EDUCACIÓN Y CREATIVIDAD

Educación y creatividad[pic 1]

Estoy francamente de acuerdo con Ken Robinson cuando afirma que es necesario un cambio en los paradigmas del sistema educativo e iniciar una revolución en la educación. A la velocidad vertiginosa a la que cambia la sociedad actual no podemos seguir enseñando a nuestros alumnos como lo hacían los maestros de nuestros abuelos.

El sistema educativo actual sigue utilizando patrones memorísticos y de repetición, mientras obviamos que nuestros chicos tienen a su disposición una ventana al mundo del conocimiento y la comunicación a través de la tecnología. Esto hace que el sistema educativo resulte obsoleto, ya que no responde a las necesidades individuales de los alumnos. Desgraciadamente aún no hemos sido capaces de entender que nuestro rol como docentes ya no es el de ejercer como única fuente de conocimiento, si no que en este momento nuestros alumnos necesitan imperativamente que seamos sus guías. Que les ayudemos a ser los protagonistas de su proceso de aprendizaje y lo que es más importante en el autoconocimiento. Éste último resulta vital para que los alumnos descubran sus potencialidades y talentos, por que cuando un niño/a se conoce y sabe en aquello que es bueno es mucho más fácil orientar su formación y mantenerlo motivado. Los niños son curiosos por naturaleza, pero debemos cultivar y preservar esa curiosidad sin aniquilarla con millones de datos y fechas a recordar o aprendizajes repetitivos y poco significativos.

Como afirma Robinson los profesores se encuentran ante nuevos retos en la educación y deben afrontarlos recuperando la pasión por el proceso de aprendizaje junto a sus alumnos. Si bien es cierto que la presión por la obtención de resultados es enorme en la sociedad actual, en mi opinión uno de los primeros cambios que podemos introducir en nuestras clases para mantener la motivación de nuestros alumnos es enseñarles que el error no es malo, sino que forma parte del proceso natural de aprendizaje. Por lo tanto despenalicemos el error “Si no estás dispuesto a equivocarte, nunca llegarás a nada original” –Ken Robinson.

Otro cambio de fácil introducción en nuestras aulas es la de retomar la conexión entre ciencia y emoción, o lo que es lo mismo instruir a nuestros alumnos para que sean capaces de llevar a cabo procesos de resolución de problemas de forma creativa. Educar en la sensibilización artística y la creatividad. Ignorar las jerarquías establecidas para las asignaturas y aprovechar los nuevos enfoques metodológicos  para experimentar e indagar sobre los propios talentos.

En conclusión podría decir que muchas son las ideas que me surgen  a la hora de intentar mejorar la motivación de nuestros alumnos, es solo cuestión de pararse a reflexionar sobre cómo podemos hacerlo y utilizar los recursos humanos y tecnológicos de que disponemos. Sin olvidar que el primer cambio que debemos hacer es en nuestra actitud como docentes, mantener la pasión y el interés por  situarnos junto a los alumnos en el maravilloso proceso de aprendizaje que es la vida. Y afrontarlo superando las numerosas dificultades inherentes. Es necesario recuperar los verdaderos propósitos de la educación: Conocimiento para adaptarse y comprender mejor el mundo, encontrar nuestro lugar en él. Y lo que es más importante utilizar nuestras potencialidades y talentos para ofrecer la mejor versión de uno mismo cómo maestros, si queremos obtener un resultado similar en nuestros alumnos y alumnas.

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