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El Arte De Ser Maestro


Enviado por   •  14 de Octubre de 2013  •  1.671 Palabras (7 Páginas)  •  788 Visitas

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“La función social del estado no es educar,

sino propiciar la educación de sus nacionales.

El maestro no es un educador, sino un orientador de quienes se educan;

ninguno tiene derecho de educar a otro,

todos tienen obligación de ayudar al que de educa”

GUILLERMO CHÁVEZ PÉREZ

En el presento ensayo se pretende mostrar mi postura crítica y analística sobre el libro “El arte de ser maestro, el gran poder para transformar a la sociedad” de la autora, Helen Hernández. Como alumna de la licenciatura en educación preescolar, es un material altamente productivo para mí, los temas que aborda este material sobre el papel del maestro como consejero, mediador, filósofo, orientador, dador, rectificador, difusor y de manera general modelo de ejemplo para sus alumnos. Durante la formación docente es cierto que se presentan situaciones más allá que las impartidas en una clase, los pensamientos de los padres, el autoestima del niño, la relación entre el personal de un jardín de niños, problemas de salud de un alumno, los valores de cada uno de los actores educativo, temas tabús para los padres o para el mismo docente.

Las prácticas profesionales y ya más adentrado el campo laboral darán a el nuevo docente poco a poco las armas y experiencias que la profesión implica de manera real, situaciones que ya comente anteriormente, si, son esos puntos de los cuales la autora habla capítulo por capítulo en su libro. Para dar un núcleo al tema

conciso y preciso, ¿es ente libro expositor de la nueva educación humanista?.

El maestro desempeña muchos papeles en la vida, y su labor es multifacética e interminable, un maestro sabe cuál es su misión en la vida; sabe que su labor nunca termina. Está consciente de sus carencias y trata de superarse cotidianamente. El conocimiento que no se aplica, que no se usa, no tiene valor alguno, pues no causa ningún efecto. Para el maestro es esencial que el hombre conozca sus capacidades físicas, que reconozca que la naturaleza lo ha dotado con los instrumentos necesarios para bastarse, y para actuar y vivir adecuadamente.

El cuidado de la mente es el mantenerla limpia de pensamientos nocivos, dañinos, que solo nos causan pensamientos nocivos, el maestro nos brinda el alimento de la mente mediante el estudio y la práctica de hábitos constructivos.

La manera realista en la que la autora impregna su redacción, incita a dar un valor máximo a un profesor, en forma de capítulos concretos y precisos comienza hablando sobre aspectos de los alumnos, en primer término el orden de un salón de clases y la capacidad del maestro para llevarlo a cabo. Quién no escucho decir a su maestro de primaria “como tienen el salón han de tener su casa”, la disciplina que se mantiene en un aula es indicador de disciplina y canal de conocimiento, si los alumnos se mantienen en orden las instrucciones se entenderán más fácilmente, la comunicación entre el

profesor y sus alumnos se puede dar de manera más fácil, si no hay personas que distraigan o sonidos distractores o molestos que interrumpan una indicación, pero eso no indica que todo se dé al ciento por ciento, no es un indicador de confianza entre alumnos y profesor, hay que diferenciar entre escuchar y oír. “Vuestro discípulo no debe saber las cosas porque se las hayaís enseñado, sino porque las haya comprendido por sí mismo; no debe aprender la ciencia, sino descubrirla”1

Los alumnos no solo son alumnos, son niños aunque difícil de comprender algunos con problemas de autoestima, callados, introvertidos, fuertes de carácter, agresivos; como detectar que alumnos integran a nuestra clase, el profesor dará cuenta de que “un pequeño ser humano es igual que uno grande”, enseñar a los niños ubicarse en el presente les ayudará a desviar su atención de sus miedos y preocupaciones, hay niños con cualidades ocultas o con habilidades más notorias que otros, las emociones de los alumnos son centro o de seguridad o de desconfianza, el docente debe averiguar mediante la observación la situación en la que sus alumnos se encuentran atenderlos si es necesario entablar una relación cordial, amable y de respeto, los niños se sentirán en un ambiente de confianza y seguridad para desenvolverse y desarrollar sus habilidades o platicar lo que piensan y sienten .

El maestro en una figura, y sus opiniones y juicios se graban en la mente de sus alumnos

como una acción inequívoca. La figura de un adulto es autoritaria pero la de un maestro es muestra de total sabiduría, certeza y respeto. Si un maestro dice que es cierto los alumnos de ahora en adelante dirán que es cierto, así que se tiene la responsabilidad de incentivar a los alumnos, el ambiente de armonía implica que todo el grupo se sienta capaz y seguro al desarrollar las actividades, al hablar de logro, triunfo, satisfacción, orgullo el alumno va identificándose con estos conceptos, haciéndolos suyos, visualizándose como un triunfador que no se detiene ante obstáculos, para así lograr sus metas.

“Son muy pocos los metros que se detienen a retomar los

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