El Trabajo Mandato Divino
Ivettevv24 de Marzo de 2014
3.014 Palabras (13 Páginas)711 Visitas
El Trabajo Mandato Divino
En este trabajo escrito, he querido plasmar pensamientos positivos sobre el tema del hombre y el trabajo, desde una perspectiva de satisfacción integral del ser humano. Partiendo de la tridimensional esencia del hombre, en sus aspectos físicos, emocionales y espirituales, se hace un recorrido de cómo el trabajo en la actualidad, se convierte en una obligación, pues el mundo consumista en el que estamos insertos, nos obliga a comprar la satisfacción de nuestras necesidades primarias que muchas veces estacan y frustran al individuo al no poder alcanzarlas.
Se hace hincapié, en que el trabajo, deja de ser placer para convertirse en obligación y carga emocional. Se enfoca la importancia que adquiere la organización laboral en la que nos desempeñamos, que debe en sus tomas de decisiones, sopesar un poco el degrado emocional que causa el trabajo, con un ambiente atractivo y con un desarrollo de empatía entre el talento humano y el líder que en su posición de jefe, debe atenuar los efectos del desencanto que causa la relación salario, consumismo.
“Que todo hombre coma y realmente beba y vea el bien por todo su duro trabajo. Es el don de Dios” (Eclesiastés 3:13).
En este pasaje de la biblia, se denota el mandato a satisfacer necesidades integrales del ser humano, como producto del duro trabajo. Hace hincapié de que el trabajo no está inserto dentro de la gama de actividades agradables e inherentes del ser humano, por lo que no se refleja como un medio para llegar a la recompensa, sino más bien la recompensa como un amortiguador de los efectos del duro trabajo, pero si nos aclara que ese estímulo es un regalo de Dios,
Como resultado de la apreciación anterior, podemos inferir sobre las incomodidades del trabajo pero que al final existe una recompensa formidable que se convierte en placer deleitable y que subsana y recarga emocionalmente al individuo.
El placer se define como una sensación o sentimiento positivo, agradable o eufórico que en su forma natural se manifiesta en felicidad, comodidad, que es el motor del éxito.
Según el texto de Eclesiastés, que tomé como base para irme adentrando en el tema que pretendo desarrollar, se debe satisfacer varios tipos de placeres, a través del fruto del trabajo.
El placer físico, se deriva de disfrutar condiciones saludables relacionadas con la estimulación de órganos y sentidos, por ejemplo, mediante la ingestión de platos de comida que respondan a las expectativas del individuo. Se podría afirmar que el placer físico se logra mediante la estimulación positiva de los múltiples sentidos presentes e inherentes en el ser humano.
El placer psíquico, se deriva del recreo que provoca en el ser humano, la imaginación y la fantasía, por ejemplo el recuerdo de lo agradable, el humor, la alegría, la comprensión y los sentimientos de equilibrio, paz y serenidad, que granjean la llamada felicidad. Según Platón, este placer, es el mayor de todos los placeres mentales.
Detengámonos un momento en la satisfacción de este placer, que en mi concordancia con Platón, es la base de cualquier estímulo que pueda lanzar al individuo hacia una productividad efectiva dentro del roll que desempeña en la organización laboral en la que se desarrolla.
Una organización, debe centrar su esfuerzo, en lograr que su talento humano, se desenvuelva en un contexto planificado de manera que provoque sentimientos agradables. Debe utilizar las herramientas de la motivación para potenciar las competencias sociales y emocionales propias de los individuos, de manera que mediante el estimulo adecuado, se logre empoderar al talento humano hacia una exitosa producción, entiéndase producción, como la conducta de máximo esfuerzo que pueda desarrollar un individuo para lograr el mejor rendimiento.
Es de suma importancia que todas aquellas personas que estén preparándose, o que ya se encuentren en el ejercicio de la administración, consideren la importancia de la complacencia del psiquis de todo ser humano. El jefe de una organización, debe ser consciente de que una persona desilusionada en el trabajo, ocupa y desempeña su rol por inercia, pues lo único que lo ata a la organización es la necesidad económica, o la falta de determinación o el vicio al consumismo, pero nunca el sentirse parte activa de la organización.
Si la parte emocional no se encuentra plenamente complacida y confortable, surge la apatía extrema, que va carcomiendo la voluntad del subalterno, quien deja de esforzarse, no aprovecha su talento, no comunica sus ideas, no sociabiliza. Al contrario, actúa mecánicamente, lo que implica que se puedan multiplicar sus errores. Se vuelven híper críticos con la organización de la que forma parte y se convierten en una pieza, (porque ya no se comporta como un talento humano), negativa que frena el desarrollo de la organización.
Refirámonos ahora al placer estético, que se produce a través de la contemplación y disfrute de la belleza, equilibrio perfecto entre lo ideal y la realidad.
Según mi apreciación dentro de mi gama y experiencia laboral, este es uno de los placeres que menos se toman en cuenta cuando se planifica una empresa, dejando de lado la importancia que tiene para el éxito organizacional, un ambiente físico agradable y confortable para estimular la comodidad psíquica de su primer fortuna o aporte, que lo constituye el talento humano, que en toda organización se convierte en el activo de mayor importancia. Es degradante llegar a las aulas, en mi caso específico de campo laboral, donde se encuentran infraestructuras obsoletas que casi se pueden calificar como chinchorros, que no cuentan con las condiciones mínimas para desarrollar un ambiente apto para el logro de pensamientos de alto nivel y mucho menos generar aprendizajes de alta calidad.
Muchas empresas, no prevén lugares de oxigenación emocional para sus empleados. Sus estructuras físicas carecen de espacios que provoquen la comodidad y satisfacción emocional de su personal. Las áreas de descanso, el espacio de alimentación y otros tan importante para el desarrollo de la relajación mediante la estética.
Creo que es necesario, hacer un paréntesis para aclarar los conceptos de empresa y organización, con el fin de que el lector pueda captar con mayor claridad el énfasis que pretendo trasmitir, sobre la importancia de la estética como ente estimulador.
Una empresa puede estar constituida por una organización, institución o industria, dedicada a actividades que deben originar un producto, ya sea económico o intelectual, para satisfacer las necesidades de bienes o servicios de los clientes y a la vez recuperar las inversiones realizadas.
Una organización, es un sistema diseñado para lograr metas por medio de la gestión del talento humano.
De acuerdo con las definiciones anteriores, se denota que la empresa, consiste en el campo físico que alberga a la organización y que debe responder a las necesidades de la misma organización, mancomunando esfuerzos para el logro de los objetivos propuestos.
Este es un tema digno de ser profundizado, ya que a su alrededor, intervienen una serie de teorías y propuestas psicológicas y filosóficas que se enfocan en crear el placer como necesidad superior de la organización para el rescate de las inversiones de la industria.
Voy a referirme al placer intelectual, que nace al ampliar nuestros conocimientos y nos induce a la exploración de secretos en el campo de lo desconocido, para poder descubrir y satisfacer nuestras necesidades espirituales e intelectuales, produciendo libertad y conciencia en nuestro actuar.
En este campo, la organización, mediante su cuerpo administrativo, debe ingeniársela para despertar el deseo, en su talento humano, del despliegue de competencias que le brindarán un nivel propicio de aptitudes intelectuales para el deseo constante de superación en el campo de los conocimientos. Debo ser realista, y aceptar que es una acción que requiere mucho empeño, pues la mayoría de los individuos, estamos embargados por un conformismo enraizado que no permite superar el dicho de nuestros abuelos: “el que nació para maceta, del corredor no pasa”.
Pasaré a enfocarme a uno de los placeres en el cual intervienen tanto el trabajador, como el jefe en sus relaciones laborales, que deben constituirse en lazos de respeto y reciprocidad.
El placer emotivo o emocional, que deriva de la empatía al compartir el amor y el afecto, el respeto y todos los valores específicos que deben combinarse en una convivencia pacífica. El desarrollo de estas competencias sociales, permiten entablar y sostener una relación propicia de respeto, de inclusividad que produce en el individuo, una sensación de aceptación.
La empatía, se define como inteligencia interpersonal, basada en la capacidad cognitiva de percibir en un contexto común lo que otro individuo puede sentir. Es un sentimiento de participación afectiva de una persona con la realidad que afecta a otro. En otras palabras, es ponerse los zapatos del otro.
Este placer de la emotividad, es como el cierre o la conclusión de todos los otros placeres, que deben ser estimulados por el fruto del trabajo, para lograr relanzar a cada individuo, cada vez a niveles más altos de comodidad y resultados más óptimos. Entonces, ¿Cómo se logra la empatía entre el jefe
...