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El efecto de la luna en el ser humano


Enviado por   •  29 de Noviembre de 2017  •  Informes  •  1.040 Palabras (5 Páginas)  •  301 Visitas

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El efecto de la luna en el ser humano.

A través del tiempo el comportamiento humano ha sido una de los mayores cuestionamientos, pues este se rige por diversas situaciones. Entre dichas situaciones se ha llegado a considerar el efecto lunar, siendo las diversas fases de ella las determinantes. Y, por ejemplo, aunque parezca ciencia ficción el hecho de mencionar historias donde algunos humanos se transformaban en hombrelobo cuando llegaba la luna llena podría no ser algo tan mitológico como ser considera.

La Luna es el satélite natural de la Tierra. En un año, realiza 13 recorridos alrededor de nuestro planeta, es decir, se producen 13 lunaciones en el año. La Luna tarda 29 días y medio en dar la vuelta a la Tierra. Cuenta con distintas fases durante su tiempo de rotación presentándose de diversas y perceptibles maneras ante nuestros ojos. Para identificar las fases de la luna es sencillo. Podemos distinguir cuatro fases: luna llena (la luna se ve un círculo blanco), luna nueva (la luna está totalmente negra), cuarto menguante (cuando la luna forma una C) y cuarto creciente (uniendo las dos puntas se forma la letra D).

Durante dichas fases la luna presenta distintos efectos sobre la tierra, siendo el cambio de marea el más característico y conocido por la mayoría; aun así, otros efectos similares se dan en los seres vivos tales como la ubicación y direccionamiento de la savia en las platas afectando el crecimiento de las mismas.

Mientras tanto en el ser humano, aunque sin alguna comprobación, desde la antigüedad se han dado ciertas afecciones a la luna. En Grecia prevaleció la idea de que el hombre estaba influenciado por el Sol, mientras que la mujer lo era por la Luna. Debido a su carácter cíclico y cambiante, distinguido principalmente por sus tres formas básicas, se le caracterizaba como una diosa triforme: la diosa Hécate, que representaba a la Luna nueva, Selene a la Luna creciente, y Artemisa a la Luna llena.

De la misma forma se estableció una de las similitudes más difundidas entre los ciclos lunares y fisiológicos humanos: el del período menstrual de la mujer. Puesto que en tiempos arcaicos se afirmaba que cuando la luz lunar se desvanecía la mujer menstruaba, aunque eso no ocurriera exactamente igual con todas ellas.  

En aquellas épocas la influencia lunar era avistada como responsable de comportamientos inestables, en especial en quienes se apreciaban actitudes violentas o desatinadas a intervalos. Llegando a dar al origen de la palabra lunático, que viene del latín lunaticus y está relacionada con las fases de la luna.

Ahora, específicamente cada una de las fases tiende a provocar ciertas repercusiones. Con la luna nueva, psicológicamente, la mente posee un mayor autocontrol y está más serena para superar cualquier carencia o eliminar algún exceso.

Con la luna creciente el organismo está más predispuesto a absorber todo en mayor cantidad o más rápidamente. El cuerpo se encuentra en la fase más receptiva para asimilar cualquier sustancia con la que se le intente alimentar, de tal manera será una buena época para revitalizar el organismo con una dieta vitamínica, de la misma manera que es un periodo de riesgo para engordar, en el caso de que engordar pueda suponer un riesgo.

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