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Enfermedades Que Coexisten Con La Depresion


Enviado por   •  9 de Mayo de 2014  •  3.362 Palabras (14 Páginas)  •  622 Visitas

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Enfermedades que coexisten con la depresión

La depresión a menudo coexiste con otras enfermedades que pueden presentarse antes de la depresión, causarla y/o ser resultado de esta. La interacción de estas enfermedades con la depresión puede diferir según las personas y las situaciones pero estas otras enfermedades deben ser diagnosticadas y tratadas.

Los trastornos de ansiedad, tales como el trastorno de estrés postraumático, el trastorno obsesivo-compulsivo, el trastorno de pánico, la fobia social, y el trastorno de ansiedad generalizada, son algunas de las enfermedades que acompañan frecuentemente a la depresión. Las personas que padecen trastorno de estrés postraumático están especialmente predispuestas a tener depresión concurrente. Esta enfermedad aparece como resultado de una experiencia aterradora o muy difícil.

En un estudio del NIMH (Instituto Nacional de la Salud Mental), se descubrió que más del 40 por ciento de las personas con trastorno de estrés postraumático también sufrieron de depresión en intervalos de uno y cuatro meses luego de la experiencia traumática.

El abuso o la dependencia del alcohol o de otras sustancias también pueden coexistir con la depresión.

La depresión a menudo coexiste con otras condiciones médicas como enfermedad cardiaca, derrame cerebral, cáncer, VIH/SIDA, diabetes, y la enfermedad de Parkinson. Algunos estudios han demostrado que las personas que padecen depresión además de otras enfermedades médicas graves, tienden a presentar síntomas más graves, tanto de la depresión como de las enfermedades médicas, y a tener que afrontar costos médicos más altos que aquellas que no tienen depresión coexistente. Para estas personas, el tratar la depresión puede ayudar a mejorar la evolución de la enfermedad que tienen.

Depresión en ancianos, jóvenes, niños, mujeres y hombres

La depresión en mujeres

La depresión es más común en mujeres que en hombres. Hay factores biológicos, de ciclo de vida, hormonales, y psicosociales que son únicos de la mujer, que pueden relacionarse con este hecho. Las hormonas afectan directamente las sustancias químicas del cerebro que reculan las emociones y los estados de ánimo. Un ejemplo de esto es que las mujeres son vulnerables a la depresión luego de dar a luz, cuando los cambios hormonales y físicos junto con la nueva responsabilidad del recién nacido, pueden resultar muy pesados. Muchas mujeres que acaban de dar a luz padecen de un episodio breve de tristeza transitoria, pero algunas sufren de depresión posparto, una enfermedad mucho más grave. Algunas mujeres pueden ser susceptibles a sufrir una forma grave del síndrome premenstrual, esta es una enfermedad producida por cambios hormonales que ocurren cerca del periodo de la ovulación y antros de que comience la menstruación. Durante la menopausia, algunas mujeres experimentan un mayor riesgo de sufrir depresión.

Finalmente, muchas mujeres enfrentan el estrés adicional del trabajo y de las responsabilidades del hogar, cuidado de los hijos y padres ancianos, maltrato, pobreza, y tensiones de las relaciones.

La depresión en hombres

Los hombres experimentan la depresión de manera distinta a las mujeres y pueden enfrentar los síntomas de distintos modos. Los hombres tienden más a reconocer que sienten fatiga, irritabilidad, pérdida de interés en las actividades que antes resultaban placenteras, y que tienen el sueño alterado, mientras que las mujeres tienden más a admitir sentimientos de tristeza, inutilidad, o culpa excesiva.

Los hombres tienen más probabilidades que las mujeres de acudir al alcohol o a las drogas cuando están deprimidos, frustrados, desalentados, irritados, enojados, o a veces abusivos. Algunos hombres se envician al trabajo para evitar hablar acerca de su depresión con la familia o amigos o comienzan a mostrar un comportamiento imprudente o riesgoso.

La depresión en ancianos

Cuando la depresión se presenta en ancianos, puede ser pasada por alto porque ellos pueden mostrar síntomas menos evidentes y porque pueden estar menos propensos a sufrir o reconocer sentimientos de tristeza o pena. Los ancianos pueden tener más condiciones médicas que pueden provocar síntomas de depresión o pueden estar tomando medicamentos cuyos efectos secundarios contribuyen a la depresión. Algunos adultos mayoreo pueden padecer lo que algunos médicos llaman depresión vascular o depresión isquémica subcortical. La depresión vascular puede suceder cuando los vasos sanguíneos pierden flexibilidad, se endurecen con el tiempo y se contraen. Este endurecimiento de los vasos evita que el flujo normal sanguíneo llegue a los órganos del cuerpo, incluyendo el cerebro. La mayoría de los ancianos con depresión mejoran cuando reciben tratamiento con antidepresivos, psicoterapia, o una combinación de ambos. Investigaciones han demostrado que tanto la medicación sola como los tratamientos combinados son eficaces para reducir la tasa de reaparición de la depresión. La psicoterapia sola también puede prolongar los períodos sin depresión.

La depresión en los niños y adolescentes

La depresión en la niñez a menudo persiste, recurre y se prolonga en la adultez especialmente si no reciben tratamiento. La presencia de la depresión en la niñez también tiende a predecir enfermedades más graves en la edad adulta.

Un niño con depresión puede fingir estar enfermo, negarse a ir a la escuela, aferrarse a un padre, o preocuparse de que uno de sus padres pueda morir. Los niños mayores pueden estar de mal humor, meterse en problemas en la escuela, ser negativos e irritables, y sentirse incomprendidos. Estas señales pueden percibirse como cambios de ánimo normales típicos de los niños mientras avanzan por las etapas del desarrollo, y por lo tanto, puede ser difícil diagnosticar con exactitud que una persona joven padece depresión.

Antes de la pubertad, los niños y las niñas tienen las mismas probabilidades de sufrir trastornos de depresión, sin embargo, a los 15 años, las mujeres tienen el doble de probabilidad que los hombres de haber padecido un episodio de depresión grave.

La depresión en los adolescentes se presenta en un momento de grandes cambios personales, cuando hombres y mujeres están definiendo una identidad distinta a la de sus padres, lidiando con asuntos de género y sus sexualidad emergente, y tomando decisiones por primera vez en sus vidas. La depresión en la adolescencia a menudo coexiste con otros trastornos como ansiedad, trastornos alimenticios o abuso

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