EJE DE DESARROLLO SOCIAL POLITCAS SANITARIAS Y EL DERECHO HUMANO DE LA EDUCACIÓN TRABAJO Y LA SEGURIDAD SOCIAL
blancaquintero18 de Noviembre de 2013
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Introducción
El Proyecto Nacional Simón Bolívar fue emprendido por el primer mandatario Hugo Chávez, para consolidar el socialismo del siglo XXI en Venezuela.
La Suprema Felicidad Social es una de las directrices por la que se orienta el plan estratégico de la Nación a partir de la construcción de una estructura social incluyente, un nuevo modelo social, productivo, humanista y endógeno, se persigue que todos vivamos en similares condiciones, rumbo a lo que decía el Libertador: " La Suprema Felicidad Social". La satisfacción de las necesidades sociales está vinculada con el sistema de producción-distribución de bienes y servicios, porque solo en la medida en que los trabajadores en Venezuela contribuyan con la producción de la riqueza social, según sus capacidades, junto con el desarrollo de sus potencialidades creadoras, aumentan las probabilidades de satisfacer las necesidades sociales.
En esta investigación se presenta importantes datos y referencias que demuestran que Venezuela está progresando a paso de vencedores y sobre todo el que se está beneficiando es el pueblo.
De la crisis-catástrofe actual ha nacido la necesidad de la transición. Y de su propio seno vino conformándose el actor político nuevo capaz de impulsar el proceso. Del Movimiento Bolivariano Revolucionario-200 surgió en 1997 el Movimiento V República y en tomo a éste, primero se ha conformado el Polo Patriótico, una alianza de fuerzas transformadoras que avanza con vigor creciente en el mapa político venezolano. Esto constituye una condición necesaria para garantizar la transición.
Y ha permitido a su vez el surgimiento de una segunda condición, igualmente necesaria, la cual no es otra que la capacidad para visualizar y por tanto planificar el proceso, en base a un conjunto de áreas o polos de transición y de una serie de fases, con lo cual, además de proceso, pasa a ser proyecto.
El proyecto de transición: cinco polos para una nueva República. Este primer documento recoge la visión de conjunto del proyecto y plantea los cinco polos de la transición venezolana de este agitado fin de siglo.
Al mismo tiempo, presenta la idea dinamizadora de las fases a través de las cuales puede impulsarse la transición.
Cada uno de los cinco polos persigue el logro del equilibrio en su respectiva área, de forma tal que todo el conjunto plantea la búsqueda de la estabilidad sistémica y el paso a una situación de equilibrio dinámico.
Todo esto lleva implícita la profunda convicción democrática y ratifica nuestra firme intención de construir una nueva República que encarne un verdadero Proyecto Nacional, sobre la base del más amplio consenso posible y el respeto a las más diversas posiciones o visiones de los sectores nacionales.
Así tenemos que el documento presenta en primer lugar el Polo macro político, cuya línea central es el proceso constituyente y su objetivo de transformar el marco político-jurídico actual, ya agotado, para dar paso a una auténtica democracia participativa. Al mismo tiempo, esta búsqueda del equilibrio político a través de la Asamblea Constituyente, indica la primera fase del Proyecto de Transición.
Luego aparecen en orden sucesivo el Polo de desconcentración territorial, el desarrollo humano para lograr el equilibrio social, la transformación productiva para el equilibrio económico, haciendo énfasis en la disciplina macroeconómica y finalmente, la visión internacional y geopolítica del Proyecto, orientada dentro de la mundialización reinante, con una concepción clara hacia las relaciones de paz y mutuo respeto con todas las naciones del mundo.
Este conjunto de áreas, al dinamizarse, configuran las fases subsecuentes del Proyecto de Transición. Los límites de tales fases irán definiéndose con mayor claridad a lo largo de las innumerables y creativas discusiones a las que dará origen la presentación de este documento.
Porque de eso precisamente se trata. Generar ahora un periodo de discusiones para arribar en los próximos meses a un documento de mucha mayor profundidad y solidez, en torno al cual se haga realidad un verdadero Proyecto Nacional.
I. Equilibrio político:
Constituyente para la democracia participativa
Venezuela posee una gran variedad cultural, un extraordinario conjunto de valores fundamentales y una predominante población joven cuya inteligencia y creatividad son piezas básicas en la construcción de un mejor futuro; sus cuadros técnicos, profesionales y científicos conjuntamente con los más diversos sectores de la sociedad, configuran un inestimable potencial para la conducción de nuevos procesos económicos, sociales y culturales.
Estas potencialidades se encuentran obstaculizadas por la trama de intereses imperantes y por el agotamiento del modelo político. Todo ello ha conducido al colapso del Estado, al empobrecimiento de la población y al descrédito político.
Para sacar a Venezuela de la situación crítica en que se encuentra, es preciso transformar el marco institucional dentro del cual los diferentes actores políticos, económicos y sociales se desenvuelven y toman sus decisiones; marco institucional que se ha caracterizado por el dominio de las cúpulas de los partidos políticos tradicionales que, a su vez, controlan los diferentes poderes del Estado en casi todos los ámbitos territoriales, tanto nacional, como regional y local. Esto ha impedido una sana y dinámica relación entre los diversos actores de la vida nacional. Todas las decisiones de carácter e interés nacional son sometidas al tutelaje de las direcciones partidistas, sin que sobre éstos exista ningún control efectivo por parte de la sociedad venezolana. El alto grado de concentración del poder, combinado con un Estado que ha manejado y maneja grandes recursos provenientes del negocio petrolero, trajo consigo la generación de corruptelas, compadrazgos y clientelismo, erosionándose el desarrollo democrático de la vida nacional.
Cuando una situación llega a tal grado de descomposición, nace entonces del propio seno del pueblo una fuerza legítima indetenible, capaz de impulsar la transformación de ese marco institucional. Esa fuerza es el Poder Constituyente. Poder éste que se ha activado en Venezuela, generando un proceso transformador verdaderamente democrático y revolucionario: el Proceso Constituyente, el cual se desarrolla en varias fases, siendo algunas de ellas la convocatoria y la realización de la Asamblea Nacional Constituyente, instancia político-jurídica que originará un nuevo marco institucional para la refundación de la República, la reestructuración del Estado y el establecimiento de un nuevo consenso político y social.
Asamblea Nacional Constituyente que relegitimará los poderes del Estado, estableciendo con claridad las funciones y límites de cada uno, así como la garantía de su independencia equilibrada y del respeto a los derechos humanos individuales, económicos, sociales y las libertades públicas.
Este proceso permitirá sentar las bases y lineamientos de un Estado eficiente, rector de las políticas, promotor y estimulador del desarrollo, que garantice la paz interna, la justicia social y la seguridad jurídica mediante un Poder Judicial autónomo e imparcial y un Congreso genuinamente representativo. Ese Estado también debe garantizar la conservación del medio ambiente y la buena gestión de los asuntos públicos, así como desarrollar mecanismos de interacción, reglamentación y mediación. Un Estado que devuelva a la sociedad formas de participación hoy confiscadas por un esquema centralizador y que disponga de una Administración Pública ágil, flexible, de cara al ciudadano, orientada hacia el logro de objetivos y no al control de procedimientos.
Un Estado que defina soluciones y dé respuestas adecuadas a las condiciones del sistema económico internacional, caracterizado por un fenómeno de transnacionalización y de competencia sobre la base del dominio tecnológico que por una parte, concentra riquezas y por la otra, produce una gran exclusión social. Un Estado que nos permita insertamos en dicho sistema económico afirmando nuestra identidad nacional y garantizando niveles adecuados de calidad de vida a la población.
Sólo sobre el nuevo marco institucional, jurídico, político y económico, podremos adelantar los planes de reordenamiento del país. El viejo orden impuesto por el poder constituido, está agotado y atrapado dentro de una trama de intereses que cercenan la voluntad política y hace inviable cualquier esfuerzo de cambio que pueda intentarse. Se hace por tanto impostergable e imprescindible su sustitución por un nuevo ordenamiento democrático.
Venezuela necesita una revolución democrática para revertir las deformaciones que se han producido en su Sistema político, condición previa para lograr el establecimiento de los principios de justicia y libertad a que toda sociedad aspira. Esta revolución pacífica pasa por un Proceso Constituyente el cual consta de varias fases: 1) Activación del proceso; 2) Fase contractual; 3) Fase Convocatoria de la Asamblea Nacional Constituyente; 4) Fase Asamblearia; 5) Fase Ejecutiva (aplicación de la nueva Constitución Nacional).
El Proceso Constituyente es una revolución democrática porque desencadena la transformación profunda de la sociedad venezolana, basándose en la voluntad popular, al ejercer ésta su soberanía.
Actualmente nos encontramos en la Fase de Activación del Proceso Constituyente dentro de una convocatoria a elecciones nacionales, en medio de una grave crisis de deslegitimación
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