EL DESEMPEÑO DOCENTE
Mitzay3120 de Octubre de 2013
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DESEMPEÑO DOCENTE
Facilitador:
Freddy Herrera Participantes:
Mendoza Yeidi
Reverón María
Romero Yesenia
Villarroel Mitzi
QUE ES PLANIFICACIÓN?, PARA QUÉ PLANIFICAMOS?
En la búsqueda de una definición de planificación y de acuerdo con muchos autores está en su esencia implica la fijación de objetivos y los recursos necesarios para llegar a ellos. Una vez teniendo claro esto surge entonces otra interrogante para que planificamos? Y le daremos respuesta abordando el tema más a profundidad, específicamente en el propósito de la planificación por que ello determina el para qué.
Es una lástima que la planificación se nos represente como un trabajo tan arduo y aburrido. Como dice Luis M. Benavides, “en muchos ambientes educativos ‘planificación’ equivale a trabajo tedioso y engorroso, a palabras difíciles que nadie entiende, a verbos y objetivos especialmente elegidos para ‘torturar’ a las mentes más sagaces”. Cuando la planificación en equipo tiene que ver, sobre todo, con reconocer lo que es e imaginar lo que podría ser. Con reunir realidad y utopía para que jueguen, confronten, acuerden y produzcan algo que no es ni la suma ni la resta de las dos. Con observar lo existente y saber soñarle un destino.
“Nunca existen vientos favorables para quien no sabe a dónde va.”, dice un proverbio fenicio. La planificación también tiene que ver con el deseo. Planificamos porque queremos llegar a algo; sin un objetivo y una esperanza que nos mueva hacia este objetivo, la educación se convierte en un mero estar ahí. Planificar significa, entonces, reconocer aquello que se quiere y buscar los medios para alcanzarlo.
Según los antes planteado podemos decir entonces que planificamos para:
Tener un mejor orden y control, así como una mayor eficiencia en el desarrollo de las actividades que nos hemos propuesto realizar para lograr el objetivo trazado.
Para realizar los objetivos en forma integra, eficaz y oportuna
Para mantener una buena coordinación, la cual nos llevara a un mejor aprovechamiento de todos los recursos que hemos dispuestos para materializar los objetivos.
Para obtener una visión panorámica de lo que queremos, en forma clara y precisa y en función de ello comprender mejor las actividades y fundamentar correctamente las acciones.
DESEMPEÑO DOCENTE
La profesionalidad de la docencia hace referencia no sólo al tipo de actividad económica que realiza, al tipo de servicio público que presta, a la relevancia de este servicio en relación al desarrollo de la sociedad y del género humano, sino también a la necesaria calificación y calidad profesional con la que se espera que lo haga.
Es indispensable precisar cuál es la misión educativa específica del docente y en ese contexto, cuáles son los conocimientos, capacidades, habilidades y actitudes que corresponden a esas tareas. Su misión es contribuir al crecimiento de sus alumnos y alumnas. Contribuir, desde los espacios estructurados para la enseñanza sistemática, al desarrollo integral de las personas, incorporando sus dimensiones biológicas, afectivas, cognitivas, sociales y morales. Su función es mediar y asistir en el proceso por el cual niños y jóvenes desarrollan sus conocimientos, sus capacidades, sus destrezas, actitudes y valores, en el marco de un comportamiento que valora a otros y respeta los derechos individuales y sociales. Para realizar esta misión los docentes necesitan creer en ella y en que es posible realizarla bien.
Graciela Messina (2000), reflexionando sobre el carácter profesional de la tarea docente, no sólo plantea que “es una tarea urgente lograr que se considere que el docente es un profesional, sino que está segura que el asumirlo como “un no profesional” es un mito tanto para deslegitimar su trabajo y en consecuencia justificar las injustas condiciones de trabajo y salario, como para justificar que la “creatividad” le pertenece sólo a unos pocos, al nivel central de los ministerios de educación, que toman decisiones y hacen guías de aprendizaje, que definen currículo, dándole muy poco espacio a los docentes”.
Esta caracterización, además de describirnos el particular quehacer profesional del docente, nos interna en esa otra más compleja cuestión: ¿qué es lo que caracteriza el buen desempeño profesional del docente y cuáles son las condiciones en las que éste es posible?
El buen desempeño profesional de los docentes, así como de cualquier otro profesional, puede determinarse tanto desde lo que sabe y puede hacer, como desde la manera como actúa o se desempeña, y desde los resultados de su actuación. Obviamente no es posible calificar al buen profesional, y menos al docente, sólo desde alguno de estos aspectos.
¿Qué debe saber el buen docente?
Hernández afirma que “el docente debe conocer el contenido de su enseñanza y el modo como ese contenido puede tener sentido para el estudiante; el docente debe saber hablar en un lenguaje comprensible y promover el diálogo con los estudiantes (es decir, debe saber comunicar y generar comunicación); el docente debe ponerse de manifiesto como quien se pone frente a los alumnos para mostrar y entregar lo que tiene y quiere y; el docente debe plantear y obedecer unas reglas de juego claras en su relación con los estudiantes y estar dispuesto a discutir esas reglas".
Es de sentido común afirmar que un buen docente debe tener conocimientos sobre las disciplinas académicas en torno a las que debe lograr que los alumnos construyan aprendizajes; también sólidos conocimientos pedagógicos que le permitan lograr dichos aprendizajes, así como respecto de las características generales e individuales de cada uno de sus estudiantes.
“Hoy día necesitamos a nuestros docentes apropiándose del mejor conocimiento disponible sobre la educación, con capacidad autónoma para actualizarlo y recrearlo. Tampoco se trata de un mero desafío cognitivo. Es deseable una vocación y un compromiso afectivo con una tarea que es social y que tiene que ver con la formación de personas. Es, finalmente, un desafío práctico: requiere capacidades. Las habilidades y los desempeños son imprescindibles tanto como los conocimientos y las aptitudes.”
Cómo debe actuar el buen docente?
La gama de tareas del docente incluye la planificación de sus actividades de enseñanza, teniendo presente las características de los destinatarios de la educación, las del entorno en que viven y las de la sociedad que deberán enfrentar. También incluye la capacidad para establecer ambientes de aprendizaje que facilitan la participación e interacción entre alumnos y profesor; la creación de herramientas de evaluación apropiadas que le permitan, por una parte detectar las dificultades de sus alumnos y alumnas y, en consecuencia apoyarlos y, por otra parte, evaluar el efecto de su propia estrategia de trabajo. Finalmente incluye formar parte constructiva del entorno en el que trabaja, compartir y aprender de y con sus colegas y relacionarse con los padres de familia y otros miembros de la comunidad circundante.
Es todo esto lo que hace que la respuesta a esta pregunta resulte más complejo en tanto que la actuación profesional del docente se realiza en diversos ámbitos y con diversos sujetos. En el ámbito del aula, su buen desempeño tiene que ver tanto con el diseño cuidadoso, la conducción responsable y la evaluación profunda de los procesos de aprendizaje; así como con la relación comunicativa y afectiva que establece con todos y cada uno de sus estudiantes.
Respecto a los padres de familia, se espera su conocimiento, apertura, comunicación y colaboración profesional. Respecto a la sociedad que le ha otorgado la responsabilidad de educar, se espera su comportamiento ético y ejemplar, con relación a las nuevas generaciones y en función del ideal de sociedad que se espera contribuya a realizar.
¿Qué resultados debe lograr el buen docente en su práctica profesional?
En cada ámbito de su quehacer profesional se esperan resultados. El aprendizaje y el crecimiento personal y afectivo de sus estudiantes, es el principal. Pero también se espera que sus colegas se sientan apoyados y consideren que su colaboración es responsable y eficaz, respecto a la tarea colectiva e institucional. Se espera, así mismo, que los padres de familia se sientan satisfechos con la calidad de su servicio y con su compromiso profesional. Toda la sociedad espera tener pruebas de la búsqueda de su excelencia personal y ética y de su crecimiento profesional.
Ha llegado el momento de pasar de una mirada centrada en los procesos, que empiece a fijarse crecientemente en los resultados. Nuestros universitarios tienen que aprender más y mejor. Nuestras casas de estudio tienen que orientar su quehacer al aprendizaje. Necesitamos promover una cultura de la excelencia, con más exigencias, con más rigor, con expectativas más altas sobre nuestros alumnos y sobre sus logros.
LABOR DEL DOCENTE
No es fácil ejercer de docente. Ni en educación primaria, ni en educación secundaria, ni en la universidad, ni en la formación de adultos, ni en la formación continua.
Pero
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