El Supremo Y El Poder
vivianaaguirreb23 de Enero de 2015
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El Supremo y el poder
La obra de Roa Bastos no pretende ser un tratado histórico aunque tiene ciertos elementos interesantes sobre la historia paraguaya. Hay que tener en cuenta que hay ciertos puntos oscuros cuando tratamos de entender la historia del siglo XIX en la actualidad. Muchos archivos desaparecieron. Algunos de ellos deliberadamente, otros por las guerras, y también muchos por la acción de las polillas. Además es difícil reinterpretar la historia desde un punto de vista objetivo, ya que muchos de nosotros provenimos de una formación educativa, donde el subjetivismo teñido de patriotismo llenaba las salas del saber (durante la última dictadura del General Stroessner).
Teniendo lo anteriormente dicho en mente, podemos aproximarnos al personaje central de Yo el Supremo. Volvemos a destacar que el Supremo de Roa Bastos no es un personaje histórico, aunque sí representa con ciertos matices fabulosamente elaborados por el autor al exponente principal del gobierno nacional de mediados del siglo antepasado.
El Dr. Francia es representado como un personaje ciertamente enigmático, solitario, ciertamente autoritario, a veces muy serio, otras tremendamente jocoso y sarcástico. Se presenta como puntos positivos de su persona: el patriotismo, la defensa de la soberanía nacional, la austeridad de los elementos del Estado, y un profundo afecto por los campesinos e indios, verdaderos trabajadores y defensores de la identidad nacional. También se lo presenta como amante propulsor de la música nacional. Tuvo ideas muy geniales como el sistema educativo, muy adelantado para su época. Algo interesante es su interés en la creación del Catecismo Patrio Reformado, adecuado al idioma nacional y a las características de nuestro pueblo. Se lo ve como un personaje muy intelectual, estudioso, hasta en cierta forma estadista. Mostró el deseo de preservar y desarrollar las maravillosas riquezas del Paraguay de su época a través de sus planes y proyectos.
Muchas de las acciones desarrolladas en esos tiempos se vuelven casi inentendibles para la mente actual, donde predominan una amplia libertad de conciencia y donde hay una infinidad de elementos diferentes como la tecnología, la publicidad y por qué no, la democracia. Si uno pudiera entrar mentalmente y ubicarse en una perspectiva correcta al analizar los hechos de los hombres del pasado, seríamos tal vez menos jueces críticos de ellos, y más severos con los líderes y representantes de la patria en la actualidad.
Podemos ver que a pesar del autoritarismo de la Dictadura Perpetua, el personaje es elegido por una mayoría representativa del pueblo. Tal vez esto resulta en una paradoja para muchos. ¿Un Dictador elegido por el pueblo? ¿Cómo es eso? Pero esa situación se daba en ese momento. Debemos señalar que una cámara de representantes era algo muy avanzado para la época (S.XIX). Más aún me asombra el fundamento que el Supremo pone como base de su autoridad:
"No me he elegido yo. Me ha elegido la mayoría de nuestros conciudadanos. Yo mismo no podría elegirme. ¿Podría alguien reemplazarme en la muerte? Del mismo modo que nadie podría reemplazarme en la vida. Aunque tuviera un hijo no podría reemplazarme, heredarme. Mi dinastía comienza y acaba en mí en YO-Él. La soberanía, el poder, de que nos hallamos investidos volverán al pueblo al cual pertenecen de manera imperecedera…" Yo el Supremo, p. 131
Me asombra la visión futurista del Dictador, anhelando que su pueblo, a quién él amaba y protegía, un día pudiera llegar a la madurez requerida para ser completamente libres, y capaces de elegir autoridades, (no como hoy), sino más bien a través de la utilización la razón, el diálogo, en un medio de pluralidad ideológica y política.
Sus sueños y anhelos estaban puestos en la Confederación de Estados Americanos, con tratados de respeto entre las naciones libres, y la unión de los Estados para fines de progreso y crecimiento integral conjunto.
Pero lastimosamente el Supremo tuvo que actuar de manera diferente a sus proyectos. Cerró las fronteras del país, ya que tanto políticos y militares porteños, y también los imperialistas brasileros a toda costa querían anexar al Paraguay, a sus hombres, y sus riquezas, con fines netamente egoístas y mercantilistas.
No podemos juzgar objetivamente la matanza de parte del Supremo de compatriotas que participaron de la gesta libertadora de mayo de 1811. En algún sentido Roa Bastos trata de entrar en la mente del Dr. Francia, y comprender sus motivaciones, sus sentimientos y pensamientos más íntimos,… sin juzgarlo, ni condenarlo por sus arbitrariedades, sino pensando y redactando de manera excelente, simplemente exponiendo los hechos acontecidos; (posiblemente tampoco hayan elementos históricos como para ser completamente objetivos en este tema).
Finalmente, dentro de la personalidad del Supremo, podemos observar su deseo de que algún día en el gobierno se ponga en puestos de autoridad a personas "humildes y honradas".
Explica que todo empleado de un país requiere practicar "empeño y esfuerzo" y por supuesto, "austeridad".
"Nada de favoritismos injustos. Se requiere estricto control de los bienes del Estado (bienes del pueblo), de los fondos públicos y de los gastos. Vigilancia para evitar ladronicidios, cobros indebidos, coimas, exacciones, cohechos, sobornos… piratería. " ps. 345, 346.
Exaltó "el amor hacia la patria sobre todo como cualidad de los empleados del estado". Todo esto debía ser confirmado a través de "una rendición de cuentas de los empleados de la administración pública, no deformes, ajustados a la realidad y a los hechos"
Aportes del Supremo son: "Quiero lo mejor de lo mejor al servicio de la Patria".
Mientras vivió y gobernó predicó con su ejemplo. Impulsó desde su gobierno "el respeto al trabajador honesto, al campesino y al indígena".
Persiguió a los que querían aprovecharse de los pobres, sea quien sea. "La población de indios, especialmente las mujeres naturales, merecen especial protección. Ellos son también paraguayos. Con mayor razón y antigüedad de derechos naturales, que los de ahora. Deben dejarlos vivir en sus costumbres, en sus lenguas, en sus ceremonias, en las tierras, en los bosques que son originariamente suyos. Recuerden que está completamente prohibido el trabajo esclavo de los indios. El régimen a usar con ellos es el mismo de los campesinos libres, pues no son ni más ni menos que ellos" p. 340
Abusos de poder y señales peligrosas en la personalidad del Supremo
Me llama la atención en la personalidad del Supremo, algunos fuertes sentimientos de frustración y conflictos emocionales no solucionados, posiblemente por una infancia infeliz del personaje (Dr. Francia), donde éste no tenía una clara identidad personal ni familiar. En el libro Roa Bastos se puede ver un conflicto básico clave, una oposición binaria de los valores: amor y del perdón vs. el odio y la amargura.
Muchos conflictos no resueltos pueden llevar a cualquier ser humano a una mala utilización del poder. Lo vimos muchas veces durante la historia de la humanidad. Hemos leído sobre los conflictos de personalidad de Alejandro Magno. Lo vimos en el Káiser. Muchos políticos de hoy en Paraguay y en toda América Latina tienen estos conflictos no resueltos (esto es solo mi opinión).
En Yo el Supremo, el Supremo Dictador aparece desde la primera página con un fuerte delirio de persecución. Pasa toda su vida dudando hasta de su propia sombra. Mucha gente que hubiera servido para levantar a la Nación, fue exterminada, por caprichos de este personaje.
Siempre se lo puede ver Solo, muy Solo, hasta taciturno. Sin amigos. Su amor iba dirigido a la Nación pero nunca a personas individuales. La excepción era su fiel perro. A veces pasa rachas de mal humor, que lo hacían salir fuera de sí. Cualquier interferencia con sus planes lo sacaba de quicio. No quiso perdonar ni siquiera a su compadre Isasi ni a su fiel siervo, el negro Pilar quienes fueron ejecutados.
Su concepción de la libertad es a veces preocupante. Su administración de la justicia a veces parece antojadiza y hasta arbitraria. De hecho vuelvo a recalcar que no me toca a mí juzgar a la imagen del Supremo (ni la de Francia). No soy historiador, ni he vivido en sus zapatos. Tal vez un análisis más integral de la Historia Paraguaya de lugar a elaborar materiales que presenten evidencias más convincentes, de las que existen hoy, sobre los hechos del pasado. (Me refiero a materiales sobre la vida y obra de Francia,… recordemos que Yo el Supremo no es una obra histórica)
Me tomo la libertad de hacer un análisis sobre los peligros del poder, donde se reúne todo el poder, en una sola persona, que deliberadamente asume sobre sí las prerrogativas de accionar en todas las decisiones, en todos los juicios, y en las leyes, en todo, todo y todo. (No en los 3 poderes del estado, sino en los 3 todos del todo)
Una persona no puede ser suficiente para controlar todo. Un dilema para un dictador es el margen de error de todo ser humano, que se agranda muchísimo si pretende tener todas las responsabilidades
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