El Gerente Educativo

Gerente Educativo

Acorde con Requena y Leal (2001) el gerente educativo es quien tiene en sus manos elementos indispensables para promover transformaciones en la institución educativa para la cual trabaja; estos elementos indispensables están comprendidos por valores, características, cualidades, competencias y funciones que permiten su buen desempeño y que de manera conjunta conforman el perfil del gerente educativo.

Sostienen los autores antes referidos, que el gerente educativo cuenta principalmente con su formación académica y su experiencia de vida, además de esto, cuenta con un personal docente, administrativo y obrero, un alumnado en formación, una comunidad de padres y representantes, un consejo comunal, un espacio físico constituido por la escuela, un currículo educativo y una legislación como expresión concreta y tangible de la política educativa de un país. Todo lo anterior, permiten al gerente educativo estar capacitado para desarrollar con buenos recursos su labor.

En consecuencia, debe estar atento a cómo se están manifestando los resultados deseados en los nuevos proyectos para garantizar la satisfacción en el trabajo y la cohesión de equipos, en pro de una participación óptima de la institución. En este sentido, debe estar preparado: en la gestión institucional, en la pedagógica y en la administrativa.

Por consiguiente, dentro de su desempeño debe actuar con liderazgo motivando a sus colegas al compromiso con la institución y a la participación proactiva. Referente a este aspecto, Davis (2003) indica que la motivación explica por qué algunas personas trabajan con empeño y otras no; los objetivos, estrategias y políticas tienen pocas probabilidades de éxito si los trabajadores y los gerentes educativos no están motivados para implantar estrategias una vez que se han formulado.

Según este autor, la función de motivación del gerente incluye, por lo menos, implica cuatro componentes principales, liderazgo, dinámicas de equipos, comunicación y desarrollo de la institución, lo que genera un clima individual y grupal deseado, fortaleciendo la cultura organizacional educativa. De allí, la motivación en un individuo es compleja, pero cuando forma parte del grupo se agrega a la sinergia que él genera, confiriendo más importancia a lo que dice un miembro del grupo que a otros ajenos a éste.

Ante ello, el gerente educativo canaliza el proceso de búsqueda de información, su tratamiento, presentación y exposición de los resultados; todo esto amerita: orientar, dirigir, tomar decisiones y lograr objetivos; de ahí depende su éxito personal, del grupo que está dirigiendo y de la organización. En tal sentido, Alvarado (2001) puntualiza que:

El líder transformador motiva a los integrantes de una organización para que hagan más de lo que esperaban hacer originalmente, incrementando la apreciación del valor de las tareas de quienes las desempeñan, haciéndolos ir más allá de sus intereses personales para bien del equipo y la organización, elevando el nivel de necesidades a órdenes superiores, verbigracia la autorrealización. (p.20)

De allí, este autor sostiene que además de una formación gerencial, el individuo que actúe como gerente, debe tener un patrón de criterios y una filosofía clara de: administración, concepción del hombre e ideología de trabajo, que le permita ganar apoyo efectivo y adeptos comprometidos con una misión cuyo significado y trascendencia merece entrega. Por su parte, Koontz y Weihrich (2004) señalan que el gerente debe poseer habilidades como relaciones humanas para trabajar en grupos e influir en el resto de sus miembros con dominio técnico y el conocimiento especializado en una determinada actividad y una visión global que le permita ver a la institución como un todo. En tal sentido, estos autores dicen:

Las motivaciones se basan en necesidades ya sean conscientes o inconscientes, experimentadas o no, algunas de ellas son necesidades primarias como los requerimientos fisiológicos: aire, agua, alimento, sueño y abrigo; otras pueden ser secundarias como la autoestima, estatus, asociación con los demás, afectos, la realización y la afirmación personal, naturalmente, éstas varían en intensidad y en el transcurso del tiempo en diferentes individuos. (p.112)

Los referidos autores subrayan que la motivación es un término genérico que se emplea a una serie de impulsos, deseos, necesidades, anhelos y fuerzas similares. A partir de este contexto de ideas, se desprende que todo gerente educativo debe poseer calidad humana y capacidad para escuchar, las cuales le permiten emplear una gama de estrategias no solo motivacionales, sino una toma de decisión enfocada a los diferentes puntos de vista de las personas de manera práctica y objetiva para la consecución de los objetivos organizacionales; sin ambigüedades que puedan ofrecer las diferentes tendencias individuales

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