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El estatuto provicional del imperio mexicano

Greig15 de Julio de 2011

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|EL ESTATUTO PROVICIONAL DEL IMPERIO MEXICANO

En Mirar, el archiduque, apoyado por el grupo de en migrados mexicanos que le llamaron a establecer la monarquía elaboro el llamado Estatuto Provisional del Imperio Mexicano, expedido el 10 de abril de 1865, como proyecto de Constitución, el cual debe considerarse en todo momento carente de vigencia y validez jurídica, por tratarse de un gobierno espurio, toda vez, que los liberales y Juárez a la cabeza quien no había perdido su calidad de presidente, le combatían incasablemente, desde su legitimo gobierno trashumante.

Dicho estatuto principia expresando, “Maximiliano, Emperador de México a fin de preparar la organización definitiva del imperio habiendo oído a nuestro consejo de ministros y estados decretamos el siguiente…”. Continua en sus 18 Títulos con sus elementos constitutivos adoptándola forma de gobierno.

“Proclamando por la nación y aceptada por el emperador, una monarquía moderada hereditaria con un príncipe católico, como representante de la soberanía nacional ejercida en todos sus ramos…..”.

Para tal efecto crea un ministerio compuesto de departamentos, dejando a un Consejo de Estado la elaboración de las leyes y reglamentos, pero sujetos a la aprobación del emperador. A un tribunal de cuentas, le correspondía glosar las oficinas de la nación por órdenes del emperador, en tanto la justicia será administrada por tribunales creados según la ley orgánica y con absoluta independencia.

Los departamentos decretados estarían a cargo de prefectos como delegados imperiales. Por cuanto a los alcaldes, el personal de los ayuntamientos y comisarios municipales, serian nombrados por los delegados previa aprobación del emperador.

IDEOLOGIA POLITICA DE LA INDEPENDENCIA MEXICANA

Independencia de México fue la consecuencia de un proceso político y social resuelto por la vía de las armas, que puso fin al dominio español en los territorios de Nueva España. La guerra por la independencia mexicana se extendió desde el Grito de Dolores, el 16 de septiembre de 1810, hasta la entrada del Ejército Trigarante a la Ciudad de México, el 27 de septiembre de 1821.

A partir de 1810, el movimiento independentista pasó por varias etapas, pues los sucesivos líderes fueron puestos en prisión o ejecutados por las fuerzas leales a España. Al principio se reivindicaba la soberanía de Fernando VII sobre España y sus colonias, pero los líderes asumieron después posturas más radicales, incluyendo cuestiones de orden social como la abolición de la esclavitud. José María Morelos y Pavón convocaron a las provincias independentistas a conformar el Congreso de Anáhuac, que dotó al movimiento insurgente de un marco legal propio. Tras la derrota de Morelos, el movimiento se redujo a una guerra de guerrillas. Hacia 1820, sólo quedaban algunos núcleos rebeldes, sobre todo en la sierra Madre del Sur y en Veracruz.

PLAN DE IGUALA

El Plan de Iguala fue un pronunciamiento político proclamado por Agustín de Iturbide el 24 de febrero de 1821 en la ciudad de Iguala de la Independencia, Guerrero; En el cual se declaraba la independencia de México.

Sus tres principios fundamentales fueron:

Establecer la Independencia de México con relación a España

Establecer la Religión Católica como única

Establecer la unión de todos los españoles y americanos.

Más tarde, estos tres principios (Religión, Independencia y Unión) se convertirían en las Tres Garantías que promovió el ejército que sustentaría al gobierno, al que, por la misma causa, se le llamó Ejército Trigarante.

Según este plan, el gobierno que adoptaría como nación independiente sería el de una monarquía moderada, cuya corona sería otorgada a Fernando VII (miembro de la Casa de los Borbones), o en su defecto, a algún otro infante.

El plan suprimía, además, las distinciones étnicas entre los habitantes de la hasta entonces Nueva España; declaraba la igualdad de todos los individuos y, por lo tanto, en adelante todos tendrían los mismos derechos.

Para gobernar al nuevo país en lo que llegaba un príncipe a ocupar la corona, el plan proponía la creación de una "Junta Gubernativa" y, posteriormente, una Regencia que se encargaría de gobernar en lo que se elegía al nuevo emperador. Además convocaría a Cortes para elaborar una Constitución.

El plan es una reacción a los movimientos liberales que sucedían en España, en lo que se llamaría el Trienio Liberal. Tras un pronunciamiento militar realizado en Sevilla por Rafael de Riego, este logra obligar a firmar al rey Fernando VII de España una constitución parlamentaria de corte liberal. Este trienio liberal dura entre 1820 y 1823, cuando Fernando VII consigue que se cree la Santa Alianza (Prusia, Austria y Rusia), que envía un ejército compuesto por 95 000 soldados en ayuda del rey (ejército llamado los Cien Mil Hijos de San Luis), restaurando el Antiguo Régimen y el absolutismo tras la Batalla de Trocadero. Esto provocó una emigración de "liberales", principalmente a Londres, y que sobrevivió malamente con una paga que les concedía el gobierno inglés.

Finalmente, exhortaba a los insurgentes a incorporarse al ya mencionado Ejército Trigarante, cuyo líder sería Agustín

TRATADOS DE CORDOBA

Los Tratados de Córdoba son un documento en los que se reconoce la independencia de la Nueva España, parte de lo que ahora es México, firmado en la ciudad de Córdoba, Veracruz el 24 de agosto de 1821, por Juan de O'Donojú (primer y último jefe político superior de Nueva España) y Agustín de Iturbide, (comandante del Ejército Trigarante). El texto está compuesto por diecisiete artículos que representan una extensión al Plan de Iguala.

En dicho Tratado se reconoce a la Nueva España como un Imperio independiente, el cual se reconocía como "Monárquico, constitucional y moderado". En primer término la corona se le ofrecía a Fernando VII, rey de España y no presentándose en México en el término que las cortes señalaran para prestar juramento, sería llamados en su caso sus hermanos, los infantes Carlos María Isidro de Borbón, Francisco de Paula de Borbón, o su primo el Archiduque Carlos de Austria

Este último hijo de María Luisa de Borbón y nieto de Carlos III de España— u otro individuo de casa reinante que determinara el congreso; en caso de que ninguno de éstos aceptase la corona del Imperio (como sucedió por conflictos internos del Imperio Español), las cortes imperiales designarían al nuevo Rey, sin especificar si debía pertenecer a alguna casa reinante europea o si podía nombrarse a cualquier mexicano.

Esta última frase no había sido contemplada en el Plan de Iguala, fue convenientemente adicionada por Iturbide para dejar abierta la oportunidad de adjudicarse el trono. Por otra parte, Juan O'Donojú en su carácter de capitán general y jefe superior no estaba facultado para firmar el documento, pero interesado en preservar el trono para los príncipes españoles accedió a firmarlo, probablemente sin percatarse de esta posibilidad

Las Cortes españolas no aceptaron la validez del Plan de Iguala, ni la de los Tratados de Córdoba, publicando esta determinación en la Gaceta de Madrid los días 13 y 14 de febrero de 1822.[] Por tal motivo, el Congreso constituyente eligió a un monarca mexicano. De esta forma Agustín de Iturbide fue proclamado emperador de México el 18 de mayo de 1822.[ ]Once meses más tarde, tras la victoria republicana de la Revolución del Plan de Casa Mata, el Congreso mexicano consideró no subsistentes el Plan de Iguala ni los Tratados de Córdoba.

El movimiento que encabezó Iturbide no existía más posibilidad que la de contar con una monarquía. El primer artículo de los Tratados dice a la letra: Esta América se reconocerá por nación soberana e independiente y se llamará en lo sucesivo “Imperio Mexicano”. Así, la corona es ofrecida en primer lugar a Fernando VII, después a sus hermanos y a miembros de la dinastía borbónica en riguroso orden sucesorio. Sólo en el caso de que no aceptaran venir a México y ser cabeza de este imperio, la Junta Provisional elegiría un monarca. No está de más señalar que en los primeros documentos del movimiento insurgente, particularmente en el movimiento encabezado por Hidalgo, todavía privaba la idea de devolver el trono a Fernando VII, preso por Napoleón, y que el gobierno monárquico resultaba entonces un modelo mucho más conocido y generalizado, particularmente en los países de tradición católica como era éste.

El documento también establecía que, si ningún monarca de una dinastía europea aceptaba el trono de la nueva nación, lo ocuparía el que las cortes mexicanas designaran, y gracias a este artículo, que en mayo de 1822 Agustín Iturbide fue proclamado emperador de México. Se optaba por la forma de gobierno monárquica, se declaraba que ésta debía ser, conforme a lo establecido en el Plan de Iguala: una monarquía constitucional moderada, separando el poder ejecutivo del legislativo. Estas declaraciones colocan al naciente país en un régimen diferenciado del absolutismo y el despotismo. Recordemos que España en estos momentos atravesaba por el llamado “trienio liberal”, que reaccionó contra el despotismo de Fernando VII y lo hizo jurar la Constitución de Cádiz.

Presidió la regencia del primer gobierno provisional mexicano. En mayo de 1822, fue proclamado emperador y coronado dos meses más tarde con el nombre de Agustín I de México. En diciembre de 1822, Antonio López de Santa Anna proclamó el Plan de Veracruz, provocando que los

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