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bettyfassiEnsayo9 de Abril de 2017

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Escuela Normal superior N° 15[pic 1]

“D. F. Sarmiento” 

Profesorado Superior en Ciencias de la Educación

ESPACIO CURRICULAR:   Práctica III

PRIMER PARCIAL-

-ENSAYO-

 LA FORMACIÓN DOCENTE EN DEBATE

CURSO:    3er año.

CICLO LECTIVO:    2013      

PROFESOR:       María Eugenia Moulins

ALUMNA:      Elsa Beatriz Gomez

CICLO: 2013

 La formación docente en debate        

“No hay ya más caminos seguros. Sólo hay posibilidades efímeras para que pensemos a través del pasado, para que examinemos las historias sedimentadas que constituyen lo que somos y nos podamos insertar en el presente para luchar por una sociedad mejor”. Henry Giroux, 1992

“… cuando al amanecer me despertó una extraña vocecita que decía:

— ¡Por favor... píntame un cordero!

—¿Eh?

—¡Píntame un cordero!

— Pero… ¿qué haces tú por aquí?

Y él respondió entonces, suavemente, como algo muy importante:

—¡Por favor… píntame un cordero!

Cuando el misterio es demasiado impresionante, es imposible desobedecer. Por absurdo que

aquello me pareciera, a mil millas de distancia de todo lugar habitado y en peligro de muerte, saqué de mi bolsillo una hoja de papel y una pluma fuente. Recordé que yo había estudiado especialmente geografía, historia, cálculo y gramática y le dije al muchachito (ya un poco malhumorado), que no sabía dibujar.

—¡No importa —me respondió—, píntame un cordero!

Como nunca había dibujado un cordero, rehíce para él uno de los dos únicos dibujos que yo era  capaz de realizar: el de la serpiente boa cerrada. Y quedé estupefacto cuando oí decir al hombrecito:

— ¡No, no! Yo no quiero un elefante en una serpiente. La serpiente es muy peligrosa y el elefante ocupa mucho sitio. En mi tierra es todo muy pequeño. Necesito un cordero. Píntame un cordero.

Dibujé un cordero. Lo miró atentamente y dijo:

  • ¡No! Este está ya muy enfermo. Haz otro.

Volví a dibujar.

Mi amigo sonrió dulcemente, con indulgencia.

  • ¿Ves? Esto no es un cordero, es un carnero. Tiene Cuernos…

Rehíce nuevamente mi dibujo: fue rechazado igual que los anteriores.

—Este es demasiado viejo. Quiero un cordero que viva mucho tiempo.

Falto ya de paciencia y deseoso de comenzar a desmontar el motor, garrapateé rápidamente este dibujo, se lo enseñé, y le agregué:

—Esta es la caja. El cordero que quieres está adentro. Con gran sorpresa mía el rostro de mi joven juez se iluminó:

  • ¡Así es como yo lo quería!...”[1]

 

 El tema de la formación docente desde la perspectiva y tratamiento que le dan Terigi y Dikker  lo relaciono con esta cita recién enunciada donde el aviador trata de diseñar el cordero que le pide el principito  y donde  este,   a través de esa caja que finalmente el hombre le dibuja,   logra ver su cordero según sus necesidades, requisitos, condiciones y contexto. ¿Por qué esta analogía?

Porque cada cordero dibujado y la caja    metaforizan la necesidad y la búsqueda, la alternativa y la incertidumbre, los interrogantes y las problemáticas en lo referente a la transformación en la formación docente.

Problemas y debates insoslayables se hacen presentes ante la posibilidad y necesidad de cambiar la formación docente, para lo cual es preciso atender a los siguientes planteamientos:

¿Qué  comprende la identidad de  la actividad docente?  ¿Cómo se caracteriza el saber de los docentes y sobre qué se forman sus configuraciones de pensamiento y acción? ¿Cómo se forma un docente? ¿Dónde se forma un docente? ¿Qué necesita saber un docente para poder enseñar? ¿Dónde y cuándo los docentes adquieren los saberes epistemológicos y prácticos? ¿Qué implica la investigación en la formación docente?

Este ensayo pretende dar cuenta de los aportes  que desde la literatura pedagógica  de los materiales  de la cátedra se puede brindar sobre el tema de la formación de docentes. El trabajo está estructurado siguiendo el orden del texto “La formación docente en debate” para facilitar la lectura y comprensión.  Palabras y frases de los autores se observan a lo largo del mismo  comparadas con escenas del libro “El Principito” habilitando  de esta manera una explicación personal  que los relaciona.

Al realizar  recorridos por diferentes materiales teóricos y autores  la palabra FORMACIÓN acompañada de docente, inicial o continua es recurrente. Por eso la decisión fue buscar en documentos oficiales como el del Ministerio de Educación de la Nación a manera de interiorizarse cómo y desde dónde  hace referencia a esos términos que son objeto de este escrito.  Las  define de la siguiente manera

“La formación docente es un proceso permanente, que acompaña todo el desarrollo de la vida profesional.

La formación docente inicial, tiene la finalidad de preparar profesionales capaces de enseñar, generar y transmitir los conocimientos y valores necesarios para la  Formación integral de las personas, el desarrollo nacional y la construcción de una sociedad más justa y promoverá la construcción de una identidad docente basada en la autonomía profesional, el vínculo con las culturas y las sociedades contemporáneas, el trabajo en equipo, el compromiso con la igualdad y la  confianza en las posibilidades de aprendizaje de sus alumnos (Ley de Educación Nacional, artículo 71).

La formación docente continua, es entendida como desarrollo profesional y, es la estrategia fundamental tanto para renovar su oficio, como para responder a las nuevas necesidades de la sociedad, atendiendo a la complejidad de la tarea de enseñanza y de mediación cultural que realizan en sus diferentes dimensiones política, sociocultural y pedagógica”[2]

No   es ajeno que  se han ido acumulando críticas sobre la formación docente, así como esfuerzos de transformación. La formación desde el punto de vista teórico constituye un debate abierto.

Sabido es que la desinversión, la postergación de los docentes,  tanto en términos materiales como simbólicos han sido algunos de los problemas del sistema educativo en nuestro país. Volver a apostar a una formación que traiga una jerarquización intelectual y profesional, es fundamental.

“La cuestión referida ya  no es  sólo a qué conocimientos debe poseer el docente sino también a cómo los aprende y cuál es el papel del contexto y de la situación de trabajo en la práctica, se va introduciendo en la investigación sobre el pensamiento del docente.”[3]

 En el texto La formación docente en debate lo plasma   cuando manifiesta,    “La necesidad de reformular los objetivos de la formación, de articular la formación inicial con la continua, de equilibrar la formación científica con la formación profesional… acercando la teoría y la práctica.” Teniendo presente que  “cualquier decisión vehiculiza alguna clase de posición con respecto a la formación y determina modalidades particulares para la organización de las prácticas formativas en lo sucesivo.”

Varios son los problemas y debates actuales sobre la formación docente, se consideran    los  planteados  por Dikker y Terigi   a modo de respuesta a las preguntas formuladas anteriormente.

La identidad de la actividad docente

   La multiplicidad de funciones que afectan  a la definición de la tarea  docente  se lo puede relacionar con el mensaje que nos deja el principito cuando se acerca al asteroide 325 donde estaba el rey y éste le dice que  se debe pedir a cada uno lo que pueda dar, el ser razonable y esperar que las condiciones sean favorables, resultando parte de lo que los autores expresan en este punto.

 “—¿Y las estrellas le obedecen?

—¡Naturalmente! —le dijo el rey—. Y obedecen en seguida, pues yo no tolero la indisciplina.

 …

—Me gustaría ver una puesta de sol... Deme ese gusto... Ordénele al sol que se ponga...

—Si yo le diera a un general la orden de volar de flor en flor como una mariposa, o de escribir una tragedia, o de transformarse en ave marina y el general no ejecutase la orden recibida ¿de quién sería la culpa, mía o de él?

—La culpa sería de usted —le dijo el principito con firmeza.

Exactamente. Sólo hay que pedir a cada uno, lo que cada uno puede dar —continuó el rey. La  autoridad se apoya antes que nada en la razón. Si ordenas a tu pueblo que se tire al mar, el pueblo hará  la revolución. Yo tengo derecho a exigir obediencia, porque mis órdenes son razonables.

...

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