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El desarrollo de la forma del lenguaje durante el período preescolar


Enviado por   •  6 de Diciembre de 2021  •  Resúmenes  •  4.755 Palabras (20 Páginas)  •  81 Visitas

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CAPITULO 10: El desarrollo de la forma del lenguaje durante el período preescolar.

INTRODUCCION.

En la etapa preescolar, las formas del lenguaje han crecido enormemente y la tasa de crecimiento también es muy rápida. Este es el momento en que aparecen la mayoría de las formas adultas, la sintaxis y la fonología. Este capítulo explicará este proceso y le ayudará a comprender el proceso de estos increíbles cambios.

En términos generales, los niños observarán si hay patrones de lenguaje regulares en el entorno y establecerán suposiciones sobre las reglas detrás de estos patrones en consecuencia.

ETAPAS DEL DESARROLLO SINTÁCTICO Y MORFOLÓGICO

Las diversas etapas del desarrollo del lenguaje preescolar corresponden al aumento en la longitud promedio del habla de los niños medida por morfemas. Esta medida tiene una buena relación con la edad, también es confiable y un buen predictor del desarrollo del lenguaje, especialmente su complejidad.

El LME es una medida bastante aproximada en el mejor de los casos, solo sensible a los aspectos del lenguaje que conducen a un aumento en la duración de la transmisión. Aunque existe una correlación positiva entre la LME y la edad, esta medida es demasiado diferente entre niños de la misma edad. También hay que señalar que, si bien se propuso la LME para estimar la complejidad lingüística de los preescolares en inglés, no se aplica de la misma manera en todos los idiomas.

Entre los 18 meses y los 5 años de edad, la LME se incrementa aproximadamente 1,2 morfemas por año, aunque algunas evidencias indican que se produce una disminución en el ritmo de desarrollo después de los 42 meses de edad.

El cálculo de la LME

En términos generales, una muestra de 50 a 100 oraciones se considera suficiente para estimar la salida del hablante. Un enunciado puede ser una oración o una unidad de lenguaje más corta, que está separada de otras oraciones por una pausa que expresa nuevas ideas. Después de la transcripción, cada enunciado se divide en morfemas y luego se promedia el total para determinar la longitud promedio del enunciado del hablante.

Al analizar el lenguaje de los niños pequeños, es necesario partir de algunos supuestos previos.

Las reglas de Brown para el cálculo de la LME corresponden al cálculo de los morfemas del inglés, aunque hay algunos cambios, sus características son muy diferentes a los morfemas del español. Esta consideración llevó a Siguán, Colomina y Vila a intentar adaptar las reglas de Brown al español.

Las normas para el cálculo de la LME en castellano serían las siguientes:

  1. Todos los diminutivos se cuentan como un morfema.
  2. Los plurales se cuentan como un morfema más.
  3. Todos los sustantivos, nombres propios, conjunciones, preposiciones, artículos, verbos auxiliares y algunos pronombres se cuentan como morfemas.
  4. Todas las palabras compuestas se cuentan como un morfema.
  5. Todas las expresiones con valor pragmático en el discurso tienen el valor de un morfema.
  6. En las expresiones pragmáticas como eh, ah, uy... no se contabilizan.
  7. Las frases hechas y fórmulas sociales claramente imitativas, son contabilizadas como morfemas.
  8. Las fórmulas son normalmente combinaciones de dos palabras que giran en torno al verbo estar (ya está, no está). Tienen el valor de un morfema, sin tener en cuenta la forma del verbo otros marcadores morfosintácticos.
  9. Los pronombres posesivos, demostrativos y personales se contabilizan en función del género.
  10. En los verbos sólo se tiene en cuenta el modo, el tiempo y la persona. El imperativo tiene valor de un morfema.

De esta manera, si el número total de morfemas para una muestra de 100 enunciados es de 221, la LME resultante será de 2,21 morfemas. Recuérdese que se trata de un valor promedio y, por lo tanto, no identifica la emisión más larga de los niños. Dicho de otra manera, una LME de 2,0 no significa que el niño sólo utilice emisiones de dos morfemas.

La LME y los estadios de desarrollo

 Cuando aumenta la LME, también aumenta de igual forma el área del lenguaje sobre la que se concentra el desarrollo. De esta manera, es posible apuntar a diferentes etapas, delimitadas por la LME, que se caracteriza por procesos evolutivos específicos. La Tabla 10.1 presenta estas etapas.

[pic 1]

La Etapa I se caracteriza por emisiones de palabras aisladas y por las primeras combinaciones de palabras. La Etapa II se caracteriza por la aparición de los morfemas gramaticales, lo que permite expresar muchas de las relaciones que en la etapa anterior sólo podían manifestarse de manera muy limitada. Durante la Etapa III, los niños producen oraciones simples y empiezan a modificarlas para hacerlas parecidas a las de los adultos, recurriendo a preguntas si/no, preguntas abiertas, negativas, e imperativos. La Etapa IV está determinada por la incrustación de frases y cláusulas dentro de una oración. Por ejemplo, la cláusula que se estaba riendo puede incrustarse dentro de la cláusula el niño es muy gracioso, para dar lugar a «El niño que se estaba riendo es muy gracioso». Por último, la Etapa V se caracteriza por la unión o composición de oraciones. Por ejemplo, las cláusulas María lavaba y José secaba pueden combinarse para formar «María lavaba y José secaba».

DESARROLLO MORFOLÓGICO

El morfema de plural

En español no existe ningún morfema para indicar la forma singular de un nombre, por lo que un nombre en singular se caracteriza precisamente porque no está marcado con el morfema de plural. Las reglas para formar el plural son las siguientes:

(1) añadir una -/s/ cuando el singular termine en una vocal átona o en una /e/ acentuada (letra, letras; café, cafés).

 (2) añadir -/es/ cuando el singular termine en una consonante distinta de /s/, una vocal acentuada distinta de /e/, o una sílaba acentuada que termine en /s/: por ejemplo, virtud, virtudes; bisturí, bisturíes; autobús, autobuses; vals, valses.

(3) no se añade nada cuando el singular termina en una sílaba átona que termina en /s/: por ejemplo, dosis, dosis.

Aumentativos y diminutivos

Los aumentativos y los diminutivos se construyen añadiendo un sufijo a la palabra. Los sufijos más utilizados para construir diminutivos son -/ito/, -/illo/, -/uelo/, e -/ico/, mientras que -/on/, -/ote/ y -/azo/ se utilizan como aumentativos.

Una explicación bastante razonable de la dificultad de estos morfemas, se basa en el hecho de que existen muchas formas diferentes para formar aumentativos y diminutivos, y todas ellas igualmente válidas. Evidentemente esto supone una dificultad añadida, ya que disminuye la relación entre la forma y el significado.

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