnologías para su uso en su labor docente. Y no tan sólo el hecho de aprender a usarlas, sino guiar a sus alumnos a hacer uso de estas para beneficio de su educación. Ya que, a pesar de ser una herramienta muy poderosa si se le da el uso adecuado, es primordial que los alumnos conozcan cómo y cuándo utilizarlas. Por la cuestión de que, si no se le da el uso correcto, puede traer consecuencias al alumno.
- Escases del apoyo por parte del gobierno, o de organismos descentralizados. Al comienzo mencionaba que, al maestro se le exige brindar una educación de calidad y se le evalúa constantemente al respecto. Pero si hiciéramos una evaluación de los centros educativos en México, ¿todos estarían en condiciones óptimas para brindar una educación de calidad? Por supuesto que no. Existe un gran abandono en la constante mejoría de nuestros centros educativos, y lo vemos más notable en las escuelas rurales, no se les brinda el apoyo necesario con materiales de apoyo, como lo son los pizarrones, escritorios, mesabancos, computadores, etc. Esto, crean o no, es un gran problema para el docente, ya que cómo podría brindar una educación óptima, si no cuenta con los recursos necesarios para hacerlo.
- Desinterés del alumnado. Se convierte en un gran problema para el docente lidiar con alumnos impuntuales; alumnos que no hacen el mínimo esfuerzo por aprender, a pesar de tener todo a su favor para hacerlo; alumnos que no participan, lo que hace que el docente se frustre por no tener una clase dinámica como quisiera; que usen el celular o cualquier dispositivo en clase, ya que ocasiona que no le presten la atención debida al contenido expuesto en clase, lo que se verá reflejado en su aprendizaje; alumnos que hagan la entrega de trabajos o evidencias fuera del plazo acordado, o con muy mala presentación. Todos estos tipos de alumnos hacen que no sea un grupo perfecto para enseñar, sino se convierte en un salón con mucha irregularidad de saberes entre estudiantes.
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- Alumnos “rezagados”. Todos nosotros hemos sido alumnos, y sin duda alguna en algún momento nos toco ser o tener un compañero que no tenía los conocimientos necesarios para estar en el grado que supuestamente cursaba. Esto es un desafío para los docentes, lidiar con la situación de tener un alumno que aún no sabe leer o escribir, que no sabe sumar, restar, multiplicar o dividir, cuando se supone deberían saberlo. Lo que causa, ya sea un estancamiento de todo el grupo por esperar a su compañero, o que el rezago siga por ser minoría y que el docente tome más importancia a las necesidades de la mayoría, o bien, significaría más trabajo para el docente, ya que tendría que hacer dos planeaciones.
- Bullying. Hablar de acoso escolar siempre será un tema en tendencia. Y siendo la escuela el principal lugar donde se lleva a cabo, hace que se convierta en un problema más que se debe lidiar dentro del salón de clases. Niños que agreden física y verbalmente son un gran lío; no tan sólo batallar con ellos, sino hacerse cargo de las situaciones que muchas veces crean. Es por ello el maestro “debe estar en condiciones de reprimir cualquier manifestación de desorden que se presente en el aula”. (Tenti, 1988, p. 191). Y, por otro lado, siempre buscar que su rol sea respetado, porque sólo así su palabra tendrá un valor de autoridad frente a los niños.
- Ser un sujeto moral y físicamente intachable. Es un gran desafío convertirse en una persona moralmente correcta, y no tan sólo eso, sino socialmente perfecta. Es a lo que me refería al principio cuando mencioné que esta profesión es un sacerdocio. Y para poder llegar a ser un buen maestro, se requiere que estos posean una larga lista de cualidades, las cuales pondré a continuación:
Podríamos clasificar las características no cognitivas señaladas como deseables y prioritarias en este perfil del maestro ideal en dos tipos distintos:
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- Características morales y conductuales que se expresan mediante las siguientes voces: “entusiasmo”, “paciencia”, “perseverancia”, “dulzura”, “ternura”, “afabilidad”, “prudencia”, “honestidad”, “desinterés”, “vida sin tacha”, “firmeza de carácter”, “caballerosidad”, “abnegación”, “entrega”, “temperancia”.
- Características físicas y de autopresentación tales como el “porte exterior”, “los buenos modales”, “el tono de la voz, la vista y los oídos”, “vestimenta”, etc. (Tenti, 1988, Pp. 186-187).
- Ausencia de los padres de familia. A veces resulta algo triste que los padres no estén al tanto de la educación de sus hijos, y muchas veces demuestra que no es una cuestión que tengan en prioridad. El papel del docente debe ser neutro, no caer en el rol de culpar, sino de tolerar; ya que, así como hay cientos de padres desinteresados, también hay cientos que quisieran estar ahí, pero por terceras razones no pueden. Y vemos en nuestros días un claro ejemplo de que la mayoría de los padres no cumplían con su rol de educar y estar al tanto de la educación de sus hijos, el cual es la contingencia sanitaria por COVID-19, ha sido un gran tema de debate la forma de impartir educación, ya que hemos escuchado a demasiados padres quejarse por las tareas, por el trabajo, por tener que “hacer el trabajo del maestro”, cuando sabemos que sólo está cumpliendo su rol de padre. En la sociedad se ha olvidado que la educación es una tarea de tres: del maestro, del tutor, y del alumno. Es inevitable que el docente deje de lidiar con este tipo de situación, ya que estará presente a lo largo de toda su labor docente, es por ello que los maestros “deben de tratar de mantener una buena relación con los alumnos, para así ellos tratar de ayudarlos en cualquier problema que tengan que pueda estar afectando su educación de manera significativa, con el único fin de que el alumno no pierda su enseñanza”. (Camacho, 2019, p. 10).
- No percibir un salario justo. La economía también es un problema presente dentro de nuestra lista. De la bolsa de los docentes sale para seguirse capacitando, para seguir escalando profesionalmente, para comprar material didáctico, entre otras
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cosas. Como mencioné anteriormente, es una profesión que dedica demasiadas horas extras de su vida fuera de la escuela, y aún así no se le gratifica como debería. Es por ello que hemos visto las huelgas, paros, y marchas que los maestros han realizado para que se les pague lo justo, o para que se les pague el sueldo que no reciben cuando hay pagos atrasados. ¿Pero qué podemos esperar de un país que invierte más en fútbol y en turismo, que en la educación de sus habitantes? Te dejo esa reflexión de tarea.
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