ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

El Derecho Latente


Enviado por   •  13 de Abril de 2015  •  2.019 Palabras (9 Páginas)  •  273 Visitas

Página 1 de 9

El Derecho vivo.

Por: Miguel Delgadillo GarCía.

La manera más frecuente de robustecer nuestras ideas, lo es, la argumentación, sin embargo, a la sazón de lo anterior he de decir, que no obstante que es una acción consuetudinaria en nuestra labor jurídica, pocos colegas, entre los que me cuento, hemos dado la relevancia necesaria, es decir, no es mi intención alegar una lejanía con la argumentación en nuestros menesteres colegiales, más en bien, en las buenas maneras, nos hemos alejado de la precisión exacta del lenguaje, lo cual, a la postre ha desembocado en distracciones implacables, que nos han robado la ruta de nuestro destino.

Hace poco en una sesión, la cual, tuve el honor de dirigir, me dirigí a los compañeros, colegas, que en su incubación jurídica, tratábamos de desentrañar la esencia de la metodología jurídica, tiempo después, luego de haber abordado temas relativos, a saberse, comparación de modelo metodológicos, me asaltó una, y digo me asaltó, ya que no fue fruto de una persecución voluntaria, la idea era sencilla, el concepto de la lógica, la idea no era sencilla, debo confesarlo, sin embargo sabía que debía atenderle con la consideración y respeto de virtud que tan apremiante concepto requería.

Después de meditar, a la luz de la fortuna de la ideas, como llegan las ideas que no roban la certidumbre, se me vino a la mente que la lógica, no era otra cosa que pensamientos, pero no las locuras o disparates que nos permitimos, más bien, la lógica, son reglas estructuradas para avalar la calidad de nuestros pensamientos, combine algunas otras ideas pero luego de ponderar las deserciones, comencé a abonar credibilidad a mi idea, y sentencie la lógica son filtros que califican y evalúan el camino de nuestras ideas.

A la luz de lo anterior, entendí que el razonamiento de mi idea no era fuerte en el principio que las ideas habían estado allí desde el comienzo, pero al momento de haber fortalecido mi primera idea, había sustentado y vencido los retos y contradicciones que se habían abalanzado contra mi primitiva idea, entonces recordé la idea del Doctor Atienza, de su precisión al señalar los conceptos, de las razones del Derecho y entendí que esto es argumentar.

La oralidad en disertación opuesta a la escritura, es el método procesal en el que la palabra hablada se erige como la forma de expresión, esta toma fuerza con las ideas vertidas en la expresión, aunque estas ideas deben ser lógicas, sustentables pero sobre todo impulsoras de bases que fomenten nuestras actuaciones.

Nosotros como abogados al emitir alegatos, al mencionar las pruebas, en el simple debate debemos ser elocuentes, emitir el mensaje correcto, de la forma precisa, si una palabra puede definir la argumentación correcta, lo es la precisión, esa inequívoca expresión que aterrizara nuestra idea, que repercutirá en el destinatario de nuestro mensaje, todo nuestro mensaje puede ser correcto, sin embargo, si nuestro vehículo, en este caso la argumentación carece de “vialidades” no arribara a buen puerto, cuando menos al que nosotros ensoñamos.

Por lo tanto es indispensable que nosotros abogados, no sólo sepamos expresarnos, sino además, mantengamos las vialidades y cánones correctos de la expresión y creación de razones que fundamenten y fortalezcan nuestras ideas.

De la interpretación de los discursos del Doctor Atienza, se puede vislumbrar que los instrumentos jurídicos son un conjunto de herramientas y procedimientos discursivos mediante los cuales se intenta resolver una serie de problemas, de todo tipo de conflictos que pueden ser sociales o incluso individuales, lo complejo de estos problemas orilla al estudio legal a fundamentar y procrear razones para defender o esgrimir las actividades y funciones legales, enmarcados en los campos de los versados en cuestiones legales, de todas las disciplinas, con la salvedad que un punto conciso es la determinante labor jurídica de la argumentación: “…esto es, proponer razonablemente, la adopción de medidas, el establecimiento de nuevas formas, la supresión de otras, etcétera y la aplicación del derecho exige, entre otras cosas el concurso de los abogados, quienes desempeñan una labor que, en su núcleo, consiste en argumentar para persuadir al juez, para aconsejar al cliente, o para alcanzar un acuerdo negociado con el abogado de la contra parte… ”

He de decir, que en mi consideración no resulta sencillo manipular esta actividad, lo que implica una imperiosa necesidad de contar con una mapa, o bien un localizador, con el fin de obtener una perspectiva sistemática del horizonte con el objetivo de direccionar la operatividad de las formas primitivas, y en muchos casos erróneas, de plantear nuestras ideas y defenderlas.

Nuestra ciencia, es exhibida con la idea de un marañaje entripado de decisiones y manifestaciones, sin embargo, la ampliación del estudio de esta ciencia, ha denotado y señalado con indicador avizor que la tarea del jurista no solo radica en la oferencia de explicaciones que traten de preponderar nuestra posición, es ciertamente lógico establecer la necesidad de producir argumentos precisos, pero en mi consideración, es más relevante establecer los mecanismos para identificar un argumento sólido, así al encontrar alguno, podamos nosotros mismos identificarlo y enfatizarlo, mucho más cuando sea favorable a nuestra parte.

Debemos saber decidir, por razones correctas que argumento mantiene una fortaleza fulgurante para ser atingentes a este o bien para desecharlo, al no encontrar mayores defensas que falacias impropias que nos alejen de un pensamiento salubre, para lo cual atinadamente el periclito jurisperito, en alusión, nos otorga el genoma ideal, con el cual podemos y debemos realizar le lento proceso de discriminación de nuestro pensamiento bajo el estándar argumentativo, que en otras palabras podría ser con los siguiente vectores:

El primero de ellos, lo es el enfoque formal lógico, que se va interesar sobre las formas y observancias de las directrices de los argumentos en la batalla de proliferación de ideas, en estructuras, comparando su propia naturaleza, así como su funcionalidad y acercamiento con los requerimientos ideales de estos.

Otro que es el denominado material, que tiene a ser la aduana que clasifica y evalúa la calidad de las premisas, esto a la luz de las corrientes metodológicas tradicionales, es decir, las argumentaciones

...

Descargar como (para miembros actualizados)  txt (13 Kb)  
Leer 8 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com