ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

Efectos Del Neoliberalismo En La Educacion Chilena

veronikka200712 de Junio de 2015

3.462 Palabras (14 Páginas)449 Visitas

Página 1 de 14

RESUMEN

Este trabajo es una revisión de cómo el Neoliberalismo ha influenciado en la Educación Chilena por medio de un análisis de cómo fue instalado durante la Dictadura Militar, producto de intereses políticos y económicos de un sector y cuyas consecuencias han calado profundamente en acentuar las diferencias de clases sociales chilenas. La educación ha sido el centro controversial de las desigualdades que han movilizado a un país en la lucha por recuperar el Derecho a una Educación de Calidad bajo exigencias frente a la clase política quien no ha sabido responder a tales demandas. Se concluye con el análisis de algunos cambios que sería necesario llevar a cabo para generar la anhelada educación de calidad y generadora de expectativas en relación a la “verdadera” igualdad de oportunidades.

INTRODUCCIÓN

Identificar de modo general al modelo neoliberal, cómo se implementó en Chile, abordando desde una mirada crítica los efectos que esta mercantilización trajo a la educación, es el objetivo que se pretende realizar en el siguiente trabajo. Conjuntamente se desarrollan sus actuales efectos, especialmente en la crisis educativa en la que nuestro país se encuentra, gracias a los movimientos sociales que nacieron producto del descontento de los mismos estudiantes secundarios en la llamada “revolución pingüina” a la que se unieron seguidamente los universitarios y otras entidades sociales, quienes critican profundamente las políticas educativas heredadas de la Dictadura Militar.

La investigación se llevó a cabo con una amplia revisión bibliográfica para determinar los orígenes y posterior influencia del neoliberalismo desde diversos ámbitos en nuestro país. Quiénes, cómo y por qué hicieron de Chile un país neoliberal. Asimismo, se analizaron sus efectos específicos en Educación y qué posibles cambios se debieran llevar a cabo para generar reformas significativas para aminorar los efectos sociales negativos que la población chilena visualiza en las enormes desigualdades existentes hoy en día.

Chile y la llegada del modelo Neoliberal

Alrededor del año 1944 se publicó el libro “Camino de Servidumbre” del economista austríaco y teórico de la política Friedrich von Hayek, obra que gracias al profundo impacto que causó en aquellos círculos que se oponían a la doctrina del Estado de Bienestar Social se convirtió en el impulso del Neoliberalismo. Desde entonces, se ha ido difundiendo por todo el mundo, empoderándose de los sistemas económicos de muchos países, pretendiendo ser el gran modelo que guía las economías y único camino al desarrollo de la humanidad desde la perspectiva económica y social. En palabras de Marco Raúl Mejía “el neoliberalismo no es más que una forma de administrar la globalización capitalista, sólo que por el momento en el que ella se produjo –caída del socialismo real- adquirió una preponderancia marcada que lo ha hecho ver como victorioso y único” (MEJÍAS, M. R. 2004:34). Se puede entender así que la estructura de producción y desarrollo actual es globalizada, donde el capital determina la estructuración de la ocupación mundial, condicionando el marco general del sistema, en todos sus ámbitos. A nivel mundial, genera subsistemas dependientes y constituye un referente empírico-ideológico de los sistemas educativos.

Al igual que toda América Latina, Chile no quedó ajeno a esta ideología, que sin ser parte de nuestra propia historia, fue instalándose gracias a los intereses de las clases dominantes, quienes la trajeron como copia de modelos extranjeros. En Chile tiene una historia reciente que se remonta a la Dictadura Militar cuyos principales efectos son la desigualdad y falta de oportunidades reales para la sociedad.

Este modelo socioeconómico tiene como premisa el rechazar cualquier intervención del Estado para dejar el camino libre a los mercados y la libre elección. De esta forma, tienden a cambiar el modelo propuesto por el socialismo que apoya el Estado de Bienestar, principal responsable de las políticas públicas, y reemplazarlo por un Estado de Mercado, cuyo intervencionismo sea sustantivamente limitado.

Este instalado dogma Neoliberal ha dado como resultado que seamos un país desprovisto de las armas y el control necesario frente a la volatilidad macroeconómica imperante. Esto afecta directamente nuestra independencia, ya que nos hace meros espectadores del beneficio que este modelo brinda a las elites chilenas, dejando de lado los intereses de las clases más desposeídas.

La educación, no queda ajena a todo este proceso revolucionario y que ha llegado a intentar cambiar nuestra visión, haciéndonos pensar que el desarrollo del país puede lograrse únicamente desde la perspectiva neoliberal. Es más, es a través de ella, que sus propulsores, encontraron el camino para formar los profesionales funcionales para el proyecto de sociedad que estaban imponiendo por medio de políticas educativas que generaron cambios trascendentales en educación. Su visión era que la pobreza de los países subdesarrollados era producto de la carencia de capital humano y su remedio era Educar a los individuos. Convirtiéndose así en promotores de su propio modelo neoliberal en América Latina, y por ende, en Chile.

Neoliberalismo y Educación.

Como se ha señalado anteriormente, el Neoliberalismo vino a crear un nuevo escenario mundial, en el cual las sociedades se autorregulan en relación al mercado. El centro de la rearticulación económica es elevar la productividad del trabajo para tener como consecuencia el incremento de las ganancias y financiar la revolución tecnocientífica. Es justo aquí donde la Educación juega un papel fundamental porque es la que produce al necesario Capital Humano. Es así como lo plantea Humberto Mendoza (1997), quien menciona que este capital humano es visto como una inversión individual, pero también colectiva y por ende, rentable en términos económicos.

Según el panorama anterior, la educación es vista como un simple medio que debe entrenar a los sujetos en este nuevo modelo, de manera que contribuyan para que éste se desarrolle en función de entregar sujetos eficientes y que provean la rentabilidad necesaria para continuar el sistema.

Como principal consecuencia la Educación pierde su carácter propio como “derecho humano” para ser vista como mercancía.

En el año 1981 se produce la “gran reforma educativa”, la cual cambia el sistema de financiamiento del sector público y el traspaso de la gestión a las municipalidades.

La constitución del 80 y la LOCE impuesta un día antes de terminar con la dictadura, se transforman en un hecho importante que reorganizan la república y en consecuencia la educación pública. El estado se desliga de determinadas funciones y se convierte en un estado privatizador.

Son estas políticas las que consolidan una concepción de mercado educativo y que han profundizado la segmentación social de la educación.

La utilización de mecanismos comparativos entre los distintos “servicios” educativos, como el SIMCE, una prueba estandarizada que mide el aprendizaje y genera un verdadero “apartheid”, que menoscaba la educación pública dependiente de los municipios, quienes educan a los sectores más desposeídos de la sociedad chilena.

¿Educación en crisis?

El conjunto de procesos que han llevado a la mercantilización de la educación chilena, han planteado un nuevo escenario en nuestro país. La crítica al sistema, que fue instalada en el debate nacional el año 2006 en la llamada “revolución pingüina” por los escolares y luego por los universitarios que protestaron masiva y sorpresivamente “apropiándose” de sus liceos y colegios para protestar contra el lucro y exigir la calidad y equidad en educación. Han puesto en el escenario país, una discusión y análisis que ningún otro estamento había logrado con anterioridad. La educación está en crisis. Estas nuevas formas de organización estudiantil han ido marcando nuevas dinámicas de participación social y política, que buscan influir directa y horizontalmente en la toma de decisiones que les afectan.

Las políticas educativas implementadas a lo largo de nuestra historia no han favorecido mejoras significativas en la tan anhelada calidad y equidad.

Con la llegada de los gobiernos democráticos en la década del 90 los componentes organizacionales y de financiamiento en educación, fueron los mismos que había impuesto el gobierno militar. Los cambios que se llevaron a cabo fueron más bien superficiales y llevaron a aumentar el gasto de educación entre 1990 y 1998 en un 143%, así como una fuerte inversión en infraestructura (Cox. 2003). Sin embargo, las promesas de calidad y equidad no se vieron cumplidas.

Hasta el día de hoy, la estructura del sistema es legado del gobierno militar, ya que son las municipalidades quienes tienen a su cargo la administración de los establecimientos y el Ministerio de Educación sólo vela porque se cumplan aspectos técnico pedagógicos que no apuntan directamente a mejorar la calidad. Esto es lo que se pretende subsanar con la creación de la Superintendencia de Educación, entidad que tendrá como principal función la fiscalización. Pero esta medida, ¿asegura que con mayor fiscalización mejorará la calidad?

La segregación que la situación anterior genera, derivada de que existen 3 tipos de establecimientos que conviven perpetuando las diferencias sociales y resguardando los intereses económicos de la elite que posee el poder en nuestro país.

Por otra parte, otra de las políticas educativas impulsadas en

...

Descargar como (para miembros actualizados) txt (22 Kb)
Leer 13 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com