Educación como libertad. Una visión desde el enfoque de capacidades de desarrollo humano.

ENSAYO[pic 4]

• Educación como libertad. Una visión desde el enfoque de capacidades de desarrollo humano

Oriana Aparicio

Temas de Coyuntura/64-65 (Diciembre 2011-Junio 2012): pp. 207-219

EDUCACIÓN  COMO LIBERTAD

UNA VISIÓN DESDE EL ENFOQUE DE CAPACIDADES DE DESARROLLO  HUMANO

ORIANA I. APARICIO T.*

¿POR QUÉ Y CÓMO ENTENDERLA?

La educación es un poderoso instrumento para potenciar el desarrollo a sus dis- tintas escalas: en la persona, en el colectivo o más allá de las fronteras nacionales. Es valiosa en sí misma por ser clave para el enriquecimiento de la vida humana pero también amplía oportunidades en las personas para aumentar su calidad de vida. Contribuye, entre otros aspectos, a gozar de salud en general, sexual y reproduc- tiva; realizar una actividad productiva satisfactoria y decente; participar en la vida pública de la nación; demandar derechos y cumplir deberes; construir la identidad y reconocimiento de los pueblos; cultivar valores para el bien común como la paz y la convivencia; brindar sostenibilidad del medio ambiente y desarrollar aptitudes para gozar de aspectos valiosos para la vida. Por otra parte, la libertad es la capacidad de elegir y obrar por estos aspectos valiosos que desea el ser humano, según su propia conciencia y voluntad. Es aquello que le permite decidir sobre lo quiere o no para sí, su oportunidad y posibilidad de vivir como querría.

La educación es entonces una libertad que amplía las oportunidades de las personas para vivir una vida más valiosa y digna, al tiempo que incide en los procesos para elegir efectivamente ser y hacer cosas en favor de esos fines preciados. Esta noción de educación tiene como sustento teórico el enfoque de Capacidades de Desarrollo Humano propuesto por el economista Amartya Sen en el contexto de la evaluación del desarrollo, así como las contribuciones aportadas por la filósofa Martha Nussbaum. Desde esta perspectiva las capacidades son “las combinaciones alternativas que una persona puede hacer o ser” (Nussbaum y Sen, 1998) según la idea intuitiva de lo que es una vida acorde con la dignidad del ser humano (Nussbaum, 2004). El desarrollo

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* Licenciada en Educación Mc. Diseño y Gestión de Proyectos Sociales y Educativos (2011) de la Universidad Central de Venezuela (UCV) -Magna Cum Laude-. Actualmente cursa estudios de Análisis Demográfico para el Desarrollo en la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB). Miembro de la Asociación Venezolana de Población (AVEPO).

a su vez es lo que se produce cuando aumentan dichas oportunidades de ser y hacer para vivir mejor. Es un proceso de expansión de libertades reales de los individuos para lograr calidad de vida. En este contexto, la educación juega un rol fundamental: expande capacidades humanas.

A diferencia de los enfoques centrados en la felicidad, el ingreso o la como mejor manera para evaluar la ventaja de una persona sobre otra, su calidad de vida o bienestar, la perspectiva de la capacidad lo hace según su capacidad para hacer cosas que tiene razones para valorar, es decir, en base a su libertad. El enfoque traslada a la persona como centro de preocupación moral (Henández y Escala, 2010), a diferencia de los enfoques basados en la utilidad o en los recursos1. Esto justifica la importancia de valorar la educación como promotora de capacidades humanas en el contexto de la evaluación de la calidad de vida.

Pese a que todo indica que la educación contribuye al desarrollo, ello sólo refleja una cara da la moneda. La cuestión no es si ella “contribuye a”, asumiendo el desarrollo desvinculado de la educación. La educación es en sí misma parte del desarrollo. La satisfacciónhumana que brinda la educaciónen sí es valiosa para el enriquecimientode la vida. En este caso la entendemos como un fin del desarrollo ya que cumple un papel “constitutivo” del mismo. Por otro lado, la entendemos como medio cuando cumple un rol “instrumental” para el ejercicio de otras libertades valiosas. Las posibilidades que amplía la educación son numerosas: acceder a mayor educación de calidad; rea- lizar una actividad productiva en condiciones dignas; gozar de seguridad e integridad física; tener salud en general y salud sexual y reproductiva; estar empoderados, sobre todo jóvenes y mujeres en condiciones de vulnerabilidad; desarrollo emocional, inte- lectual, racional y creativo; participar en la vida política en condiciones de igualdad; cultivo espiritual y reconocimiento de nuestra “humanidad compartida”; enriquecer el medio ambiente y; de tener libertad de elegir ser y hacer cosas valiosas por sí mismo, o libertad de agencia. En palabras de Sen, el primer aspecto -como fin- se relaciona con la “importancia de las libertades fundamentales para el enriquecimiento de la vida humana” y el segundo -como medio- a “…la forma en que contribuyen los diferentes tipos de derechos y oportunidades a expandir las libertades del hombre en general y, por tanto, a fomentar el desarrollo” (Sen, 2000: 55-56).

Según D`Elíay Cabezas(2006) la educaciónhacemásvaliosalaexistenciahumana debido a que pasó a considerarse un aspecto inherente de ella, por lo tanto, el acceso a bienes y servicios educativos es tan importante como el disfrute de la educación en sí. Tener acceso a la escuela no significa estar bien educados, el aumento de la matrícula no es garantía de que se brinde una educación de calidad, la  disminución

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1 En este contexto, la la visualización de las oportunidades reales de las personas y así como su libertad de elegir pasó a ser el foco de análisis en las evaluaciones del desarrollo. Estas reflexiones incidieron posteriormente en la evaluación del Índice de Desarrollo Humano que realiza el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) desde 1990.

de la repitencia no quiere decir que los alumnos estén mejor formados y los montos de inversión sólo nos reflejan cuánto del PIB es dedicado a la educación como rubro sin que ello nos permita saber si efectivamente esa educación favoreció el logro de aspectos valiosos en la vida de las personas. La educación como libertad no es sólo la garantía del acceso equitativo, es estar satisfecho con el aprendizaje obtenido y a la vez convertirlo en una forma de vida valiosa.

SIETE DIMENSIONES DEL  DESARROLLO

En este orden de ideas, y ante la complejidad del fenómeno educativo, precisa- mos interpretar la “educación como libertad” desde siete dimensiones distintas, que comprenden libertades valiosas para la vida humana.

1. INSTITUCIONES Y OPORTUNIDADES EDUCATIVAS: GOBERNABILIDAD

Se entiende por gobernabilidad en este terreno a toda forma de coordinación del quehacer social de un país, en este caso con énfasis en la educación y el desarrollo (que no pueden desvincularse). En este contexto la educación como libertad es una oportunidad materializadacomoserviciosocial. Garantizada, amplíaotraslibertadeso posibilidades de elección en las personas. Mientas mayor es la oportunidad de acceder y avanzar en el sistema educativo, mayores son las posibilidades de acceder a otras opciones valiosas. Por ejemplo, conseguir una actividad productiva decente y digna, una vivienda, ocio y recreación a través de viajes, etc. La educación como producción de servicio público comprende tanto el ejercicio y adecuado funcionamiento de las instituciones como las garantías del Estado que las rigen, incluyendo los derechos que se desprenden del marco legislativo de un país. La constitución de la República Bolivariana de Venezuela la reconoce como “un deber social y un derecho humano fundamental” (1999).

Como oportunidad, la educación puede ser entendida (y evaluada) en términos de acceso, inclusión, cobertura y, si es posible, de calidad. Estos indicadores, si bien no dan cuenta de cómo la persona vive con la educación que goza, son indispensables para conocer la oportunidad de la persona de acceder a esta libertad valiosa en sí misma. Igualmente, nos muestran un resultado y no el proceso a través del cual la persona obtuvo conocimientos y experiencias valiosas (por medio del acto educativo). Dan cuenta del “efecto de culminación” de la libertad de la educación, y no de los “aspectos comprehensivos” a través de los cuales la persona pasó para internalizar y generar nuevos conocimientos  beneficiosos para su vida.

Aquí hay una semejanza con los enfoques basados en derechos, sin embargo el propuesto pretende ir un poco más allá. Garantizar esta libertad debería incluir no sólo

la existencia de la ley sino su garantía en términos de equidad: asegurar que ningún niño o niña se quede sin acceso a una educación escolar gratuita, obligatoria y de calidad, privilegiando a las familias más vulnerables. Nussbaum, quien ha realizado aportes importantes al enfoque de capacidades desde una perspectiva filosófica y  de derechos, considera que “Todas las instituciones y todos los individuos tienen la responsabilidad de promover la educación como clave para dar oportunidades a las personas actualmente desfavorecidas.” (2007, p.318). Las instituciones educativas (y no educativas) deberían estar comprometidas en la promoción de las capacidades humanas con el fin de eliminar los elementos estructurales del sistema que se interpo- nen entre las éstas y las oportunidades que permiten realizar una vida plena conforme con la dignidad humana. De garantizarse este derecho, los aspectos gestados en el individuo se traducirían en una vida que tenemos razones para valorar, lo que Sen denomina conversión.

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