El significado etimológico de eutanasia es “buena muerte”

EUTANASIA

El significado etimológico de eutanasia es “buena muerte” que procede de las raíces griegas eu: bueno(a) y thanatos: muerte. En la Real Academia Española se puede encontrar una definición más comprensible que es: “Muerte sin sufrimiento físico.”  La eutanasia tiene como objetivo el terminar con la vida de una persona por petición propia, de un familiar o por determinación médica para evitar el sufrimiento del paciente, es ahí donde se origina la controversia de ver esta práctica como un crimen por terminar con la vida de una persona o como una obra de misericordia por terminar con el sufrimiento de una persona enferma en fase terminal, esta práctica está aprobada en algunas ciudades del país.

La eutanasia no es algo que haya surgido en la actualidad, en realidad ha existido a lo largo del tiempo en culturas como la griega, en la que suele hablarse de la frase de Platón que dice “Quien no es capaz de vivir desempeñando las funciones que le son propias, no debe recibir cuidado por ser una persona inútil tanto para sí mismo como para la sociedad” que hace referencia a no vivir si no es de manera plena; otra referencia es que en pueblos primitivos se remataba a los heridos en la guerra, ya que no se contaba con la tecnología para mantenerlos con vida.

En la actualidad existen leyes que amparan la eutanasia, siempre y cuando el paciente padezca una enfermedad terminal y se tenga su consentimiento, también puede ser tomada la decisión por los familiares en caso de que el paciente este inconsciente. Por estos criterios se pueden clasificar los tipos de eutanasia.

La eutanasia directa, que es cuando las acciones que se realizan sobre el enfermo tienen la intención de provocar su muerte. Se pueden considerar dos subtipos de eutanasia directa: la eutanasia activa, que es cuando se ocasiona la muerte del enfermo administrándole sustancias letales o la eutanasia pasiva que es cuando se procede por omisión; es decir, se suspende o no se inicia el tratamiento de una complicación o se suspende el uso de los instrumentos que permiten mantener con vida al enfermo.

La eutanasia indirecta es cuando no se tiene como intención acortar la vida del paciente sino aliviar su sufrimiento. Así, por ejemplo, cuando se administran ciertos analgésicos que no sólo contribuyen a calmar los dolores sino que implican también, a manera de efecto secundario, una abreviación de la vida.

Otro tipo es la eutanasia voluntaria que es cuando un individuo tiene las capacidades físicas y mentales para pedir que lo ayuden a morir como lo ha pedido, esta es llamada también suicidio asistido, que es hasta el momento la  más común. Se conocen estudios en los que se demuestra que mucha gente viaja a Zúrich, Suiza para ahí ejercer su derecho, ya que ahí sí está permitida la eutanasia.

Por último la eutanasia no voluntaria, esta puede darse en dos casos; cuando el individuo ya no posee las capacidades físicas y mentales para pedir que lo ayuden a morir pero expresó previamente que esa era su voluntad o cuando un individuo que no posee las capacidades físicas y mentales para pedir que lo ayuden a morir o para oponerse, es sometido a la eutanasia sin saber cuál habría sido su voluntad.

La eutanasia, por ser un tema controversial puede tener ideas a favor y en contra, estas ideas son apoyadas o rechazadas por la sociedad en general, esto depende desde la perspectiva que se tenga y el contexto en el que se esté, ya que como todo tiene pros y contras.

Desde el punto de vista de la medicina, se puede saber que los médicos han participado en la toma de decisiones sobre el fin de la vida y actualmente es común suspender o no instaurar tratamientos en determinados casos, aunque ello lleve a la muerte del paciente. Es lo que se conoce como limitación del esfuerzo terapéutico, limitación de tratamientos o, simplemente, eutanasia pasiva, que en algunos casos es apoyado o sugerido por los médicos encargados del paciente.

La postura religiosa es a la ofensiva, ya que la iglesia busca la muerte de forma “natural” por parte de las personas y de ninguna manera apoyaría la práctica de quitarle la vida a otro ser humano. En la religión es visto de mala manera el hecho de que una persona quiera terminar con su vida y que además sea con ayuda de otras personas.

Visto desde el punto de vista ético se pueden encontrar argumentos a favor, como el ayudar a una persona que ya no quiere seguir sufriendo y que además es una decisión propia, o también se puede dar el caso en el que los familiares o encargados de la vida del enfermo ya no puedan seguir manteniendo económicamente a su familiar, ya que el uso de aparatos como el respirador artificial no son gratuitos y aunque aún tengan la esperanza de que su familiar puede mejorar, no pueden mantenerlos conectados a una máquina.

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