“EL VALOR DE EDUCAR” Reflexión escrita

“EL VALOR DE EDUCAR”

Reflexión escrita

Capítulo 1. El aprendizaje humano

        En el texto analizado es importante reconocer los orígenes del aprendizaje humano es por tal razón que se trata de abordar desde la concepción de humanidad  para podar dar cabida  a los diferentes factores que influyen en los seres humanos en el desarrollo pleno de sus facultades.        

Como miembros de una sociedad todos compartimos atributos  y uno de ellos por naturaleza desde que nacemos la adoptamos, esta es la humanidad Graham Greene menciona que “‹‹ser humano es también un deber››” (1997, p.11) pues con ello obtenemos obligaciones  y el ideal de cierta manera es que logremos llegar a ser humanos al desarrollar todas sus potencialidades.

        Por tanto es importante que como personas miembro de una sociedad podamos obtener experiencias donde demostremos nuestras capacidades morales, actuando al ser empáticos, comprensivos, solidarios, benevolentes, en fin así una infinidad de valores que debemos adquirir a lo largo de la vida, ya que estos son los que nos hacen ver humanos ante otros seres vivos.

En la actualidad nos encontramos en un entorno decimado cambiante en donde las personas van dando pasos acelerados tratando de progresar rápidamente sin detenerse a reconocer que existen principios básicos que son necesarios reforzar como seres humanos. Poniendo el foco de atención en la humanidad individual ya que en nuestra realidad nos encontramos con innumerables situaciones en donde ponen entre dicho nuestra parte humana con tantos actos de crueldad,  insensibles e incapaces de actuar y demostrar tal humanidad.

Tal y como menciona Fernando Savater (1997) “nuestra humanidad biológica necesita una confirmación posterior, algo así como un segundo nacimiento en el que por medio de nuestro propio esfuerzo y de la relación con otros humanos se confirme definitivamente el primero”(p.11).

Por lo cual las relaciones sociales nos ayudan a superar nuestra invalidez original como humanos que nacemos aparentemente pronto. Pero esto se va fortaleciendo ya que estamos abiertos a aprender nuevos saberes con un proceso gradual.

 Esto se debe a que contamos con una plasticidad y disponibilidad a los que los pedagogos denominan como educabilidad pues todo ser humano puede ser influido directa o indirectamente por los demás, esto lo podemos observar  los contextos, culturas, regiones, etc. pues estos dotan a los  individuos de características compartidas de una sociedad interrelacionada.

Esta educabilidad menciona Fernando Savater es parte de la sociedad humana y es imitada por los niños, obligando a los adultos a fingir como modelos pues ellos cuentan con una vasta experiencia que pueden transmitir a las generaciones venideras. Pero esto implica que el que enseña tenga vocación de compartir lo que ya sabe entre todos.

Una persona con vocación al enseñar es alguien feliz con lo que hace porque lo hace por el amor a su trabajo y no simplemente por el compromiso de  ser meros transmisores. Por lo cual en el proceso educativo debería de existir más vocación como docentes pues se está gestando en los individuos las diferentes áreas de desarrollo del ser humano tanto como  el intelectuales, físicas y sociales.

 Con este afán es por los que se habla de educar con amor pues esto posibilita y potencia el aprendizaje ya que en la existencia de un ambiente armónico se refuerzan los vínculos pues estos forman parte primordial de la adquisición de nuevas experiencias al tener interacciones y vida social.

Pero se debe de considerar que al educar “la verdadera educación no solo consiste en enseñar a pensar sino también en aprender a pensar sobre lo que se piensa” (1997, p.16)  esta reflexión procura que todo los individuos tengan presente que no hay verdades absolutas y siempre debe de dudar de lo que se aprende y ponerlo en especulación  seguir aprendido en el proceso. Por ello el primer objetivo de la educación siempre será hacernos consientes de la realidad de nuestros semejantes.

En tanto no cabe más que decir que nuestra condición humana nos hacer estar propensos a fortalezas y debilidades que a través del paso del tiempo, de las experiencias y las relaciones que vamos formando nos harán crecer y aprender para ser mejores seres humanos y ganarnos así ese título de “humanidad” que hemos dejado a un lado y el cual debe de ser la base para nuestro desarrollo integral.

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