En la actualidad la economía mundial está sufriendo constantes cambios debido a las variaciones en diversos indicadores

En la actualidad la economía mundial está sufriendo constantes cambios debido a las variaciones en diversos indicadores lo cual lleva a que exista inestabilidad económica en muchos países del globo. El tema de política fiscal por lo tanto, no resulta novedoso ante el panorama que se vive diariamente. En el caso de América Latina específicamente Costa Rica, el país como tal está experimentando un escenario económico desbastador y preocupante.

Si bien es cierto, no es duda para nadie que Costa Rica está atravesando una de las situaciones fiscales más difíciles de los últimos años; por lo cual la elaboración e instauración de una política fiscal efectiva resulta vital para generar cambios significantes a nivel político, económico social y cultural.

Antes de describir esta situación y los efectos de una política fiscal, es importante definir en primera instancia ¿qué es la política fiscal? y ¿en qué consiste? La política se entiende como aquellas actividades que realiza el gobierno que afectan a una sociedad o a un país y fiscal se trata del fisco o lo relacionado con la hacienda pública y con el sistema de tributación para su mantenimiento, por lo tanto al unir estos conceptos se puede deducir que la política fiscal se refiere a acciones que son de competencia del gobierno sobre el uso del gasto público y la recaudación de impuestos para influir en la economía de un país.

Horton y El-Ganainy, definen la política fiscal como el uso del gasto público y la tributación para influir en la economía. A su vez mencionan que los gobiernos utilizan este medio para promover un crecimiento fuerte y sostenible y reducir la pobreza. Ante la crisis financiera, la política fiscal surge como una respuesta en donde la intervención del gobierno para respaldar el sistema financiero, reactivar el crecimiento y atenuar la crisis es de suma importancia para cumplir con los objetivos de dicha política.

Por consiguiente surgen nuevas inquietudes relacionados con el tema como, ¿Están aprovechando al máximo los gobiernos latinoamericanos la política fiscal para fomentar el crecimiento económico y combatir la pobreza y la desigualdad? ¿O podrían hacer un mejor uso de la gestión de la deuda, los sistemas impositivos y el gasto público para promover el desarrollo? Mediante estas interrogantes se puede analizar en que consiste una política fiscal y como funciona.

Además de la provisión de bienes y servicios, los objetivos de la política fiscal varían. A corto plazo, los gobiernos pueden apuntar a la estabilización macroeconómica, por ejemplo, estimulando una economía debilitada, combatiendo un alza de la inflación o reduciendo las vulnerabilidades externas. A más largo plazo, el objetivo puede ser fomentar el crecimiento sostenible o reducir la pobreza con medidas por el lado de la oferta para mejorar la infraestructura o la educación. ( Horton & El-Ganainy, 2009)

En el caso de Costa Rica la situación es alarmante, la economía del país se caracteriza por mantener un fuerte déficit fiscal y altos niveles de deuda pública, los cuales se consideran actualmente como insostenibles. Según datos del Banco Central de Costa Rica^[1], a junio de 2015 se acumuló un déficit equivalente al 2,6% del PIB anual estimado para el 2015, en donde los ingresos estuvieron por ¢375.190 millones y los egresos por la suma de ¢505.073 millones, lo que originó un déficit mensual de ¢129.883 millones. Además, el saldo de la deuda pública total ascendió a ¢16,8 billones en junio del 2015 (58,5% del PIB).

El periódico costarricense El Financiero hace alusión a este tema el 19 de julio del año 2015 con el título Política fiscal vs. Subir impuestos: ¿Quién gana? En el artículo se habla sobre la diferencia entre la necesidad de recursos para cubrir un déficit fiscal y una reforma de fondo. 

La orientación de este artículo es en cuanto a hallar soluciones para el país, no solo para combatir el déficit fiscal; es decir los gobernantes deben tener la visión de que la sociedad es un todo el cual necesita no solo de impuestos sino de recursos para la educación, salud, combatir la pobreza y desigualdades sociales. Para lo cual se requiere de un análisis sobre hacia donde se quiere orientar el país, que ventajas competitivas se encuentran y a cuales sectores se quiere llegar.

Por lo tanto, es necesario un análisis bilateral tanto de ingresos como gastos, tomando en cuenta cuales partidas son las más importantes en cuanto al fin de la política fiscal que es activar el crecimiento económico del país.

El gasto público, por ejemplo, debería proporcionar a toda la sociedad bienes y servicios de calidad; si se lograra este objetivo, el gasto fiscal tendría un impacto positivo en obstáculos para el desarrollo como son la reducción de la pobreza, la desigualdad y la exclusión. Lo mismo ocurre con los ingresos públicos: si los sistemas de recaudación de impuestos fueran más justos, gozaran de una base más amplia y se adaptan a la naturaleza específica de la economía, podrían recaudar de manera eficiente y sostenible los fondos necesarios para proporcionar esos bienes y servicios básicos. (Organización para la Cooperación y el Desarrollo económicos, 2008)

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