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El hombre en busca de sentido resumen


Enviado por   •  27 de Julio de 2017  •  Ensayos  •  2.114 Palabras (9 Páginas)  •  245 Visitas

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Campus: Cuitláhuac

Materia: Comportamiento Organizacional

Profesor: Gustavo Amaro Alcívar

Alumno: Sergio Ruiz Reyes

Núm. Cuenta: 15315911

Fecha de entrega: 14/11/2015

(Ensayo)

“El hombre en busca de sentido”

El Dr. Viktor Frankl  es un hombre que vivió durante en el periodo del holocausto en los campos de concentración ocurridos durante la época de la guerra cerca de 1940, donde los exterminios que se vivían durante ese lapso conformaban una serie de atrocidades que iban más allá de maltratos físicos los cuales marcaban la vida de los seres humanos que se encontraban en la lista de los oficiales de la SS  “soldados nazis”. Los actos inhumanos ejercidos por los “Kapos” quienes eran mismos miembros de las listas de la selección, pero a estos les favorecía su físico siendo éste su mejor aliado, pues los Kapos eran personas seleccionadas así formando una especie de vigilantes que se dedicaban a supervisar si un interno cumplía o no su labor y en caso de lo contrario este era castigado sin piedad alguna llegando a causar no sólo daños físicos sino también psicológicos que se arraigaban al paso del tiempo.

La vida en el campo.

La vida dentro de estos campos entre los internos era una desgarradora vivencia y muy dura pues a su vez, pues la selección de personas que irían a los campos eran obligadas a pasar algunas veces caminando por semanas enteras y con una porción muy pobre de alimentos que constaba de un pedazo de pan y algún plato de sopa aguada siendo su único alimento durante demasiadas horas de arduo trabajo y camino hasta el siguiente destino en otros campos. La separación de estas personas y a su vez las malas condiciones alimenticias significaban para los seres de aquellas caravanas una desmoralizada travesía, no sólo tenían que viajar esas largas distancias adultos, pues también irían niños y personas de edades avanzadas.

En las listas de los internos era común que no estuviera conformada por nombres y por el contario para los oficiales de la SS., lo  único que importaba era un simple número más o un número menos. A este proceso se le conocía como deshumanización pues algunas personas perdían aquí mismo todo su pasado y sus nombres sin importar profesión o que éstos hayan pertenecido a algún cargo importante en su vida, ahí todos significaban un número más como parte del listado.

Para el Dr. Frank estas circunstancias lo llevaron a estudiar analíticamente los procesos de los daños que adquirían sus compañeros y él mismo llegando a denominar su famosa “logoterapia”.

La primera fase  entonces constituía,  una desorientación para los individuos por el  hecho de no saber hacía donde se dirigen y al mismo tiempo cuál sería su propio destino, separándolos de todos sus seres queridos, religiones e incluso de todo lo que realmente llegaron a tener ya sean bienes materiales o logros materiales. Éstos prisioneros aún guardaban cierta ilusión de que serían dirigidos a las salas de desinfección sin saber que más que salas eran “cámaras de gases” cámaras de Auschwitz, los prisioneros eran transportados en ferrocarriles amontonados de personas que no veían a veces nada. Asimismo cada vagón era abarrotado hasta por 80 personas siendo escaso el aire dentro del mismo, aunque la mayoría rumoraba el destino de las famosas salas de desinfección otros por lo tanto guardaban falsas esperanzas de llegar a fábricas de trabajo.

Dentro de los amontonados grupos se podía percibir que se hablaban casi todas las lenguas Europeas conocidas. Al llegar al campo de concentración el miedo estremecía a los integrantes de dichos vagones pues ellos mismos veían las largas y altas cercas alambradas de los “lagers”, estos campos contaban con cercas no sólo de alambres de púas sino que también estaban electrificadas para así evitar las fugas voluntarias púes esto a su vez significaría una muerte segura como ejemplo para aquel que decidiera violar las reglas.

Para el Dr. Frank, estos acontecimientos mostraban el lado obscuro del sentimentalismo puro, cuando en alguna ocasión el trabajo pesado significase una tortura aprendió que había que apegarse a las reglas para no sufrir los maltratos por parte de los Kapos. Cierto día se vio obligado a cavar un túnel solo para una constructora que pagaría a los oficiales de la SS. Una retribución que consistía en unos cupones los cuales cambiaría por 12 raciones de sopa o 6 cigarrillos pero que a su vez tenían fecha de caducidad, y realmente en estas circunstancias lo más conveniente era reservar dichos bonos para canjearlos por 12 porciones de sopa pues ya que en esos días los únicos que fumaban en la mayor parte de las ocasiones eran los Kapos y oficiales de la SS.

Segunda Fase, La apatía era una de las reacciones psicológicas que se percibían en todos los prisioneros, la reacción determinante en esta etapa aparecía acompañada del sentimiento de ausentismo por el cual los internos lógicamente echaban de menos a sus familias y hogares llegando a mostrarse de una forma general sin sentido de vivir.

La larga jornada laboral no era la mayor preocupación de los prisioneros, pues a su vez el trabajo ciertamente denigraba por igual a algunos principiantes donde la intensión de los más abusivos se las ingeniaban para determinar arreglos en las listas de las tareas y de esta forma asignar los trabajos más sucios a la mayoría de los novatos, trabajos que iban desde limpiar letrinas demasiado sucias y esto a su vez resultaba una tarea difícil por el hecho de que a veces salían salpicados de los desechos humanos en la cara y debían tener cuidado, pues cualquier acto o mueca de desagrado desataría un castigo o golpes con látigos hacia los prisioneros principiantes.

El escape de la realidad momentáneo que experimentaban todos los prisioneros consistía en el sueño, mismo que duraba a veces unas cuantas y reducidas horas, y esto era demasiado cruel, pues el Dr. Frankl pudo percatarse en una ocasión que un prisionero que compartía la estancia en un barracón dormido se encontraba en medio de una tensión consecuente de una pesadilla, y por algún momento el Dr. Frankl pensó en despertarlo pero luego recapacitando se dio cuenta de que ningún sueño podría ser más aterrador que la realidad misma que llevaban día a día en los campos de concentración y que aunque sólo fuera un sueño, este podría significar un alivio por el puto hecho de estar descansando de las crueldades antes mencionadas. Por otra parte la hora de descanso caída la noche era el único y preciso momento para que entre los mismos compañeros de barracón, pudieran despiojarse pues entre la lista de escases también podía agregarse la higiene; motivo por el cual debían soportar las plagas de piojos que infestaba todo el barracón.

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