Ensayo Sobre La Crianza De Los Niños
germancito10 de Diciembre de 2011
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INTRODUCCION.
El estudio de la familia en los inicios del siglo XXI es una tarea retadora y de compromiso, especialmente, para quienes desde la Psicología del Desarrollo Humano pretendemos comprender su estado actual. Ello supone saber que transitamos por un terreno sin heredad específica, cuyo estudio representa un lugar común con fronteras que se desdibujan entre los diferentes campos de conocimiento social. Realizar una aproximación inicial a las vivencias de venezolanos sobre la familia a partir de las narraciones de sus miembros, me permitirá avanzar en la construcción de algunas propuestas concretas que contribuyan a responder a situaciones vividas por las familias en lo cotidiano. En este trabajo intento responder a las interrogantes siguientes: ¿cuál es el sentido que tiene la familia para venezolanos de estrato socioeconómico medio?, ¿cómo se construyen las formas de interpretar el mundo en el contexto de la familia? Una primera respuesta a estas interrogantes podría sugerir líneas de investigación para ser abordadas críticamente en lo subsiguiente.
Los contenidos del artículo los he organizado en cuatro secciones: la primera recoge algunos elementos de carácter conceptual y empírico para situar la línea teórica en la cual se inscribe el estudio; la segunda describe elementos de orden metodológico y del procedimiento efectuado; la tercera presenta la discusión de los resultados en dos categorías teóricas; la última incluye las conclusiones.
DESARROLLO.
La Edad Media
El cuidado de la mujer embarazada y del recién nacido siempre ha sido un indicador sensible del progreso social. Contrariamente a la opinión popular, el parto se ha ido complicando a medida que avanza la civilización, especialmente entre las poblaciones urbanas. La vida sencilla y al aire libre de las mujeres fue sustituida en la cuidad por un trabajo más bien monótono que tendía a sobrecargar ciertas partes del cuerpo. Además la vida urbana era antihigiénica en muchos aspectos. En los lugares en los que el raquitismo tenía una elevada prevalencia, la pelvis de la mujer a menudo se deformaba y obligaba a realizar operaciones de cesárea para salvar a madre y niño.
Además a su vuelta de Oriente, las Cruzadas, trajeron consigo la sífilis y otras enfermedades, que se convirtieron en causa principal de mortalidad infantil. Igualmente, con frecuencia se establecían matrimonios interraciales, lo que determinaba la unión de dos personas de estructuras corporales diferentes, de tal modo que la mujer podía dar a luz un niño demasiado grande para el tamaño de su pelvis.
Cuando el niño había nacido, las familias pudientes (no sólo las nobles sino también los artesanos y comerciantes) contrataban a una nodriza, mientras que el resto de madres debía amamantar a sus propios hijos. El amamantamiento era pues terreno de pobres.
A partir del s. XI se establecieron leyes que regulaban el trabajo de las amas de cría. Se contrataban por 3 años, periodo durante el cual permanecían en la casa criando al niño. Un siglo después el tiempo de contratación se amplió a 4 años.
Los niños empiezan a protegerse, aunque aún existían muchos casos de exposición, pero ahora a las puertas de las iglesias.
La mayoría de los niños eran alimentados con leche materna, la misma ropa de las mujeres permitía un fácil acceso al pecho y el destete se producía entre el primer y tercer año.
En la época del Renacimiento las nodrizas estaban muy bien organizadas, incluso era habitual que abandonaran a sus propios hijos para amamantar a los de otra mujer. Como consecuencia, en ocasiones, tras cumplir el periodo de lactancia muchas de ellas eran reacias a devolver el niño a su madre o se ofrecían a seguir dándoles el pecho gratuitamente, ya que esos niños representaban los hijos que había abandonado o asesinado.
La historia del cuidado de los bebés transcurre pareja a la de las comadronas, nodrizas, matronas y amas de cría. Por extraño que nos pueda parecer no es hasta bien entrado el siglo XIX cuando las madres realmente se hacen cargo de sus propios retoños
Egipto
La posición de la mujer en el Antiguo Egipto era más elevada que en otros países orientales. Dentro de sus propios hogares tenían una situación de autoridad e importancia y es probable que el cuidado de los niños fuera la principal responsabilidad de la madre. Además los médicos egipcios no practicaban la obstetricia, sino que esta labor se dejaba completamente en manos de las parteras.
En el ámbito concreto de los faraones, las nodrizas eran muy respetadas. Eran elegidas en los harenes y gozaban de grandes privilegios. Cuando el hijo del faraón nacía era entregado a su nodriza, quien lo criaba, lo educaba y lo mimaba junto con sus hijos biológicos, a los que se consideraba “hermanos de leche” del príncipe. Pero estas nodrizas también se encargaban de alimentar a los niños abandonados y a los hijos de los esclavos. Pues la alimentación, en la antigua civilización egipcia, se consideraba muy importante, en todos los estamentos; lo que explica seguramente, que no se hayan encontrado esqueletos con síntomas de raquitismo.
Existen además, numerosas representaciones de madres amamantando a sus hijos. Sin embargo, en muchas ocasiones se planteaba el problema de tener que alimentar a unos hijos cuya madre había fallecido en el alumbramiento o había quedado muy debilitada en el parto, para lo cual se recurría a las amas de cría. Según consta en numerosos escritos se optaba por la leche materna siempre que fuera posible y se mantenía hasta los tres años de edad. Lo que contribuía también a evitar nuevos embarazos. Se han hallado restos arqueológicos de posibles contenedores de leche, con medidas que podrían ser de una toma por pecho.
La lactancia materna era considerada un honor y el abandono de niños (muy frecuente en otras civilizaciones durante siglos) era castigado. Existían reglas y costumbres (empapadas eso sí, de creencias mágico-religiosas) que debían respetarse en el cuidado de los niños.
La crianza es un hecho social. Como tal es resultado de un proceso aculturación de un grupo humano determinado. La crianza se traduce en hábitos, creencias y formas de educar a un niño o niña desde que nace o aún desde que está por nacer. ¿Quién dicta como criar a un niño? La tradición, una tradición que se trasmite vía oral, o ritual. A la red significante de una cultura también se le llama cosmovisión. López Austin la entiende como el conjunto estructurado de los diversos sistemas ideológicos con los que un grupo social, en un momento histórico, pretende aprehender el universo. La cosmovisión es un macro sistema que engloba a todos los demás sistemas, los ordena y los ubica.’
Hoy nos referiremos a la cosmovisión nahua que tiene coordenadas semióticas muy semejantes2 con otros grupos mesoamericanos. Esas coordenadas, sobre las que se tejió, la cosmovisión de los nahuas, las heredamos y, no obstante la conquista y la imposición de otra cultura, es posible advertir cómo han sobrevivido. Ese lecho mítico englobó y reconceptualizó la nueva cultura española y produjo la cultura novohispana que tampoco es monolítica pues según la zona presenta diversos grados de influencia étnica. Evidentemente las mezclas son de diverso orden según la naturaleza de los grupos, esto está en función de las clases sociales, de las actividades que cada grupo realiza, de las distintas formas de mestizaje, etc.
Para reconstruir la cosmovisión nahua han sido necesarios muchos años. Esta no está compendiada en ninguna parte. Es fruto del trabajo historiográfico, arqueológico y etnográfico de numerosos investigadores, nacionales y extranjeros, comprende los documentos antiguos así como las formas de vida de grupos contemporáneos de tradición indígena. Como bien dice López Austin, ningún miembro de una cultura tiene claros todos los mitos y todas las razones de sus creencias en una visión ordenada y coherente. "Sin embargo, existe como una unidad cultural producida principalmente a partir de la lógica de la comunicación, y gracias a esta lógica alcanza altos niveles de congruencia y racionalidad, independiente de que en su producción los hacedores de ella no posean conciencia de su participación creativa".3
Un mito alrededor del cual se organiza una taxonomía básica es el mito de cípactlí. En el origen existía un peje, que es como un caimán monstruoso y caótico pues tenía los dos sexos y se llamaba cipactlí, en algunos mitos el nombre cambia, unos decían que tenía figura de hombre otros decían que era mujer. Los dioses decidieron partirla en dos. Tezcatlipoca entró por la boca de Cipactlí y Ehécatl por el ombligo. Ambos dioses se juntaron en el corazón de la diosa que es el centro de la tierra y habiéndose juntado formaron el cielo.4 Luego bajaron del cielo a la diosa, que estaba llena de agua por todas las coyunturas de ojos y bocas, mordía como bestia salvaje. Luego vieron que era necesario hacer la tierra.
Se transformaron estos dos dioses, Tezcatlipoca y Ehécatl, en serpientes; uno asió a la diosa de la mano derecha hasta el pie izquierdo y el otro de la mano izquierda al pie derecho, la apretaron tanto que la cortaron en dos, de una mitad salió el cielo y de la otra la tierra. Subieron el cielo para que nunca más se juntara con la tierra. Para compensar a la diosa del daño que los
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