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Educar y aprender en la biología del amor


Enviado por   •  23 de Mayo de 2022  •  Ensayos  •  1.735 Palabras (7 Páginas)  •  118 Visitas

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Nombres: Sosa Arias Martha T. J; Torres Márquez Danna P;[pic 1]

Valenzuela Cruz Shirley Gpe; Vera Notario Susana D. (Econ)

Asignatura (D): Habilidades del Pensamiento

Asesor: Mtro. Fernando Lara Pérez

Unidad 2: Habilidades Analíticas de Pensamiento

Tema: Educar y aprender en la biología del amor

Educar y aprender en la biología del amor [pic 2]

Actividades:

  • Texto titulado “Educar y aprender en la biología del amor”
  • Ensayo basado en el texto anterior
  • Exposición.
  • DVA-6

ENSAYO

Educar es el fenómeno biológico fundamental que envuelve al ser humano en sus dimensiones en total integración del cuerpo con él espíritu, observando desde el punto de vista autopoético. Entendiendo que él ser humano tiene la capacidad de razonar, amar y ser amado, educar y aprender por naturaleza.

Para Maturana (1999), “El ser vivo es una unidad dinámica del SER y del HACER”. En la biología del amor “educar y aprender”, se comprende que la educación es todo aquel proceso de transformación que está en la convivencia del profesor a los alumnos, a través del cual el ser que aprende se conserva en su humanidad o se pierde en el devenir de la historia, a partir de su formación. Esto nos indica que el espacio educacional debe ser de manera acogedor, amoroso y no competitivo, un ambiente donde se evalúa y se corrige el HACER, en continuo dialogo con el SER.

Aprender implica transformarse en coherencia con el emocionar. Es únicamente a través de la biología del amor que la tarea educativa deba realizarse y dar prioridad a la formación del SER, teniendo como foco principal una mayor atención a su HACER.

Maturana considera las emociones como amplios dominios conductuales que promueven los sentimientos, él está convencido que la emoción fundamental en cualquier situación es el amor, y mucho más allá de la educación para la construcción de la persona y su personalidad, es el pilar para un niño.

Como aprendiz un niño necesita de valores y principios que deben venir desde casa y, dentro del plantel educativo el docente no solo debe transmitir uno y otro conocimiento sino también sentimientos y emociones, logrando que pueda  interactuar con otros; entonces durante este proceso escolar se deben promover la trasformación de procesos educativos para lograr personas decisivas, autónomos, integrales, pero siempre desde sus inicios como base en el amor y los valores, la escuela debe promover espacios de reflexión y de acción, espacios para el desarrollo emocional.

De esta manera, educar va de la mano con el proceso de la acción humana, con lo espiritual, buscando enriquecer las futuras acciones de nuestra vida, permitiendo convivir en sociedad y aprender de los demás. Las emociones influyen en nuestras acciones y comportamientos, pero siempre hay que cuidar el actuar de forma inteligente.

La escuela no solo debe considerarse como una organización para el aprendizaje, debería preguntarse por qué, para qué, a quién, cómo, cuándo y dónde enseñar, creando ambientes dignos, acogedores, amorosos y no competitivos, un ambiente donde se evalúa y se corrige el HACER del aprendizaje, potenciando el desarrollo autónomo, creativo e innovador. En la educación y el aprendizaje no hay que formar el SER, ya que esto puede llevar a que el aspirante cometa errores porque no se le da la libertad de experimentar, entonces es mejor formar el HACER, permitiendo que el niño aprenda de sus acciones y a través de estas, él ira mejorando su SER. Por lo tanto, los profesores deben formar el espacio escolar o los ambientes de aprendizaje como espacios de acción/reflexión y de convivencia que posibilite el HACER y el CONVIVIR, a partir de una educación fundada en la biología del amor.

Es necesario crear una convivencia armoniosa y saludable, para que él pueda tomar conciencia de su emocionar, sin perder el respeto por sí mismo y por los demás. Si uno mismo no se acepta y respeta, es imposible aceptar y respetar a los demás, lo cual conlleva a no poder lograr que haya convivencia social.

Para Maturana (1997:31), “un niño que no se acepta o no se respeta no tiene espacio de reflexión porque está en la continua negación de sí mismo y en la búsqueda ansiosa de lo que no es ni puede ser”.  Esto puede conllevar a que los niños se formulen preguntas que afecten su estado de ánimo y su autoestima, siendo esta una de las preocupaciones del docente bajo el punto de vista autopoético, entonces hay que buscar manera en las cuales el aprendizaje sea un lugar feliz.

De esta forma la educación estará obligada a cambiar, basándose en el sentirpensar, yendo más allá de lo reflexivo, involucrando los sentimientos y al corazón, logrando que el docente construya aprendices con total juicio e inteligencia.

Sí bien es sabido que el amor es el estado más puro que podemos demostrar a los demás, en diferentes maneras y a diferentes seres, aplicarlo en el aprendizaje asegura una mejor manera de trabajar ya que cómo personas siempre estamos expuestos a ser juzgados por como vemos las cosas a nuestra manera sin embargo saber identificar cuándo debemos saber sentirpensar nos abre las puertas para poder hablar sobre lo intuitivo y de manera racional.

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