El Valor De Educar
sevani30 de Abril de 2013
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EL VALOR DE EDUCAR
“FERNANDO SAVATER”
“El valor de educar” plantea como escenario la educación y a partir de ello proporciona reflexiones dirigidas al maestro como actor protagónico y su rol de educador. En el desarrollo de su obra, Savater enfatiza el compromiso que tiene el estado, las autoridades en educación, instituciones educativas y esencialmente el maestro, respecto a la disciplina, la enseñanza de la libertad y la universalización de la educación. El autor hace hincapié al hecho de que los maestros quiera sé o no, son modelos para los estudiantes y está en sus manos hacer que el aprendizaje sea un deleite o placer, teniendo en cuenta la importancia de las asignaturas y el currículo. Repite y enfatiza bastante que el fin de la educación es la humanización del ser humano. Y para lograr este fin debe hacerlo con la integración y relación de la parte cognitiva, espiritual y actitudes del estudiante.
Savater indica que “el descubrimiento” es el medio para lograr un aprendizaje significativo en los estudiantes. Señala a la “petulancia del maestro” como un mal perjudicial que va en contra del gusto de aprender del estudiante, ya que el maestro solo quiere enseñar y enseñar. Recalca que la educación debe ser para todos sin excepción, sin desigualdades, por ello plantea una universalización democrática de la educación. Culmina su trabajo con una carta dirigida a los ministros para que tomen en cuenta estos planteamientos y asuman seriamente “El valor de educar”.
El libro se compone de seis capítulos, de los cuales quiero destacar algunas reflexiones que dejan dar cuenta de que trata cada uno:
1. El aprendizaje humano
El hecho de enseñar a nuestros semejantes y de aprender de nuestros semejantes es más importante para el establecimiento de nuestra humanidad que cualquiera de los conocimientos concretos que así se perpetúan o transmiten.
2. Los contenidos de la enseñanza
La educación, orientada a la formación del alma y el cultivo respetuoso de los valores morales y patrióticos, siempre ha sido considerada demás alto rango que la instrucción, que da a conocer destrezas técnicas o teorías científicas.
3. El eclipse de la familia
El papel de la familia en la educación de una persona es insustituible, y por ello “cuanto menos padres quieren ser los padres, más paternalistas e exige que sea el Estado”, y por ello se le concede la posibilidad de guiar el destino de una persona, por más masificado que este sea. En la sociedad actual el rol del padre es de vital importancia, se requiere que tenga “suficiente autoridad para gestionar el miedo iniciático en el que se funda el principio de realidad, pero también con la tierna solicitud doméstica, próxima y abnegada, que ha caracterizado secularmente el papel familiar de la madre”
4. La disciplina de la libertad
El objetivo explicito de la enseñanza de la modernidad es conseguir individuos auténticamente libres…comprender que la libertad de la que estamos hablando no es un a priori ontológico de la condición humana sino un logro de nuestra integración social.
5. ¿Hacia una humanidad sin humanidades?
La educación humanista consiste ante todo en fomentar e ilustrar el uso de la razón, esa capacidad que observa, abstrae, deduce, argumenta y concluye lógicamente…crear un sentido de respeto por las capacidades y la humanidad del hombre como especie .Vivir en una sociedad plural impone asumir que lo absolutamente respetable son las personas, no sus opiniones, y que el derecho a la propia opinión consiste en que ésta sea escuchada y discutida, no en que se la vea pasar sin tocarla con si de una vaca sagrada se tratase.
6. Educar es universalizar
La
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