Educación Ficticia

Educación ficticia

Hace un tiempo, me di cuenta de un problema que afecta a mi curso (y quizás a mucha más gente). Tiene base en un problema de enseñanza, pero tiene efectos en muchos ámbitos.

El problema está en que, a pesar de que captamos y entendemos lo que se nos enseña perfectamente, no lo aplicamos a la realidad. Lo derivamos mentalmente a un mundo paralelo ficticio que si es normado por todo lo que aprendemos.

Con esto, inutilizamos gran parte de nuestros conocimientos. Los dejamos aislados y pasan formar parte de la enciclopedia mental que explica al mundo inventado, como que fueran las reglas que rigen a un mundo fantástico creado por la literatura.

Da la impresión de que estamos aprendiendo sobre un mundo inventado por un par de pensadores ociosos.

Esto se nota en lo que cuesta que apliquemos lo aprendido, de dos maneras. La primera usar una materia para ayudar a otra (por ejemplo, usar elementos matemáticos para la física o la química). La otra forma es la más común, aplicar conocimientos a la realidad: usar la ciencias para explicar fenómenos de la vida diaria.

Así, la filosofía, que trata de explicar la realidad, no es vista sino como una serie de elementos que explican un mundo que ella misma inventó.

Pero esto no se queda solo en el plano de conocimientos, ojala fuera así. El mayor problema está en que pasa también cuando se enseña religión, ética, moral. Todas estas reglas pasan a formar parte del mundo paralelo y con eso, pierden toda eficacia.

Esto pasa más allá de las clases formales en el colegio, también en las charlas se repite casi igual el efecto. Eso si, se conectan los dos mundos pero solo un momento y luego se olvida.

Por eso, pienso que el problema puede estar con recibir los conocimientos de una autoridad.

Por otro lado, creo que lo que leemos en los diarios tiende a parecer más real. Las conversaciones con pares y conclusiones a las que se puedan llegar ahí son más reales aún. Y sin duda, la mayor fuente de conocimientos aplicados a la realidad viene de la experiencia personal.

Quizás esto último se pueda aprovechar para mejorar la forma en que recibimos los conocimientos.

En los años que llevo en este colegio, me he ido dando cuenta de un problema educacional que genera muchos daños colaterales. Es lo que llamaré ficción educacional, se trata de un fenómeno relativamente simple.

Todos los conocimientos que se nos enseñan son captados y entendidos perfectamente, pero se aplican sobre si mismos y no sobre la realidad. Se crea un mundo paralelo al nuestro en el que se aplica todo lo aprendido.

Esto inutiliza gran parte de nuestros conocimientos, los aísla y pasan a formar parte de la biblioteca mental en que guardamos datos tan importantes como puede ser la descripción de un mundo ficticio de una novela.

Esa es exactamente la impresión que me da, que creemos estar aprendiendo sobre un mundo inventado por gente inútil.

Es posible notar esto en el esfuerzo que se requiere para que usemos la matemática en otras áreas, como la física o la química. O que apliquemos estas áreas científicas en la realidad. Pienso también en la filosofía, que intenta explicar toda la realidad, pero es vista como la explicación de un mundo irreal.

Pero las mayores repercusiones están en la religión, que por este sistema, pasa a ser una ficción más junto con todas sus normas. O sea, conocimiento inútil.

En un principio pensé que esto se daba solo en el ámbito de la clases formales, pero me he ido dando cuenta de que pasa prácticamente lo mismo con charlas externas. En estas si está la posibilidad de que relacionemos lo que se explica con la realidad, pero es olvidado en un rato.

Quizás el problema tiene que ver con recibir estos conocimientos

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