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El Precio De La Obediencia

QUIROZ7923 de Octubre de 2013

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EL PRECIO DE LA OBEDIENCIA

Presentación de la Autora

Linda y Ed Baker son misioneros con la Sociedad Misionera de la Iglesia Metodista Unida, actualmente sirviendo en Paraguay, Sudamérica. Esto ha sido una segunda oportunidad para ellos, de responder el llamado a la misión. Ellos actualmente usan la cuestión del agua y el desarrollo como plataforma para evangelización.

Reflexión Bíblica

Jefta era un hombre guerrero y quería ganar su batalla a todo costo, pero ¿por qué hizo esta promesa a Dios? Los padres (y las madres) sabe que cuando regresan de un largo viaje, usualmente los primeros en encontrarlos en la puerta son sus hijos. Así que ¿por qué Jefta dijo que cualquiera que saliera de su casa, lo sacrificaría? ¿Sabia el que su victoria pudiera también ser su derrota cuando la primera en saludarlo en su retorno fue su única hija, una muchacha joven y feliz?

Cuando hacemos una promesa a Dios, es siempre difícil prever todas las implicaciones. Como misioneros, nuestro compromiso de trabajar en el tercer mundo teniendo ya 50 años, ha producido muchas implicaciones invisibles. Sin embargo nuestra promesa no conlleva a actos bárbaros ó violencia, nuestro sacrificio ha sido en términos de tiempo, de comodidad y la imposibilidad de ver a nuestras familias. Las consecuencias para Jefta fueron enormes - Él traiciono la confianza que un hijo tiene por su padre.

La verdadera heroína de esta historia es una inocente y anónima muchacha. Ella entendió el verdadero significado de la palabra voto (promesa). Ella claramente amaba al Señor, ella estaba dispuesta a pagar el precio de la obediencia para honrar el voto de su padre, ni una vez ella cuestionó los motivos de su padre ó la consecuencia. Nosotros no sabemos el “porque” del voto de Jefta pero podemos mirar a esta muchacha y ver a una persona que es buena y pura a la luz de un acto bárbaro.

Oración

Padre celestial, protégenos de hacer votos acelerados ó sin haber pensado las consecuencias. Permítenos recordar que un voto para Ti es una obligación celestial y no debe de implicar en actos violentos ó bárbaros. Te pedimos que nos observes en nuestras relaciones con otras personas y que recordemos a aquellos que han sido muertos inocentemente debido a acciones violentas. Te lo pedimos en nombre de tu hijo Jesucristo – Amen.

Preguntas de reflexión

• Cuantas veces decimos “Señor, si tu me concedes este deseo, yo ______”. Nosotros nunca nos comprometemos a sacrificar a un miembro de nuestras familias, pero sin embargo hacemos pactos con Dios que después lamentamos cumplir. ¿Es fácil para ti pagar el precio de la obediencia y cumplir tus pactos? ¿Ha habido momentos en los que te has lamentado el haber echo una promesa con Dios?

• Dios ha puesto una tremenda confianza en los padres para que cuiden a sus hijos. Los actos de Jefta traicionaron la confianza otorgada por Dios. ¿Les parece que el acto bárbaro de Jefta, así como la violencia hacia las mujeres y la niñez como una traición a la confianza que Dios nos ha otorgado?

El riesgo de alejarse

Por Charles Stanley

¿Le ha arrastrado la autocomplacencia a aguas revueltas?

La salvación se produce en cierto momento del tiempo, pero es más que una simple decisión que se toma una sola vez. El Espíritu Santo quiere vivir la vida de Jesús a través de los creyentes, y esto implica oración, lectura de la Biblia, ofrendar, compartir nuestra fe y creer en las promesas de Dios. Muchos de nosotros comenzamos bien, pero luego nos alejamos de Dios antes de profundizar en la fe.Es fácil alejarse de Dios. ¿Está usted leyendo su Biblia y orando menos de lo que solía hacerlo, encontrando siempre razones para dejarlo para el siguiente día? Una rápida súplica en el camino cuando se dirige al trabajo es a menudo toda su comunicación diaria con Dios, aparte de algunas pequeñas "oraciones urgentes", cuando la situación exige mucha oración. Quizás usted acostumbraba arrodillarse junto a la cama y derramar su corazón delante de Dios, pero ahora no tiene tiempo.

Y si las cosas realmente han empeorado, es posible que haya dejado de diezmar o de asistir a la iglesia. El mundo espiritual ya no le parece tan real como antes. No siente la presencia de Dios como la experimentó una vez. Quizás sienta que, de alguna manera, la fe ya no es importante para usted, o se ha apartado tanto del cristianismo que ya no se identifica más con él. Y cuando va de vez en cuando a la iglesia, siente que ya no está en sintonía con los viejos amigos que tenía allí; los ve como si fueran personas de otro tiempo y lugar. Estar con ellos se ha convertido en algo cada vez más incómodo, y usted no está seguro de quien cambió: si usted o la iglesia.

Si usted puede identificarse con lo que he descrito, debería entonces saber dos cosas: Primera, que usted no es la única persona en esta situación, y segundo, que se está alejando de Dios.

Alejarse de Dios es peligroso. Cuando nos falta dirección, no necesariamente nos estancamos; seguimos moviéndonos, pero por lo general en una dirección poco sana. Hebreos 2:1-4 dice: "Por tanto, es necesario que con más diligencia atendamos a las cosas que hemos oído, no sea que nos deslicemos. Porque si la palabra dicha por medio de los ángeles fue firme, y toda transgresión y desobediencia recibió justa retribución, ¿cómo escaparemos nosotros, si descuidamos una salvación tan grande? La cual, habiendo sido anunciada primeramente por el Señor, nos fue confirmada por los que oyeron, testificando Dios juntamente con ellos, con señales y prodigios y diversos milagros y repartimientos del Espíritu Santo según su voluntad".

Es fácil alejarse de Dios, porque no requiere ningún esfuerzo. Por el contrario, mantenerse en el buen camino exige mucha energía, pero gracias a Dios el Espíritu Santo nos permite someternos a Él para poder hacerlo.

Todos los creyentes, nos hemos enfriado un poco en nuestra devoción a Dios en algún momento. Un buen día me encontré dudando de Dios, y lo siguiente que hice fue alejarme de Su voluntad, propósito y plan para mi vida. No sé exactamente lo que sucedió.

Descuidar la vida espiritual, es una de las causas principales del alejamiento de Dios. Como acaba usted de leer, Hebreos 2:3 hace esta pregunta: "¿Cómo escaparemos [alejaremos] nosotros, si descuidamos una salvación tan grande?" Es que ser salvo implica una santificación diaria. Es verdad que cuando nos entregamos a Cristo, el Espíritu Santo nos sella como hijos de Dios para siempre. Pero la salvación es mucho más que la confesión del arrepentimiento una sola vez; es una experiencia purificadora que dura toda una vida (Fil. 2:12).

Piense en una embarcación que se aleja del muelle; el capitán está dormido y su nave se dirige a un desastre. Ésta es una buena descripción de lo que le sucede a un cristiano que ha perdido el rumbo. Cuando nos "adormecemos" espiritualmente, comenzamos a descuidar las cosas que son importantes. Bajamos la guardia; descuidamos el timón. Antes de que nos percatemos de lo que está sucediendo, acabamos naufragando.

A menos que mantengamos el rumbo, pagaremos las consecuencias. A lo largo de mi vida como pastor, he visto a muchas personas en esta situación. Hay un patrón reconocible en cuanto al alejamiento de Dios. Esto es lo que sucede, por lo general.

Su conciencia se le entumece.

Cuando usted empieza a alejarse, comienza a ignorar la voz de su conciencia. Al comienzo, su sistema interno de alarma le remuerde, haciéndole saber que algo no anda bien. La conciencia le envía un mensaje, y luego otro, pero usted sigue justificando lo que hace y hacia dónde está yendo. No le hace caso a las advertencias. Poco a poco, desensibilizará su conciencia de tal manera que ya ésta no le molestará más.

Se aparta de la voluntad de Dios.

Cuando usted comienza a alejarse de Dios, se aparta de Su voluntad e inicia una vida de pecado. Esto puede sonarle fuerte, pero el decidir alejarse de la verdad de la Palabra de Dios equivale a poner el pie en algún tipo de transgresión. El solo hecho de que su conciencia no le retumbe, no significa que su conducta o actividad estén bien. Una vez que uno pone su fe en Jesús como su Salvador, sabe que el Espíritu Santo está en lo más profundo de nuestro ser. Usted puede insensibilizarse al punto de dejar de oír Su voz.

Se retrae de las cosas espirituales.

Lo que sucede es sencillo y natural: comienza a vivir negándose a ver la realidad. Si su conciencia le molesta, entonces racionaliza su conducta. Primera de Juan 2:28 dice: "Ahora, hijitos, permaneced en él, para que cuando se manifieste, tengamos confianza, para que en su venida no nos alejemos de él avergonzados". ¿Por qué querría usted retraerse de las cosas de la vida cristiana cuyo propósito es proporcionarle gozo y felicidad? Porque ha perdido el rumbo.

Pierde la capacidad de escuchar a Dios.

Usted no perderá jamás su salvación, pero sí puede caer en el pecado de la incredulidad (He. 3:12) y perder la capacidad de escuchar a Dios. Cuanto más se aparte, menos capaz será de oír Su voz. Cuanto más se aleje, más difícil le resultará escucharle. Sin el ancla de Cristo, es fácil buscarse pensamientos y hábitos destructivos que empañan la visión de Dios y que le harán insensible a Su voz.

Sufre interna y externamente.

Cuando usted decide abandonar el compañerismo de Dios y deja de leer Su Palabra y asistir a la iglesia, sufre mental, emocional, física y espiritualmente. Cuando se aleja de lo que

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