EL PATIO DEL RECREO

EL PATIO DEL RECREO

UN ESPACIO EDUCATIVO PARA PROPICIAR APRENDIZAJES SIGNIFICATIVOS

Los juegos de los niños no son juegos, sino que hay que juzgarlos como sus acciones más serias. Michel Eyquem de Montaigne.

Esta frase invita, como claramente lo dice, a tomarse un poco más enserio los juegos de los niños, ya que de ellos se pueden desprender infinidad de cosas; de ellos los niños pueden aprender, se puede saber más de la vida del niño a través de ellos, etc. Es por esto que dentro de las instituciones educativas que trabajan con niños, se debe poner mayor énfasis y atención en los juegos de los niños, pudiendo ser éstos guiados por los docentes o por los propios niños, dándoseles lugar en clase o en la hora del recreo según sea el caso.

El tema que en este caso se aborda es el del patio del recreo, incluyendo los juegos y actividades que en él se desarrolla. Pero, ¿Qué es el patio del recreo? Según Lorenzo Luzuriaga (1995) citado por Jaume Trilla (2002) “los recreos se establecieron en la escuela tradicional para romper la sucesión de clases en las que el alumno permanecía pasivo, y evitar la fatiga de éste”. Si bien muchas escuelas le dan cierta importancia a los momentos de recreo y cuentan con juegos didácticos respetando los gustos e intereses de los niños, carecen de una organización a través de la intervención docente como generador de distintas situaciones de integración y juegos que generen aprendizajes significativos. Es por eso que el gobierno del Estado de México, lanzó un tríptico informativo, en el cual se aborda el tema del patio del recreo, con el fin de darle a este un sentido más amplio y que pueda ser aprovechado para bien tanto por los niños como por los profesores, directores e incluso padres de familia que deseen involucrarse.

El presente ensayo pretende profundizar en el tema del patio del creo y dar algunas ideas y ejemplos de actividades que se pueden llevar a cabo durante el recreo, además de reflexionar sobre los beneficios que estos pueden traer para los alumnos, así como para los docentes.

Es indudable que en los últimos años las pretensiones y los intereses de las investigaciones sociales y educativas, se han movilizado hacia la comprensión de otras alternativas, otras realidades posibles que se reconozcan en la naturaleza compleja y abierta del sujeto que se educa. Es desde esta mirada reflexiva, crítica y propositiva de las realidades, que el recreo escolar se ha ido instituyendo en la vida educativa y social como espacio de aprendizaje y socialización. Al respecto, el Ministerio de Educación Nacional (MEN, 2004) considera al recreo escolar como “espacios reales donde se aprenden y practican competencias para la convivencia, el respeto y la defensa de los derechos humanos y el ejercicio de la pluralidad”.

A pesar de que el recreo escolar cobra fuerza, vida y reconocimiento desde lo institucional, desde lo instaurado social y educativamente, son escasos los aportes y desarrollos teóricos y sociales en este campo, pues, aun no hay una valoración plena y no se le ha otorgado la relevancia que dicho escenario amerita en cuanto a su comprensión y las posibilidades que desde allí pueden emerger de caras a la formación humana, el desarrollo de sujetos por y para la sociedad y el aporte curricular y extracurricular que germina en aquel escenario.

El recreo escolar se convierte en la hora más esperada por los niños y las niñas en las escuelas, como si, al sonar el timbre, el patio que es una estructura inerte, vacía y deshabitada, fuera tomando vida y sentido, fuera revivida por la presencia corporal de los escolares, fuera habitada y permitiera la habitación y la vida en conjunta, vida entre semejantes, entre iguales, en pocas palabras, una vida que permite que ellos se constituyan como sujetos y constituyan al otro y lo otro del patio.

El recreo les ofrece a los niños, descansos necesarios para optimizar su atención a

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